Sin reforma de los mercados eléctricos no habrá transición energética

En la reciente cumbre europea en Versalles no se ratificó ningún acuerdo vinculante para desvincular el precio del gas al de la electricidad. Los mandatarios de los Estados miembros, pese a la elevada tensión en los precios por la dependencia energética que amenaza a la economía productiva y familiar de la Unión Europea, no han consensuado la inmediata aplicación de una de las iniciativas más relevantes ante la crisis energética actual.

Ante la reiterada negativa de numerosos países, encabezada por Alemania, desde octubre de 2021, ahora se abre una puerta a la reforma del modelo de fijación de precios en los mercados eléctricos. Pero deberá esperar al Consejo Europeo que tendrá lugar la próxima semana y al que los gobiernos de España y Portugal ya han anunciado que acudirán con una propuesta conjunta para establecer un tope al megavatio/hora (MWh) de 180 euros.

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Según la declaración final, firmada por los presidentes de los 27 estados que pertenecen a la Unión Europea, el compromiso de reducir la dependencia energética del viejo continente se articula en asegurar el suministro mientras la transición energética avanza progresivamente con los objetivos recogidos en el paquete de medidas Fit for 55 y en las Directivas de Energías Renovables.

La invasión de Ucrania está empujando a la UE a romper todo lazo de relación energética con Rusia, pero escalonadamente, puesto que un corte unilateral pondría en riesgo el abastecimiento de gas, petróleo y carbón rusos que, mal que nos pese, actualmente son indispensables. Este fue el principal postulado energético de la cumbre en Versalles, teniendo en cuenta que, pese a los esfuerzos que se están llevando a cabo para acelerar la transición energética, hoy por hoy, tres cuartas partes del consumo de energía primaria en Europa procede de combustibles fósiles.

Hasta que las renovables no aumenten su aporte al mix energético, no lograremos rebajar las exorbitantes cifras de la electricidad

La posición de vulnerabilidad difiere ampliamente en función del mix energético de cada país, por lo que las demandas de cada mandatario también y tensionan una acción conjunta y ambiciosa. La urgencia ahora es sustituir la importación de gas ruso con nuestras rutas de GNL (gas natural licuado), desarrollando el biogás y el hidrógeno verde, pese a las contradicciones que planeta este último, mejorar las interconexiones de las redes de gas y electricidad, promover la eficiencia y la gestión responsable de los consumos energéticos.

Las prisas por modificar el modelo marginalista en la fijación del precio de la electricidad, como insisten un gran número de expertos energéticos, no son compartidas por los máximos dirigentes europeos, que en el encuentro de Versalles invitan a la Comisión Europea "a que presente, a finales de marzo a más tardar, un plan para garantizar la seguridad del suministro y favorecer unos precios de la energía asequibles".

Con los precios disparados, y el récord español ya en 545 €/MWh, es necesario que la Comisión se posicione con contundencia a favor de que las renovables aumenten su aporte al mix energético y permitan rebajar las exorbitantes cifras que de manera continuada está alcanzando la tarifa eléctrica, en nuestro país y en toda Europa.

Seguir la senda del RePowerEU

La declaración de la cumbre se enmarca en las líneas maestras del RePowerEU, 'toolbox' europeo presentado el 8 de marzo e invita a que la Comisión Europea proponga y defina los ejes de aplicación de este plan a finales de mayo, a más tardar. Los objetivos fijados en el plan para finales de 2022, dirigidos para el próximo invierno, apremian a diversificar los proveedores de gas en 60 bcm (millones de metros cúbicos) para reducir en dos tercios las compras de gas a Rusia.

Las importaciones de GNL desde Estados Unidos ya se habían disparado hasta el 32,9% del total del suministro, un gas extraído mediante el fracking, una práctica muy contaminante y extremadamente agresiva con el entorno que está prohibida por la propia Ley de Cambio Climático española. Paralelamente, la hoja de ruta europea busca sustituir 3,5 bcm de biometano antes de final del año.

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También pretende eliminar la dependencia abriendo hueco para la electricidad autóctona, principal vector energético de la transición energética, con el objetivo de instalar 480 GW de eólica y 420 GW de solar fotovoltaica (eliminando 170 bmc) para 2030. Respecto a la calefacción de los hogares y edificios, muchos de los cuales queman gas en las calderas, la Comisión apuesta por alentar la puesta en marcha de 30 millones de bombas de calor que lograrían reducir hasta 35 bcm de gas.

El RePowerEU no menciona explícitamente la necesidad de reducir el flujo de petróleo bombeado desde Rusia, pese a que Europa les compra el 27% del total. Como señalaba Transport&Environment, Europa paga unos 260 millones de euros (285 millones de dólares) cada día a Rusia por su petróleo. Esto fueron 104.000 millones de euros durante 2021, más del doble en comparación con los 43.400 millones de las compras de gas natural ruso.

Hasta que se acometa la reforma del mercado eléctrico, Europa ha abierto la veda a que cada país pueda, dejándolo a su propia voluntad, detraer los extrabeneficios de los gigantes eléctricos por los altos precios del gas. El anexo 2 del RepowerUE contempla la posibilidad de emplear esos excesivos ingresos inesperados para aminorar los costes regulados de la tarifa eléctrica y financiar todas las políticas públicas, tanto las aplicadas como las futuras (ya han costado 7.000 millones a las arcas públicas), de contención ante la grave situación actual.

Europa no fija la estructura ni los detalles de dicha medida, como tampoco da pautas a los Estados, pero si calcula la cifra de poder utilizar 200.000 millones de beneficios "caídos del cielo". España lo intentó en el otoño de 2021, buscando ingresar 2.600 millones de las empresas generadoras, sin mucha fortuna ante la presión del lobby eléctrico.

Un parche fiscal, necesario desde hace años, ante la latente y acuciante espera del rediseño del mercado eléctrico. No obstante, como ha expresado públicamente Teresa Ribera, España sigue presionando a la Comisión Europea para la urgente necesidad de desvincular el gas del precio de la electricidad, previendo que habrá que esperar hasta el próximo mes para aplicar la medida, ya sea a nivel nacional o comunitario.