Todas las víctimas de Gotham, el inversor bajista que hace temblar a los accionistas

Gotham City Research selecciona minuciosamente a sus víctimas. Desde que la firma bajista apareció por primera vez en febrero de 2013, apenas ha lanzado una decena de informes, todos ellos negativos y con catastrófica repercusión en bolsa para las empresas afectadas. Su última víctima ha sido Grifols, cuyas acciones se desplomaban este martes casi un 26% al ser acusada de manipular sus cuentas. Pero años atrás también fijó su punto de mira en otras compañías como Gowex, Criteo o AAC Technologies, llevando a la quiebra a algunas de ellas.

El caso más sonado en España fue el de Gowex, la compañía de servicios wifi fundada por Jenaro García, que pasó de valer 2.000 millones de euros a la bancarrota. El punto de inflexión fue precisamente un informe emitido por Gotham en julio de 2014, en el que denunciaba que sus ingresos estaban inflados y que muchos datos incluidos en los comunicados que realizaba al mercado eran falsos.

Gowex terminó reconociendo que al menos las cuentas de los cuatro años anteriores eran fraudulentas y que no podía hacer frente a sus deudas. Como consecuencia, Jenaro García, que desarrollaba las funciones de presidente y consejero delegado, presentó su dimisión. No obstante, esta marcha no evitó que el caso llegase a los tribunales, aunque todavía está a la espera de que se celebre el juicio en la Audiencia Nacional. Desde la Fiscalía Anticorrupción se solicitaron 18 años de cárcel para el fundador, que en su momento ya depositó una fianza de 600.000 euros.

Para encontrar al último damnificado por los informes de la firma bajista, solo hay que remontarse al verano de 2023. Fue la empresa francesa de etiquetado SES Imagotag, que se desplomó casi un 60% cuando Gotham acusó a su dirección de haber cometido también irregularidades contables. Aunque en este caso la cotización se ha recuperado bastante en los últimos meses, aún está un 24% por debajo del nivel al que se movía antes de la denuncia.

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Javier Melguizo

El fraude que destapó en Quindell, una empresa británica de asesoramiento tecnológico y consultoría, fue similar. En abril de 2014, también la acusó de inflar sus cuentas y la compañía admitió que no tenía tantos ingresos ni beneficios como había informado. El organismo regulador decidió en un primer momento suspender su cotización, pero cuando se aclaró la situación tras la confesión, sus títulos llegaron a ceder más de un 35%. Llegó a cambiarse de nombre —ahora cotiza como Watchstone— para mejorar su reputación, pero no ha podido evitar que ahora su precio esté un 92% por debajo del que tenía antes de que Gotham la desenmascarase.

Entre medias, en mayo de 2017, fue AAC Technologies, una empresa china proveedora de Apple, quien sufrió uno de sus informes. La acusó de haber usado más de 20 compañías con contabilidades dudosas para inflar sus ingresos desde 2014, evadiendo de esta manera el código de buena conducta que exigía el gigante tecnológico estadounidense. El día que se conoció esta información, sus acciones cayeron un 10%, y en la actualidad ya han perdido el 82% del valor que tenían antes.

Gowex terminó reconociendo que al menos las cuentas de los cuatro años anteriores eran falsas y que no podía hacer frente a sus deudas

Todos estos casos son similares al de Grifols, sobre quien Gotham asegura ahora que ha manipulado sus cuentas "para reducir artificialmente su apalancamiento". En consecuencia, estima que "las acciones no se pueden invertir", porque "probablemente valen cero". En concreto, la acusa de haber manipulado la deuda y el ebitda para informar de un apalancamiento de seis veces, cuando calcula que en realidad está más cerca de las 10 o 13 veces.

La primera defensa de la compañía fue negar "categóricamente" estas acusaciones y tildarlas de "informaciones falsas y especulaciones". Pocas horas más tarde, difundía un documento en el que detallaba su tratamiento contable durante cinco páginas. Aunque no ha evitado que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) analice todos los detalles para dilucidar la situación, sí consiguió paliar el golpe bursátil, que llegó a superar el 40% en algunos momentos de la sesión del martes.

Problemas más allá de las cuentas

Algo diferente fue el ataque que dirigió en marzo de 2017 contra la sociedad de inversión alemana Aurelius Equity Opportunities, que basa su negocio en comprar empresas con problemas financieros y venderlas cuando están completamente saneadas. Su cotización se desplomó cuando se movía en máximos históricos, después de que Gotham se posicionase en corto y lanzase un breve informe en el que ponía en duda que la mayoría de las compañías que traspasaba fuesen ciertamente solventes. Desde entonces, consolidó una tendencia bajista que le ha llevado a moverse ahora un 72% por debajo del valor que tenía antes.

Unos meses después, en septiembre de 2017, colocó en la diana a Criteo, una compañía británica de marketing digital. Afirmaba que entre el 20% y el 43% de su tráfico era fraudulento y que sus ingresos medios por usuario estaban bajando, por lo que sostenía que su modelo de negocio no era sostenible y alentaba a sus usuarios a solicitar el reembolso de lo que hubiesen pagado. "No es solo tan mala como sus competidores: es doblemente peor", llegó a afirmar. En este caso, las primeras caídas no fueron tan abultadas, pero su precio a día de hoy es un 50% inferior al que marcaba entonces.

Hubo que esperar un año, a noviembre de 2018, para que la firma bajista reapareciera, poniendo la atención en Medifast, una empresa de nutrición cotizada en el Nasdaq. En esta ocasión, tampoco se focalizó en sus cuentas, sino en uno de los productos que comercializaba para perder peso, que supuestamente excedía el nivel máximo de plomo permitido por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). Una afirmación que también hundió en un 28% las acciones de la compañía, acrecentando el golpe bursátil hasta el 70% que registra en estos momentos.

'Modus operandi' de Gotham

Como se puede observar, el modus operandi de Gotham se basa en tomar posiciones cortas en una compañía sobre la que posteriormente lanzará un demoledor informe, basado en datos que se demuestran reales, con lo que consigue reducir el precio de sus acciones y, por lo tanto, ganar dinero. La firma desarrolla esta operativa alentada por la experiencia de su fundador, Daniel Yu, que trabajó como asesor de inversiones bajistas antes de la crisis financiera y ahora pretende ser un justiciero que destapa fraudes empresariales, hasta el punto de denominar su fondo como la ciudad que protege el superhéroe Batman.

Posicionarse en corto significa apostar contra el valor. La operativa es la siguiente: un inversor pide al mercado acciones prestadas para venderlas al precio vigente. Su propósito es comprarlas posteriormente a un precio menor y, al devolverlas, quedarse con la diferencia como ganancia. Es un movimiento arriesgado, ya que, si se encarecen, perderá dinero, aunque Gotham juega con la baza de sus propios informes, que han destapado varios casos fraudulentos.

Respecto a Grifols, informó a la CNMV que se había posicionado en corto un día antes de difundir públicamente el demoledor informe, previendo las caídas bursátiles que iba a ocasionar. Lo hizo comprando el 0,57% del capital a través de General Industrial Partners, un fondo que Gotham comparte con Portsea. Este movimiento coincidió con la reducción de la posición bajista de Ako Capital, que pasó del 0,55% al 0,41%, según los registros del regulador bursátil.

El 'modus operandi' de Gotham se basa en tomar posiciones cortas en una compañía sobre la que posteriormente lanzará un demoledor informe

Desde la empresa española de hemoderivados, han criticado esta forma de actuar. "La compañía no entiende la diferente interpretación hecha por Gotham City Research a no ser que lo único que pretenda, como fondo cortoplacista que es, sea que baje la cotización de la acción, tal y como ellos mismos reflejan en la página 2 de su informe, para obtener beneficios", recalcaba en uno de los documentos con los que se defendía del informe.