Los humedales españoles, en la UCI: la agonía que va desde Doñana al Delta del Ebro
Cerca del 90% de los humedales del planeta se ha degradado o perdido para siempre. En España, han desaparecido casi tres cuartas partes en apenas dos siglos
Junto al paisaje de un bosque quemado, no existe panorama más desolador en la naturaleza que el de un humedal reseco. Por eso resulta tan estremecedor saber que el 35% de los humedales del mundo ha desaparecido en los últimos 50 años y que en la actualidad su ritmo de destrucción es tres veces mayor que el de los bosques.
Con estos datos, facilitados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), hoy se celebra el Día Mundial de los Humedales, en conmemoración de la firma del Convenio de Ramsar, del que forma parte nuestro país y cuyo principal objetivo es frenar el rápido deterioro que están sufriendo estos ecosistemas en todo el mundo y fomentar las acciones necesarias para recuperarlos.
La preservación de los humedales es básica, tanto para las personas como para el planeta, pues figuran entre los que acogen mayor biodiversidad, son claves para la mitigación y la adaptación al cambio climático y nos prestan servicios tan básicos como el mantenimiento del ciclo del agua, la lucha contra la contaminación o el desarrollo agrícola y pesquero, entre muchos otros.
En España, según la valoración llevada a cabo por la organización conservacionista SEO/Birdlife con motivo de este día mundial, el 85% de los humedales de relevancia internacional se encuentra en un estado de conservación preocupante, por lo que reclama que estos espacios naturales, y muy especialmente las lagunas costeras, se declaren hábitats en peligro de desaparición.
Doñana y las Tablas de Daimiel se están viendo especialmente afectadas por la extracción excesiva y a menudo ilegal de agua subterránea; el Mar Menor recibe aportes hídricos altamente contaminados por la agricultura intensiva, además de soportar desde hace décadas una elevada presión urbanística; el Delta del Ebro está severamente amenazado de desaparición por la drástica disminución del aporte de sedimentos del río (uno de los más embalsados de Europa) y el constante aumento del nivel del mar como consecuencia del cambio climático, y la Albufera de Valencia, por la reducción de los aportes, el vertido de aguas contaminadas y la eutrofización, entre otros problemas.
Como consecuencia de ello, tanto el humedal andaluz como el manchego están incluidos en el Registro de Montreux del Convenio de Ramsar, que señala las zonas húmedas más amenazadas del planeta. Además, desde este organismo se han abierto expedientes informativos por la situación del Mar Menor, Aiguamolls de l’Empordà, lagunas de Ruidera y las albuferas de Valencia y Mallorca, además de los procedimientos de infracción abiertos por la UE contra España por Doñana y el Delta del Llobregat.
¿Cuántos son? ¿Dónde están?
Como denuncian desde esta oenegé, actualmente España sigue sin contar con un inventario completo y actualizado de sus zonas húmedas, pese a que así lo exige la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad de 2007. La principal causa de ello es que la mayoría de las comunidades autónomas siguen sin aportar sus datos al Comité Nacional de Humedales creado a tal efecto.
Debido a ello, el inventario actual recopila 764 sitios que ocupan una superficie de algo más de 235.000 hectáreas. Pero, además de completarlo, sería necesario identificar los humedales que han sido desecados para proceder a su restauración, tal y como exige el Convenio Ramsar y nos recuerda el PNUMA en este día mundial, cuyo lema es precisamente “Es hora de la restauración de los humedales”.
Para avanzar hacia ese objetivo, el Miteco aprobó en noviembre de 2022 el Plan Estratégico de Humedales a 2030, que incluye una larga lista de medidas para avanzar en el conocimiento de nuestra naturaleza acuática e impulsar la financiación, las normativas y la cooperación entre administraciones necesarias para garantizar tanto su conservación como su restauración.
El propósito del Gobierno es que en los próximos siete años se pongan en marcha las actuaciones necesarias para evitar, detener y revertir la pérdida y degradación de humedales en España, a fin de que ninguno de estos valiosos espacios naturales empeore su estado de conservación, que al menos la mitad de ellos haya mejorado y que buena parte de los que han desaparecido estén en proceso de recuperación.
Junto al paisaje de un bosque quemado, no existe panorama más desolador en la naturaleza que el de un humedal reseco. Por eso resulta tan estremecedor saber que el 35% de los humedales del mundo ha desaparecido en los últimos 50 años y que en la actualidad su ritmo de destrucción es tres veces mayor que el de los bosques.