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El BCE quiere convencer al mercado de que llevará la economía a recesión si hace falta
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El BCE quiere convencer al mercado de que llevará la economía a recesión si hace falta

La autoridad monetaria deja la puerta abierta a más subidas de tipos e insiste en que los tipos serán restrictivos para devolver la inflación al 2%

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Reuters/Pfaffenbach)
Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Reuters/Pfaffenbach)
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El Banco Central Europeo (BCE) cumplió este jueves con el guion, pero con un tono más duro —hawkish— de lo habitual. La autoridad monetaria elevó los tipos por séptima reunión consecutiva, aminorando el ritmo a 25 puntos básicos, hasta el 3,75%. Pero aseguró que la puerta está abierta para más subidas.

El BCE cree que las presiones subyacentes sobre la inflación siguen siendo elevadas, razón por la que aún no ha llegado al final del camino con las alzas de tipos de interés. Los tipos principales de financiación ya están en el 3,75%, el nivel más alto desde 2008, y los de facilidad de depósito, que repercuten sobre la liquidez de la banca, en el 3,25%.

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (EFE/Toms Kalnins)

Tanto el comunicado del banco central como la propia presidenta, Christine Lagarde, en rueda de prensa, insistieron en que puede haber más subidas de tipos de interés. Es más, que es probable que las haya. El BCE quiere convencer al mercado de que se toma muy en serio la lucha contra la inflación, y que quiere que las expectativas a medio plazo vuelvan al 2%.

Hay que tener en cuenta que la autoridad monetaria europea empezó el ciclo de subidas por el repunte de la inflación más tarde que la Reserva Federal (Fed), y no está dispuesta a perder cualquier atisbo de credibilidad. "Seguimos creyendo que el grado de endurecimiento de la política aplicada por el BCE hasta la fecha ya es suficiente para provocar una recesión. El efecto de una política más restrictiva se está haciendo más evidente en Estados Unidos, donde la Fed ha señalado una posible pausa en su reunión de mayo, en gran parte porque comenzó su ciclo de subidas cuatro meses antes que el BCE", arguye Anna Stupnytska, macroeconomista global de Fidelity.

La experta insiste en esta idea, porque la clave es que, a su juicio, está habiendo un retraso en la transmisión de la política monetaria a la economía real. El propio BCE ha destacado que mientras que las subidas de tipos sí se transfieren a las condiciones monetarias y de financiación, "los retrasos y la intensidad de la transmisión a la economía real siguen siendo inciertos".

Pero que haya un retraso no quiere decir que no vaya a suceder. "Dados los retrasos en el mecanismo de transmisión, la economía real de la zona euro aún no ha sufrido el impacto. Incluso sin nuevas tensiones agudas en el sistema bancario europeo, las restrictivas condiciones crediticias están aquí para quedarse, lo que en última instancia conducirá a la contracción del crédito y a la recesión", opina Stupnytska.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE.

Los efectos monetarios podrían llegar a la economía en los próximos meses, coincidiendo con la devolución de los préstamos baratos LTRO por parte de los bancos. "La suma de estos movimientos debería actuar como un freno muy potente sobre la economía de la zona euro, que ya se encuentra a velocidad de estancamiento, como confirman los datos del PIB del primer trimestre; [el no darse] el peor escenario posible, un invierno crudo, puede haber levantado el ánimo y la actividad a corto plazo, pero el triple endurecimiento de la política económica pronto volverá a debilitar los ánimos", apunta Dave Chappell, gestor de Columbia Threadneedle Investments.

Lagarde ha recordado que la demanda corporativa de crédito bancario ha sido "muy, muy baja" recientemente, lo que muestra que los tipos ya están siendo restrictivos para la economía real, y el BCE quiere ahondar en ello. No solo con los tipos, sino también drenando liquidez a través de la reducción de su balance, que continuará siendo de 15.000 millones mensuales en mayo y junio, para dejar de reinvertir los vencimientos en julio, lo que se traducirá en un recorte de 27.000 millones mensuales entre julio de 2023 y abril de 2024, según estimaciones de Frederik Ducrozet, jefe de macro de Pictet WM.

Lagarde recuerda que la demanda corporativa de crédito bancario ha sido "muy, muy baja"

En España, el crédito ya está cayendo con fuerza. Los bancos aseguran que es por menor demanda, ante la subida de tipos y la incertidumbre económica, aunque el grifo fluye menos en el canal de hipotecas que en el de empresas. Pero es una muestra de cómo están deteriorándose las perspectivas macro.

Por ahora, el BCE tiene a su favor que la economía se ha comportado mejor de lo esperado y, de hecho, la eurozona esquivó la recesión en el primer trimestre. Así, ha podido seguir endureciendo su política monetaria sin perturbar demasiado el crecimiento. Por otro lado, las tensiones bancarias, que continúan en Estados Unidos, parecen haberse frenado en Europa tras la caída de Credit Suisse y el susto posterior con el encarecimiento de los CDS —seguros de impago— de bancos como Deutsche Bank.

Foto: El presidente de la Fed, Jerome Powell. (Reuters/Leah Millis)

Pero, como se ha dicho, puede que todo el endurecimiento monetario no se haya trasladado aún a la economía real y, por lo tanto, el impacto sea severo. “Creemos que el BCE está aprovechando tanto los datos económicos mejores de lo esperado como la solidez de los bancos europeos para seguir endureciendo su política monetaria. Los responsables políticos necesitan muchas más pruebas de que la presión subyacente sobre los precios sigue una senda descendente coherente antes de que la dinámica de los salarios, los márgenes y los precios se vuelva ingobernable. Esta es la principal razón por la que esperamos que el banco central siga endureciendo su política monetaria y sitúe su principal tipo de refinanciación en al menos el 4,%-4,25% antes de este verano”, comentan Mabrouk Chetouane y Nicolás Malagardis, estrategas de Natixis IM Solutions.

Sin embargo, este no es el consenso. En realidad, al contrario. Los inversores creen que el BCE, pese al mensaje de este jueves, ha tocado techo con las subidas de tipos. Así lo indican el futuro del euríbor a tres meses o la curva de derivados OIS, que han reculado. Es decir, se da menos probabilidad de subidas de tipos ahora, incluso, que antes de la reunión.

Por eso el BCE es tan firme con su lenguaje, porque quiere convencer al mercado de que si es necesaria la recesión, habrá recesión, pero que tiene el compromiso de devolver la inflación al entorno del 2% a medio plazo. Y el último dato fue del 7%, con la inflación subyacente en el 5,6%. Las presiones inflacionistas siguen siendo fuertes, aseguró el banco central. Y mientras esto pase, no hay freno que valga. O eso quiso hacer creer al mercado.

El Banco Central Europeo (BCE) cumplió este jueves con el guion, pero con un tono más duro —hawkish— de lo habitual. La autoridad monetaria elevó los tipos por séptima reunión consecutiva, aminorando el ritmo a 25 puntos básicos, hasta el 3,75%. Pero aseguró que la puerta está abierta para más subidas.

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