El avetoro, elegida ave del año 2024 en el peor momento para los humedales de España

En el peor momento de su historia para algunas de las zonas húmedas más importantes de España, como Doñana o las Tablas de Daimiel, el avetoro común (Botaurus stellaris), una especie estrechamente vinculada al medio acuático, acaba de ser elegida como ave del año 2024. Su elección llega tras un proceso de votación ciudadana organizado por la oenegé conservacionista SEO/BirdLife en el que han participado más de 5.000 personas.

Catalogado como especie en peligro crítico en el Libro Rojo de las Aves de España, el avetoro es una de las aves más escasas y difíciles de observar de la fauna ibérica. Relativamente abundante hasta la mitad del pasado siglo, a finales de los 80 inició un rápido declive que se fue acelerando hasta situarlo al borde de la extinción. Desde entonces, su población se mantiene bajo mínimos, con menos de medio centenar de machos reproductores según los últimos censos.

Una situación que no ha hecho más que agravarse en estos últimos años, especialmente como consecuencia del fuerte deterioro que sufre uno de los humedales que más frecuenta: Doñana. Los aguazales del valle medio del Ebro y La Mancha, especialmente las Tablas de Daimiel, son también muy importantes para la especie, pero su situación no es mucho mejor que la que vive el humedal andaluz.

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Según los ornitólogos que siguen la evolución de la especie, las poblaciones de los Aiguamolls de l’Empordà, en Cataluña, y de la Albufera de Mallorca, en Baleares, cuyos niveles de agua se encuentran en mínimos históricos debido a la grave sequía que sufren ambos territorios, podrían haberse extinguido ya o estarían próximas a desaparecer.

Por todo ello, su elección como ave del año 2024 representa una gran oportunidad para dar a conocer la situación que atraviesan las aves acuáticas en nuestro país. Los humedales españoles, que antaño constituían las áreas de cría y sobre todo de invernada más importantes para la avifauna europea, se están convirtiendo en auténticos eriales, donde la vida salvaje apenas resiste la intensidad y recurrencia de las sequías asociadas al cambio climático, y la sobreexplotación de los acuíferos que los nutren.

Respecto a su biología y costumbres, estamos ante una de las especies más emblemáticas de nuestra naturaleza alada: tanto por su aspecto como por lo singular de su comportamiento. Habitante de los carrizales que rodean las lagunas y las albuferas, donde cría, el avetoro es el gran fantasma de la marisma. Más que mimético, su plumaje, de tonos pajizos, entre pardos y cremosos, es idéntico al de la vegetación que lo rodea, lo que lo hace prácticamente invisible cuando se mantiene oculto entre las cañas. Basta mirar las fotos para comprobarlo.

Debido a ello, son contadas las ocasiones en las que el amante de las aves tiene oportunidad de conseguirlo. En el caso de que quien firma esta crónica, pese a haber acudido expresamente en varias ocasiones a sus áreas de cría para intentarlo, apenas tengo anotados un par de avistamientos en mis cuadernos de campo: una en el delta del Ebro y otra en Doñana.

Sin embargo, en contraste con su discreta librea, el avetoro debe su nombre al característico sonido de su reclamo, como el mugido de una res brava, que resuena por toda la marisma al anochecer o al rayar el alba. Algo que, para cualquier lego en la materia, puede provocarle un auténtico sobresalto, pues escuchado de cerca en verdad parece que vaya a salir un toro de detrás de las cañas.

Para Asun Ruiz, directora de SEO/Birdlife, la delicada situación que atraviesa esta emblemática ave acuática “evidencia muy bien que no estamos cumpliendo con el marco normativo para garantizar la conservación de estos ecosistemas esenciales, tanto para el avetoro como para nosotros”. Y es que la realidad es que el 85% de los humedales de relevancia internacional en España se encuentra en un estado de conservación preocupante, como ya informó esta oenegé en su informe Humedales Ramsar en España: en alerta. “No nos queda tiempo, debemos revertir el mal estado de unos ecosistemas fundamentales para la lucha contra el cambio climático y la seguridad de disponibilidad de agua”, añade Ruiz.

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Como recuerdan desde SEO/Birdlife, actualmente las mayores cifras en España de avetoro común se encontraban en Doñana, las Tablas de Daimiel o Aiguamolls de l’Empordà, sobre todo en las grandes extensiones de carrizo denso o en el caso de Doñana de bayunco y castañuela, donde abundaban sus principales presas como peces, ranas o cangrejos. Pero la mala situación que atraviesan estos tres humedales hace presagiar lo peor para esta ave, pues, como señala el capítulo del Libro Rojo de las Aves de España dedicado a la especie, “el delicado estado de conservación de la especie, con un escasísimo tamaño poblacional, provoca que cualquier tipo de mortandad tenga un importante impacto para la población a escala local, regional y nacional”.

A lo largo del 2024, la organización llevará a cabo diferentes trabajos de ciencia, conservación, educación y divulgación para dar a conocer la especie, así como su estado de conservación y contribuir a solucionar los problemas a los que se enfrenta el avetoro en España.