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La fusión de Orange y MásMóvil amenaza el modelo de Digi como operador 'low cost'
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Por el mantenimiento de las redes

La fusión de Orange y MásMóvil amenaza el modelo de Digi como operador 'low cost'

Desde la compañía se mantienen firmes con la política 'low cost' que les ha permitido captar clientes de sus competidores hasta afianzarse como el quinto operador en España

Foto: Un cartel con el logotipo de Digi Mobil en una tienda. (Cedida)
Un cartel con el logotipo de Digi Mobil en una tienda. (Cedida)
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Digi es el gran favorito para conseguir los remedies que la Comisión Europea obligará a ceder para aprobar la fusión entre Orange y MásMóvil. Todo apunta a que esas concesiones incluirán redes de fibra de última generación y de telefonía móvil 5G, unas infraestructuras que el operador rumano alquila ahora mismo en su mayoría a Telefónica para dar servicio en España. La cuestión es que, si consigue ampliar su propia red de esta manera, verá cómo sus gastos fijos se incrementan de golpe, lo que le dificultará mantener su estrategia de precios muy bajos, según explican diversas fuentes que conocen de primera mano el sector de las telecomunicaciones.

El operador rumano se ahorrará la inversión que supone desplegar estas redes, pero tendrá que afrontar un mantenimiento que no es barato. Las compañías no ofrecen cifras concretas e individuales del desembolso que les supone, pero los ejecutivos de las principales telecos del mundo apuntaron hace un año que la construcción y el mantenimiento de las redes 5G y de banda ancha de fibra les cuesta 50.000 millones de euros anuales.

Foto: Foto de Orange en Bruselas. (Reuters/Yves Herman)

Digi tampoco es ajena al coste que suponen estas infraestructuras. Mismamente, la cuenta de resultados de su filial española registró unos números rojos de 6,45 millones de euros en 2022, frente al beneficio de 8,33 millones del ejercicio anterior, debido a la inversión que acometió para iniciar el desarrollo de su propia red de fibra óptica en el territorio nacional. Conseguir los remedies es la mejor opción para acelerar ese proceso, porque el despliegue ya lo han realizado Orange y MásMóvil, pero sumaría de golpe a su partida de gastos el coste por el mantenimiento de una red consolidada.

Ya en este 2023, durante el primer semestre, los ingresos de la compañía crecieron un 31% en España, hasta los 299,7 millones, gracias a que consiguió 1,4 millones de clientes más de los que tenía en 2022. Sin embargo, también crecieron sus costes operativos en un 23,6% interanual, hasta los 243,9 millones. Por lo tanto, teniendo en cuenta solo estas dos magnitudes, las ventas superan por poco a los gastos, pero todavía no están incluidos los hipotéticos remedies que todo el sector cree que conseguirá.

Desde la compañía se mantienen firmes con la política low cost que les ha permitido captar numerosos clientes de sus competidores y afianzarse como el quinto operador en España. A preguntas de este periódico, han asegurado que no están valorando "ninguna subida de precios para 2024". No afirman de forma tajante que vayan a mantener esta estrategia en los siguientes años, sino que muestran su "intención de seguir en la misma línea" porque consideran que su modelo "es sostenible a largo plazo". "Creemos, y lo demostramos cada día, que es posible ofrecer productos de calidad muy competitivos en precio y, a la vez, crear empleo e innovar", añaden.

Foto: Vista del logotipo de Telefónica. (EFE)

Lo cierto es que la estrategia de precios agresivos le está funcionando, al menos para aumentar su cuota de mercado. Entre enero y septiembre de este año, ha conseguido robar a sus competidores alrededor de 594.000 clientes (unos 125.000 de telefonía móvil y 469.000 de fija), según las últimas cifras actualizadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Aunque, con unas tarifas tan bajas, rentabiliza a sus usuarios en menor medida que las telecos tradicionales.

Por ejemplo, Digi cobra siete euros al mes a los clientes que contratan la tarifa de 10 gigas con llamadas ilimitadas, mientras que Movistar ofrece ocho gigas —dos menos— y llamadas ilimitadas por 14,95 euros al mes. Es decir, el operador de Telefónica ingresa más del doble por unos usuarios que demandan prácticamente el mismo servicio.

Los grandes operadores abandonaron hace años la guerra de precios porque entendieron que no era viable. Aunque todos ellos cuentan ahora con una marca low cost que en algunos casos no es rentable, pero sí necesaria para que la fuga de clientes no vaya a más. Sin embargo, los jugadores más pequeños, como Digi, tienen su mejor baza de crecimiento en esta estrategia, como ha demostrado la compañía rumana.

El 41% de los españoles que ha manifestado esta intención se marchará a otra compañía para pagar una tarifa más baja

De hecho, el informe Telco: Mobile and Fixed broadband connectivity, elaborado por la consultora Oliver Wyman, apunta que el precio es el factor más determinante para los consumidores que quieren cambiar de operador. Así, el 41% de los españoles que han manifestado esta intención se marchará a otra compañía para pagar una tarifa más baja, mientras que solo el 12% realizaría el camino inverso. Estas cifras explican las reticencias de las empresas de telecomunicaciones a dejar de ser low cost hasta que la situación financiera se haga insostenible.

El problema es que hacerse cargo de la gestión propia de las redes puede lastrar la cuenta de resultados si no se conjugan adecuadamente las tarifas. "Es un equilibrio difícil de alcanzar, en el caso de que se pretenda seguir compitiendo como un operador low cost", remarcan fuentes del mercado. Además, Orange y MásMóvil no regalarán los remedies, sino que el interesado deberá comprarlos. En este sentido, el consejero delegado de Digi en España, Marius Varzaru, aseguró a El Mundo que están dispuestos a invertir 2.000 millones si consiguen las concesiones. La compañía no puede afrontar esta cantidad únicamente con su actual facturación, con lo que deberá endeudarse o pedir ayuda a su matriz.

Digi es el gran favorito para conseguir los remedies que la Comisión Europea obligará a ceder para aprobar la fusión entre Orange y MásMóvil. Todo apunta a que esas concesiones incluirán redes de fibra de última generación y de telefonía móvil 5G, unas infraestructuras que el operador rumano alquila ahora mismo en su mayoría a Telefónica para dar servicio en España. La cuestión es que, si consigue ampliar su propia red de esta manera, verá cómo sus gastos fijos se incrementan de golpe, lo que le dificultará mantener su estrategia de precios muy bajos, según explican diversas fuentes que conocen de primera mano el sector de las telecomunicaciones.

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