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Esta teleco es una ruina: ¿qué está pasando con las grandes operadoras en bolsa?
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Telefónica, Vodafone y Orange

Esta teleco es una ruina: ¿qué está pasando con las grandes operadoras en bolsa?

Los mercados han asistido en los últimos meses a varios acontecimientos de impacto por parte de las tres grandes operadoras europeas, que tratan de reinventarse mientras recuperan el apego inversor

Foto:  Las grandes telecos por Europa.
Las grandes telecos por Europa.
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Hubo un tiempo (ya algo lejano) en que el sentimiento inversor por las tres grandes operadoras del mercado español parecía imparable. Telefónica, que en 2007 se llegó a colocar entre las 50 mayores empresas del mundo por valor en bolsa, superaba entonces los 100.000 millones de euros de capitalización, con una cotización que rondaba los 20 euros. Tras quince años de descensos, el escenario ahora es muy diferente: sus acciones se mantienen en el entorno de los 3,5 euros desde enero y su valoración actual es de 22.087 millones, un 80% menos.

Sus rivales más directos no han experimentado mejor suerte en sus respectivos parqués. Vodafone, que rebasó la barrera de los 140.000 millones de euros hace una década, ha descendido hasta los 20.900 millones actuales. Aunque algo más moderada, Orange ha seguido una trayectoria descendente en los últimos años. Su valor se ha depreciado desde los casi 70.000 millones de euros en 2007 hasta los 29.360 millones de euros en la actualidad. Ampliando el foco hasta la crisis puntocom, Telefónica ha salido hasta bien parada. En el año 2000, Orange llegó a valer 224.000 millones; Vodafone, 400.000 millones y Telefónica, 106.000 millones.

Los tiempos más álgidos de los gigantes de las telecomunicaciones han quedado lapidados por una competencia que no ha dejado de hacerles sombra. Como telón de fondo, una regulación europea y local que ha fomentado esta situación, precisamente, para bajar los precios. El ejemplo más claro es el mercado español: según los datos de la consultora Global Data, Movistar, Orange y Vodafone obtuvieron únicamente el 54% de todas las líneas que cambiaron de operador en 2022, con jugadores más pequeños como MásMóvil o Digi ganando terreno.

Foto: José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)

Este escenario se ha enquistado de forma significativa en sus ingresos, mientras sus cotizaciones también han ido pagando la factura con los años. Y es que, "además de la competencia en los mercados y la caída de los ingresos medios por usuario de telefonía fija y móvil, la inflación está elevando los costes de explotación mientras estrecha los márgenes en todo el sector", indica Accenture en un informe reciente, en el que añade que, además, "está en marcha un ciclo de inversión en el que las telecos están obligadas a invertir en 5G y fibra para mantener la paridad competitiva con sus rivales".

Con este cóctel de condiciones, precisamente, los mercados bursátiles han asistido en los últimos meses a varios acontecimientos de impacto por parte de las tres grandes telecos, que tratan de reinventarse mientras recuperan el apego inversor. Aunque de momento no ha habido agitaciones demasiado pronunciadas, los mercados siguen mirando con lupa los próximos movimientos del sector.

STC Group entra en Telefónica

Telefónica ha acaparado gran parte del protagonismo bursátil en los últimos meses. Poco más de un mes después de sufrir un revés del 7,03% el pasado 1 de agosto tras el pacto de Vodafone con uno de sus grandes clientes (el grupo local germano 1&1 Mobilfunk), llegó la siguiente noticia: Arabia Saudí anunciaba su desembarco en España de la mano de la teleco española.

El operador de telecomunicaciones del país árabe STC Group compró un 9,9% de Telefónica por 2.100 millones de euros, convirtiéndose en el primer accionista, por delante de BBVA (4,87%), BlackRock (4,48%) y CaixaBank (3,5%). La inversión se realizó mediante la compra directa del 4,9% en acciones y otro 5% mediante derivados, los cuales ejecutará para convertir en acciones cuando haya obtenido la autorización del Gobierno español.

Foto: Logo de Telefónica. (Sergio Beleña)
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En un primer momento, los inversores premiaron esta operación, dejando a la teleco española unas ganancias que superaron el 3,5% tan solo un día después del anuncio. Su cotización, desde entonces, se ha mantenido en torno a los 3,8 euros.

Los analistas de Deutsche Bank valoran de forma positiva este movimiento porque "refuerza el objetivo de la teleco española de contar con una base de accionistas estables a largo plazo" al tiempo que otorga un voto de confianza al equipo directivo del grupo presidido por José María Álvarez Pallete. Además, según sus estimaciones, "el coste de adquisición, que ha sido 3,7 euros por acción, debería representar 'un suelo informal' a partir de ahora".

No obstante, parece que la entrada del gigante árabe no ha llegado a neutralizar del todo el bombazo alemán y el conjunto de analistas de Bloomberg sigue dividido. Con un precio objetivo medio de 4,2 euros, el 50% de ellos recomienda mantener la inversión; el 37,5% propone comprar y el 12,5% considera que es el momento de vender. Es el caso, por ejemplo, de Exane BNP Paribas, que tan solo una semana después del anuncio, recortó su recomendación sobre la española hasta niveles por debajo del mercado (3,2 euros).

Zegona, con el ojo en Vodafone España

Ni un mes después de conocer la entrada del grupo germano en Telefónica, saltó a la palestra otra información (aunque todavía no resulta) capaz de agitar el mercado de las grandes telecos europeas: la gestora de inversiones británica Zegona quiere hacerse con Vodafone España. Un negocio que, en realidad, lleva años sin otorgar buenos resultados a la teleco británica.

En un primer momento, la noticia fue acogida con cierto optimismo por los inversores: la cotización de Vodafone llegó a sumar más de un 1,8%. Aunque esta tendencia no tardó mucho en desinflarse y cerró con un descenso del 0,04%. Los tropiezos de Orange y Telefónica, por su parte, fueron algo más significativos, con unas pérdidas del 1,7% y 0,93% respectivamente tras la noticia.

Foto: Logo de Vodafone en una de sus sedes. (EFE/Rolf Vennenbernd)

De momento, poco más se conoce sobre esta posible operación, aunque como adelantó este diario la semana pasada, el fondo inglés (que ya se situó como máximo accionista de Euskaltel antes de la adquisición de esta por MásMóvil) ya negocia con Bank of America y JP Morgan conseguir al menos 2.500 millones de euros para comprar, como mínimo, el 50% del negocio en el caso de que el grupo británico decida finalmente vender su filial ibérica.

De llevarse a cabo, esta operación supondría un nuevo impulso a la competitividad de un sector que podría quedar mucho más concentrado tras la fusión de Orange y MásMóvil (pendiente de aprobación). Precisamente, la Comisión Europea pausó el proceso de integración el pasado 4 de septiembre, reclamando informes más exhaustivos y detallados sobre el impacto del nuevo grupo en el mercado español. Todo apunta a que en las próximas semanas, ambas telecos presentarán su informe final para convencer a Bruselas de la fusión.

Las grandes telecos europeas se encuentran así sumergidas en un momento de esperas, incertidumbre e incógnitas que, probablemente, vayan despejándose a lo largo de los próximos meses, con respuestas que resultarán críticas (directa o indirectamente) para la marcha de los mercados financieros.

Hubo un tiempo (ya algo lejano) en que el sentimiento inversor por las tres grandes operadoras del mercado español parecía imparable. Telefónica, que en 2007 se llegó a colocar entre las 50 mayores empresas del mundo por valor en bolsa, superaba entonces los 100.000 millones de euros de capitalización, con una cotización que rondaba los 20 euros. Tras quince años de descensos, el escenario ahora es muy diferente: sus acciones se mantienen en el entorno de los 3,5 euros desde enero y su valoración actual es de 22.087 millones, un 80% menos.

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