La banca española renuncia a la guerra por captar depósitos y deja liquidez en el BCE

La banca española modulará las devoluciones de la liquidez al Banco Central Europeo (BCE). Este miércoles, han tenido que comunicar a la autoridad monetaria si acuden a la ventanilla que ha puesto el 23 de noviembre ante el cambio de condiciones de los préstamos desplegados durante el covid (TLTRO-III), y las entidades solo acudirán con una parte.

Desde ese día, el coste de la deuda estará indexado a los tipos de interés oficiales, ahora en el 2%. Mientras que el exceso de liquidez se remunera al tipo de facilidad de depósito, en el 1,5%, con lo que hay un coste neto del 0,5%. Los bancos van a asumir parte de este coste para modular la devolución de la liquidez.

De esta forma, se aseguran tener margen más que de sobra ante el inicio de una crisis y la incertidumbre que hay sobre su impacto, tanto en morosidad, que afectaría a la solvencia, como en facilidad para obtener liquidez. Además, un coste del 0,5% es menor que si en algún momento necesitan captar liquidez acudiendo al mercado mayorista con emisiones o a través del minorista con depósitos.

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De hecho, una lectura de esta decisión de quedarse parte de los TLTRO es que se aleja cualquier conato de guerra por el pasivo, evitando remunerar los depósitos. Por ahora, solo ING ha movido ficha para subir la rentabilidad del pasivo al 0,3%, lejos del nivel de los tipos de interés. Sí que hay bancos pequeños como EBN, BIG, Orange Bank, Pibank o MyInvestor con remuneraciones superiores. Pero no en los grandes.

La decisión transmitida este miércoles al BCE es que habrá devoluciones parciales el 23 de noviembre. Pero el grueso se queda para siguientes ventanas de posible devolución, según fuentes financieras.

La realidad es que los bancos españoles tienen más liquidez que nunca, pero esto podría cambiar en los próximos meses si deciden devolver toda la deuda con el BCE, después de que la autoridad monetaria haya modificado las condiciones de los TLTRO para evitar los beneficios caídos del cielo. La banca española ha movido de ventanilla en Fráncfort 364.603 millones entre septiembre y octubre para arañar los últimos resquicios de estos beneficios.

En concreto, las entidades españolas tienen 22.204 millones en la ventanilla de reservas en el banco central. Si devuelve el resto con los cambios de condiciones de los TLTRO, la liquidez de la banca depositada en el banco central tendría la cifra más baja desde noviembre de 2016, según los datos del Banco de España. Aunque dicho volumen es suficiente para cumplir con los requerimientos.

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Se trata de una cuantía remunerada al tipo oficial del BCE. La autoridad monetaria exige liquidez en esta caja para hacer frente a cualquier crisis. Pero desde junio, cuando el banco central modificó las condiciones de los TLTRO, el excedente depositado en reservas, respecto al mínimo obligatorio, no se remunera.

La mayor parte de la liquidez la han movido a facilidades permanentes, donde reciben remuneración por este cash al tipo de facilidad de depósito, que está ahora en el 1,5%. En concreto, los bancos españoles tienen en este apartado 370.865 millones, frente a los 6.262 millones con que contaban en agosto.

En los dos últimos meses, según los datos del Banco de España, los bancos españoles han incrementado su liquidez en 16.269 millones, hasta los 393.069 millones. Las entidades han tenido dos años de facilidad para obtener liquidez a través del BCE y, también, por el incremento de depósitos de familias y empresas y por las emisiones en los mercados de capitales.

Toda esta situación ha virado radicalmente con las subidas de tipos de interés y la restricción monetaria a la que apunta el BCE para luchar contra la inflación. Aun así, los bancos evitan, por ahora, cualquier posibilidad de guerra por el pasivo. Es decir, no remuneran los depósitos, evitando trasladar las alzas del precio del dinero en favor de los clientes, mientras inundan la red de fondos de inversión para aprovechar el nuevo contexto de la renta fija y generar ingresos por comisiones.

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Los beneficios caídos del cielo son los ingresos que generan las entidades simplemente por poner en la ventanilla del BCE un dinero que ha prestado el propio banco central. Lo hizo durante el covid, con los TLTRO III, a unas condiciones de hasta el -1% que han estado en vigor hasta junio, porque la autoridad monetaria buscaba que los bancos fueran en masa. De esta forma, quería evitar que se restringiera el crédito, mientras que ahora busca lo contrario.

La subida de tipos de interés, sin cambios, daría a los bancos ingresos por esta vía al remunerarse el exceso de reservas al tipo de facilidad de depósito, en el 1,25%. Hace apenas seis meses, estaba en el -0,5%. Pero el BCE ha modificado las condiciones para evitarlo, aplicando que la deuda proveniente de las operaciones TLTRO III tendrá un tipo que es el oficial del BCE, ahora en el 2%.

Los bancos apuran el calendario para disfrutar de ingresos extra a través de los beneficios caídos del cielo, ya que los ingresos mensuales superan los 100 millones. Por ello, tienen más de 370.000 millones en facilidades permanentes. Eso sí, si lo devuelven todo para que no se apliquen las nuevas condiciones, la liquidez de la banca en el BCE se reduciría a mínimos desde noviembre de 2016.