Alfred Wallace, el tapado de Darwin del que el mundo se olvidó
El Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) dedica una exposición a este gran científico y explorador, coautor de la teoría de la evolución de las especies junto a Charles Darwin, en el bicentenario de su nacimiento
La historia de las ciencias naturales, como la de muchos otros ámbitos del conocimiento y la cultura, está repleta de personajes estelares cuya fama han eclipsado a otros de igual o incluso mayor trascendencia. Uno de los casos más notorios al respecto es el del eminente naturalista, biólogo y explorador galés Alfred Russel Wallace (1823-1913), coautor de la teoría de la evolución de las especies mediante selección natural junto a Charles Darwin (1809-1882), quien finalmente se llevaría toda la gloria y pasaría a ser universalmente conocido como ‘padre’ de la evolución.
Pero lo cierto es que, desconociendo que el propio Darwin había desarrollado la misma teoría 14 años antes sin llegar a publicarla, Wallace, que sentía una profunda admiración por su colega inglés, le hizo partícipe de sus observaciones a través de una carta fechada el 18 de junio de 1858. La lectura de aquel escrito debió dejar en estado de shock a Darwin. Y es que, a partir de las anotaciones tomadas durante sus viajes por separado, sin haberse comunicado antes y sin compartir sus conclusiones, aquel joven biólogo había llegado a identificar, a título personal y de manera independiente, el mecanismo por el que unas especies evolucionan en otras: la base de su teoría evolutiva.
Sin embargo, en lugar de enzarzarse en una disputa por la autoría del descubrimiento, Darwin y Wallace decidieron dar a conocer su hallazgo al mundo a la vez mediante un artículo científico, un ‘paper’, publicado por ambos un mes después en la revista de la Sociedad Linneana de Londres. Eso sí, un año después y empujado por su amigo y preceptor Charles Lyell (1797-1875), padre de la geología moderna, Charles Darwin publicaría a título propio, aunque en base a los fundamentos de la teoría elaborada con Wallace, el libro más importante de la historia natural, la obra que lo convertiría en uno de los científicos más influyentes de todos los tiempos: El origen de las especies.
Una exposición de homenaje y reconocimiento
Para descubrir la extraordinaria carrera de Alfred R. Wallace, y con ocasión del bicentenario de su nacimiento, el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha inaugurado la exposición ‘Alfred Russel Wallace. Biogeografía y Evolución', una muestra temporal soberbiamente elaborada que rinde homenaje a uno de los principales científicos del siglo XIX y da testimonio de su importante legado, más allá de la sombra de Darwin.
Wallace describió cientos de especies de insectos y aves nuevas para la ciencia y estableció las bases de la biogeografía moderna. En la exposición se exhiben más de un centenar de ejemplares naturalizados, entre los que destacan varios de los insectos colectados por el propio Wallace procedentes del Oxford University Museum of Natural History, incluído el famoso escarabajo joya (Chrysochroa wallacei), fotografiado a gran escala por el famoso artista visual Levon Biss. Además, se podrán contemplar libros históricos, cartas manuscritas y piezas de taxidermia de las colecciones propias del MNCN nunca antes expuestas.
El recorrido por el legado científico de Wallace se completa con un audiovisual producido en colaboración con CaixaForum y una sala inmersiva donde el visitante tendrá la sensación de adentrarse en una selva tropical, además de imágenes de sus expediciones por el Amazonas y el archipiélago malayo. Asimismo se ofrece información sobre la distribución geográfica de los animales, materia a la que Wallace dedicó gran parte de su trabajo, y, por supuesto, sobre el desarrollo de su propia teoría evolutiva, incluyendo las coincidencias y los desacuerdos que mantuvo con Darwin, siempre en un tono afable y desde el respeto académico.
A este respecto, para Soraya Peña de Camus, comisaria de la exposición, “como se explica en la muestra, la relación entre Wallace y Darwin fue siempre de amistad y reconocimiento mutuo. De hecho, en 1889 Wallace tituló Darwinismo el libro en el que revisa y actualiza su pensamiento evolutivo. Además, también le dedicó a Darwin su gran obra divulgativa El archipiélago malayo”, lo cual dice mucho de su bonhomía además de su gran talla como científico.
“Creemos que la exposición acercará al público a un naturalista excepcional que contribuyó enormemente al conocimiento de la biodiversidad tropical y que descubrió la evolución por selección natural de forma independiente a Darwin, por lo que teníamos muchas ganas de celebrar el 200 aniversario de su nacimiento y dedicarle la atención que merece” señala Borja Milá, vicedirector de Exposiciones del MNCN.
Ubicada en el edificio principal, la exposición se podrá visitar hasta septiembre de 2024 y en paralelo se llevarán a cabo diversas actividades, como conferencias, mesas redondas y talleres prácticos para que los más jóvenes descubran y valoren el importante papel de la biogeografía en el conocimiento del entorno, descubran el alto valor de la biodiversidad y reconozcan a Alfred Russel Wallace como lo que es en realidad: uno de los científicos más grandes de la historia. No en vano el paso del tiempo ha venido a confirmar que su trabajo fue determinante para elaborar la teoría de la evolución: el concepto clave de la biología para entender el funcionamiento de la vida en el planeta.
La historia de las ciencias naturales, como la de muchos otros ámbitos del conocimiento y la cultura, está repleta de personajes estelares cuya fama han eclipsado a otros de igual o incluso mayor trascendencia. Uno de los casos más notorios al respecto es el del eminente naturalista, biólogo y explorador galés Alfred Russel Wallace (1823-1913), coautor de la teoría de la evolución de las especies mediante selección natural junto a Charles Darwin (1809-1882), quien finalmente se llevaría toda la gloria y pasaría a ser universalmente conocido como ‘padre’ de la evolución.