Almeida confirma el sobreprecio que pagó la Iglesia con el suelo que compró a Metrovacesa

No va más. El Ayuntamiento de Madrid ha desvelado el precio de la única oferta que ha recibido por dos parcelas del barrio de Valdebebas (TER.02.174-A y TER.02.189-A2), que sacó a la venta el pasado enero, y los números avalan el sobreprecio que pagó Fusara, fundación ligada al Arzobispado de Madrid, por un terreno adjunto.

Como ha venido informando este medio, desde hace cuatro años, se investiga en los juzgados madrileños la presunta existencia de una trama organizada que habría expoliado a entidades de beneficencia. Entre las operaciones en el ojo del huracán, está la compra de Fusara a Metrovacesa de un solar en este barrio del norte de Madrid.

El 4 de marzo de 2020, la fundación cerró el acuerdo a un precio de 47,7 millones por una parcela con 34.800 metros cuadrados de edificabilidad, lo que arrojó una media de 1.370 euros por metro cuadrado. Ya entonces, esta cifra era el doble de todos sus comparables, sobreprecio que ha ido subrayándose con cada nueva gran operación que se ha ido cerrando.

Pero el golpe de gracia llegó el pasado viernes, con la apertura de sobres de la única oferta recibida por el Ejecutivo de José Luis Martínez-Almeida. Uno de los dos solares linda con el comprado por Fusara, lo que lo convierte en su mejor comparable, ya que formaban parte de una misma bolsa de terreno, que se dividió en tres parcelas.

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Se trata de la parcela TER.02.189-A2, un suelo con una edificabilidad de 50.488 metros cuadrados que el Ayuntamiento de Madrid puso a la venta por 41,45 millones de euros. Este es el precio exacto, ni un euro más, que ha ofrecido la sociedad Global Filema, única que ha concurrido a la licitación, que ha valorado cada metro cuadrado de edificabilidad en 821 euros. Al haber solo una oferta, la compra ya únicamente está pendiente de la adjudicación definitiva.

Una sencilla regla de tres permite comprobar que la Iglesia pagó casi un 70% más, con la agravante de que, en estos cuatro años, la zona se ha consolidado, hasta el punto de que ha sido elegida para formar parte del nuevo circuito urbano de la Fórmula 1, que discurrirá justo por delante de estos solares.

Suma y sigue, porque la subasta del Ayuntamiento de Madrid cobra el triple de relevancia cuando se recuerda que el consistorio es patrono nato de Fusara. ¿Cómo se explica que aceptara comprar a un precio casi un 70% superior al que ahora vende Cibeles? Según explicó a este medio un portavoz del consistorio, para marcar el precio de subasta se ha aplicado la metodología que establece el Banco de España. ¿Qué criterio se siguió en marzo de 2020?

Aquí entran en juego dos equipos de Gobierno diferentes. La compra de la parcela de Fusara forma parte de una operación más amplia, que los propios investigados por el Juzgado de Instrucción número 28 de Madrid definieron en su momento como proyecto de transformación de activos. Este contemplaba vender 14 edificios residenciales de la fundación en el centro de Madrid a precio de liquidación y, con ese dinero, comprar muy por encima del precio de mercado el solar de Metrovacesa.

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Todo ello, regado con unas millonarias comisiones que se repartieron entre los intermediarios, personas del arzobispado y de las fundaciones. Quienes pagaban esas comisiones eran los terceros que se beneficiaron de estas operaciones, ya fueran compradores (como en el caso de la Universidad de Nebrija con la Fundación Santísima Virgen y San Celedonio) o vendedores, como en el caso de Metrovacesa.

Cuando se vendió el patrimonio de las fundaciones, quien estaba en el Palacio de Cibeles era Manuela Carmena y el concejal que la representaba en el patronato de Fusara cuando se aprobó la venta de sus pisos a precio de liquidación para comprar un suelo de oficinas, Mauricio Valiente.

El bastón de mando cambió de manos en la primavera de 2019, cuando Almeida fue nombrado nuevo alcalde, con Ciudadanos como socio de gobierno. Entonces, el naranja José Aniorte tomó el relevo de Valiente en el patronato y, se supone, delegó su firma para aprobar la operación de transformación de activos. El problema es que Almeida aseguró que nunca aceptó el cargo. Entonces, ¿cómo pudo delegar nada en Aniorte?

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Este tirar la piedra y esconder la mano es una tónica general de todos los partidos, tanto a nivel municipal como central, ya que en el patronato también se sentaba Delegación del Gobierno. Antes de que los vecinos de las viviendas de Fusara acudieran a los tribunales, todo eran parabienes.

Pero, cuando saltaron las alarmas, pareció como si nadie supiera nada y todas las formaciones políticas prefirieron mirar para otro lado, a pesar de que tenían conocimiento directo de los planes, tanto por ser patronos, como por diferentes reuniones que han quedado acreditadas entre personas de las fundaciones y diferentes miembros de la administración.

Aunque se dijo que con el dinero de las ventas de Fusara y FSVSC se iba a construir una ciudad de la misericordia en el sur de Madrid, la realidad es que se adquirió el suelo de Metrovacesa en Valdebebas para hacer un edificio de oficinas, operación cuyo coste total superaba los 110 millones de euros, entre la compra de los terrenos (47,67 millones) y la obra (60 millones).

Del mismo modo, la inversión que terminará llevando a cabo el Global Filema será muy superior a los primeros 41,45 millones que ha acordado pagar por el suelo de al lado de Fusara, o los 75,5 millones que desembolsará por la otra parcela que también vende el Ayuntamiento, ya que deberá levantar sendos edificios, lo que se traducirá en varios cientos de millones de euros de inversión.