Los mensajes enfrentados de UBS y Singular y la tensión en la plantilla de Credit Suisse

UBS y Singular Bank mantienen una batalla de mensajes directos y velados que tiene en medio a la plantilla de Credit Suisse España. Por cada intento de UBS de transmitir calma a los banqueros de la entidad que está integrando, el banco de Warburg Pincus, que preside Javier Marín, contraataca con amenazas que mantienen la incertidumbre en la plantilla.

El gigante suizo, que se convertirá en el quinto banco del mundo en tamaño al absorber Credit Suisse, tiene un dilema en España como consecuencia de la venta hace un año de su negocio de banca privada y, ahora, encontrarse con que vuelve a tener este negocio. La venta fue a UBS, con una cláusula de no competencia de tres años habitual en estos casos, y un coste para romperla de entre 150 y 200 millones, según fuentes del mercado.

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UBS es consciente de que Credit Suisse tiene un negocio de banca privada de similares características por tipo de banqueros y clientes —de hecho, Credit Suisse pescó en ambos casos en UBS— que el que vendió a Singular, aunque más rentable y menos sobredimensionado.

Los mensajes que transmite UBS de forma directa o indirecta a la plantilla de Credit Suisse son de calma, de que apuesta por el mercado español y que no habrá cambios. Solo los ejecutivos saben, si es que lo tienen decidido, si es una apuesta sincera o una estrategia para ganar tiempo y evitar una salida de banqueros y clientes que, de hecho, se está produciendo, aunque a una escala muy inferior que, por ejemplo, la sangría que sufrió UBS en el proceso de venta a Singular, en que apenas un 10% de los más de 60 banqueros se integraron en la entidad.

Solo los ejecutivos saben, si es que lo tienen decidido, si es una apuesta sincera o una estrategia para ganar tiempo

El argumento de UBS es que hay una excepción a la cláusula que eximiría de afrontar la indemnización, algo que niega Singular, que ha lanzado mensajes amenazantes desde hace dos meses, ya sea para forzar la venta o para tratar de generar discordia en el equipo de Credit Suisse y, o captar negocio o no perderlo tras lo que arrastró de UBS con la compra.

En una entrevista con Expansión, Javier Marín aseguró que habría que ser idiota para no tener situaciones así atadas, y que no hay resquicios en la cláusula. El banco lleva semanas preparando cómo actuar, y esta semana, el consejo ha decidido dar un ultimátum a UBS para vender o cerrar el negocio de Credit Suisse en seis semanas o procederá a interponer una demanda, asesorado por dos despachos, según ha publicado Expansión.

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UBS no cuenta con un timing concreto para la integración de la banca privada española de Credit Suisse en el banco, o en cómo se configurará el negocio, si mantendrá sus sistemas y operativa o usará las del banco. Aun así, insiste directa e indirectamente en que quiere apostar por quedarse con el negocio.

Esta semana estuvo de visita en Madrid la consejera delegada de UBS para Europa y jefa del negocio de wealth management, Christl Novakovic, quien aseguró el empleo en Madrid y afirmó que el negocio de gestión patrimonial de Credit Suisse es crucial para UBS, que cuenta con servicios y productos complementarios. En esencia, que no habrá despidos y que la división de Credit Suisse de banca privada en España seguirá funcionando como hasta ahora, y que es un mercado estratégico.

Disipar fantasmas

De hecho, UBS ha nombrado a un responsable de la integración en España para tratar de agilizar el proceso y disipar fantasmas. Se trata de Alejandro Vélez, jefe de UBS en Mónaco, que mantendrá este puesto a la vez que supervisa el proceso de absorción en España. El jefe del negocio de banca privada en España, Pablo Carrasco, reportará a Vélez. Según fuentes del mercado, UBS se agarra a una excepción sobre la cláusula que hace que esta no aplique si el banco vuelve a tener negocio de banca privada en España tras una fusión y este representa menos del 5% de los ingresos del grupo.

Hasta ahora, ha habido menos salidas de banqueros de lo que vivieron UBS y Singular en el periodo que pasó desde que acordaron la venta hasta que recibieron las autorizaciones correspondientes. Un equipo de tres banqueros y el responsable de renta fija se fueron a Lombard Odier, que un mes antes había fichado a un banquero. Santander ha pescado otro banquero para su banca privada, dentro de un equipo destacado que, precisamente, fichó Credit Suisse de UBS un año antes. En Suiza, Julius Baer ha fichado a tres banqueros que atienden a clientes españoles. A escala global, según Bloomberg, UBS tiene previsto despedir a más de la mitad de la plantilla de Credit Suisse en Londres, Nueva York y Asia.

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A nivel de patrimonio, no hay datos oficiales sobre las salidas de clientes en el mercado español, pero sí se observa un flujo negativo en la gestora española de Credit Suisse, que da soporte a la banca privada con fondos y gestión discrecional. Entre enero y junio, según datos de la patronal de gestoras Inverco, han salido 486 millones netos, acabando el primer semestre con 702 millones.

Credit Suisse AG, la sociedad sobre la que está el negocio de banca privada, tuvo números rojos el año pasado de 1,5 millones, cifra que se redujo desde los 2,65 millones del año anterior. Hay que tener en cuenta que las firmas internacionales imputan gastos e ingresos en la filial y en la matriz, con lo que lo representativo es ver la evolución. La variable importante en banca privada es la de ingresos por comisiones, que cayeron en esta sociedad un 16%, hasta los 8,3 millones.

En los últimos meses, Credit Suisse ha mejorado las condiciones de clientes que querían irse para evitar su salida y ha permitido la multicustodia. Esto es, que se pudieran llevar el dinero a otras entidades manteniendo contratos de asesoramiento, con el fin de tranquilizar a clientes que pudieran temer problemas en el banco y no perderlos del todo. Credit Suisse contaba antes de su venta a UBS con algo más de 50 banqueros en España, y un patrimonio de entre 10.000 y 11.000 millones.