Así es el imperio levantado por la Universidad Nebrija con patrimonio de la Iglesia

El silencio que se respira en conventos y monasterios traspasa los muros de estos centros cuando se intenta aclarar cómo y quién autorizó disolver la comunidad de salesas del Tercer Monasterio de la Visitación de Madrid y dárselo a la Universidad Nebrija, entidad que en pocos años ha construido un auténtico imperio en el centro de Madrid. Esta misma cuestión fue la que planteó el PSOE hace un año, durante la tramitación del plan especial del monasterio, y cuya respuesta sigue arrojando muchos interrogantes este miércoles, cuando se vota su aprobación en la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid.

Los socialistas alertaron de que el promotor del plan era Manuel Villa-Cellino, presidente de la universidad, y no las propietarias de la parcela: una comunidad de salesas, monjas de clausura. Además, según la información remitida al ayuntamiento, estas religiosas habían llegado a un acuerdo con Nebrija para destinar el inmueble a uso universitario, pero manteniendo para la orden el disfrute de la Iglesia, la casa de capellanes y una parte del edificio, acuerdo que firmó el administrador de las religiosas en junio de 2018. Un mes después, esta comunidad fue disuelta y su monasterio, suprimido.

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Aquel año fue especialmente activo en operaciones inmobiliarias entre la universidad y la Iglesia madrileña, ya que apenas cinco meses después Nebrija adquirió la parroquia de San Jorge, la residencia de ancianos y el gran terreno que posee la Fundación Santísima Virgen y San Celedonio (FSVSC) junto al Santiago Bernabéu, venta que está siendo investigada en los tribunales por la presunta existencia de una trama inmobiliaria que habría expoliado patrimonio de entidades ligadas a la Iglesia católica, y que ha llevado a la imputación, entre otros, de Villa-Cellino.

También fue en esa época cuando Nebrija empezó a abrir en otro monasterio de la Visitación, el que tienen las salesas en la calle Santa Engracia, pisos compartidos de estudiantes, iniciativa que le ha llevado, tres años después, a instalar en este céntrico enclave la sede de Con-Vive, filial especializada en alojamientos universitarios que se ha sumado a las residencias Augustinus Nebrija, que gestiona desde 2004, Corazonistas Nebrija y Chamberí Nebrija, que alquiló hace ocho años al Instituto Catequista Dolores Sopeña.

Suma y sigue, porque un par de cursos antes, en septiembre de 2010, la Universidad Nebrija y la Fundación San Juan de Dios inauguraron el Centro Universitario de Ciencias de la Salud San Rafael Nebrija, para ofrecer los grados de Enfermería y Fisioterapia, alianza llamada a contar con dos edificios propiedad de los hermanos de San Juan Dios. El primero se ubica en el recinto del Hospital San Rafael, justo al lado de la parroquia de San Jorge, y el segundo estaba proyectado a pocos metros, en los terrenos de la avenida Concha Espina, donde ese mismo año 2010 los hermanos de San Juan de Dios compraron el antiguo colegio alemán.

Un auténtico tesoro que esta institución laica e independiente ha conseguido construir en pocos años, ya que fue en 1995 cuando se la reconoció como universidad privada. Sus raíces están en la localidad de Hoyo de Manzanares, donde tiene el campus de La Berzosa, pero con la llegada del nuevo milenio pisó el acelerador gracias a sus numerosos acuerdos con órdenes de la Iglesia católica.

Estas, por su parte, sufren una grave crisis de vocaciones que les ha llevado a contar con un vasto patrimonio en muchas ocasiones infrautilizado y/o en manos de personas de muy avanzada edad. El cóctel perfecto para que terceros logren traspasar sus muros. Esta foto podría aplicarse a la comunidad del Tercer Monasterio de la Visitación, que en el año 2017 apenas contaba con ocho hermanas, ya mayores, que tras ceder su patrimonio a Nebrija fueron reubicadas en otros monasterios de las salesas y se suprimió el suyo.

El PSOE ha alertado sobre el alquiler a Nebrija de un monasterio de salesas por no quedar claro si las monjas conocen las obras que se van a hacer

Una máxima que niegan desde la universidad. Un portavoz de la institución, a preguntas de este medio, ha asegurado que "la congregación no se ha disuelto ni tiene por qué, puesto que el contrato de alquiler no afecta a todo el edificio. Se reserva expresamente un espacio para que las religiosas sigan haciendo su vida de clausura. Las hermanas, que son apenas ocho y mantenían cerrado casi todo el edificio, van a poder continuar con su vida actual, pero disfrutando de las rentas del alquiler del resto del inmueble".

Este punto es importante, ya que al tratarse de monjas de vida consagrada, su disolución debe ser aprobada por Roma, que es también quien tiene la potestad para dar luz verde a operaciones patrimoniales de estas órdenes por encima del millón de euros, como ésta, aunque se haya estructurado como un alquiler a 25 años, con prórrogas por cinco ejercicios. Además, para poder disponer de su patrimonio, primero se debe aprobar la disolución de la comunidad.

¿De qué se informó exactamente al Vaticano? Este medio ha intentado recabar la versión de la Nunciatura, pero tras varios intentos, no ha obtenido respuesta. Tampoco el administrador del primer y del tercer monasterio, que es quien firmó el acuerdo con Nebrija, aclara quién y cuándo aprobó disolver la comunidad, mientras que desde el Arzobispado han explicado que en abril de 2018 se pidió el parecer del obispo, en junio se rubricó el contrato con la universidad y en julio se disolvió la comunidad. Es decir, se dispuso de su patrimonio antes de lo normativamente establecido.

Desde Nebrija, en cambio, limitan el alcance de las autorizaciones solicitadas a la aprobación del alquiler y aseguran que "la propia comisaria pontificia solicitó del Vaticano la autorización para arrendar el inmueble de San Francisco de Sales, a lo que dio su aprobación en 2018". En concreto, desde el Arzobispado reconocen haber recibido luz verde de Roma en noviembre de 2018 al contrato de alquiler a largo plazo. Entonces, ¿por qué y quién disuelve la comunidad? Y ¿quién va a cobrar ahora la renta?

Con apenas meses de diferencia, la universidad se hizo con la parroquia de San Jorge y con dos monasterios de clausura en el centro de Madrid

En principio, debe repartirse entre los diferentes monasterios donde se ha acogido a las monjas. Sin embargo, en la documentación del Plan Especial aparece como nueva arrendadora la comunidad del Primer Monasterio de la Visitación, a pesar de que allí solo fueron tres de las ocho hermanas, que tiene como apoderado al mismo administrador que firmó el acuerdo con Nebrija, y que también se ha dedicado en los últimos tiempos a alquilar su patrimonio a Nebrija.

Ubicado en el número 18 de la calle Santa Engracia, donde ocupa una manzana completa, este inmueble se divide desde hace años entre el convento de clausura, la iglesia y numerosos pisos y locales que las monjas llevan alquilando desde hace décadas a familias y negocios, incluida una comisaría. Hasta que hace cuatro años, según denuncian vecinos, empezaron a no renovar los contratos que vencían para arrendar esas mismas viviendas a Nebrija, que ha conseguido crear así una filial de pisos compartidos de estudiantes Con-Vive.

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Incluso en medio de la pandemia, cuando el Gobierno estableció la prórroga automática de los contratos de alquiler, la superiora envió cartas a inquilinos históricos, que pagan rentas más bajas, emplazándoles a abandonar sus viviendas y remitiéndoles a su abogado si estaban disconformes o tenían cualquier duda, según la documentación a la que ha tenido acceso este medio. En paralelo, Nebrija iba haciéndose con los pisos que quedaban vacíos y tranformándolos en viviendas compartidas que van de tres a siete habitaciones, además de salón, cocina y baños.

Por cada una de estas habitaciones, los estudiantes llegan a pagar los mismos 600 euros por los que antes se arrandaban apartamentos de 60 metros cuadrados. Un nuevo negocio que también rompe los moldes de la imagen tradicional de un convento, ya que los vecinos denuncian sufrir fiestas en los pisos todos los fines de semana, incluso cuando había toque de queda por el covid, lo que llevó a iniciar, en el ayundamiento, un expediente sancionador.

No obstante, la operación que más controversia ha generado ha sido la venta de la parroquia de San Jorge. Hace un año, cuando los tribunales empezaron a investigar la presunta existencia de una trama inmobiliaira, Nebrija y el Arzobispado de Madrid anunciaron haber llegado a un acuerdo de reversión. Sin embargo, ocho meses después, este anuncio seguía sin concretarse en hechos, lo que llevó a los feligreses de esta iglesia a pedir al juez medidas cautelares.

Tanto los actuales responsables de la FSVSC como la universidad han asegurado a este medio haber llegado hace mes y medio, el pasado diciembre, a un acuerdo definitivo de reversión, que tendrían ya firmado y que estaría solo pendiente de consultar al juez que instruye su caso si deben levantarse las cautelares para elevarlo a público o pueden volver a registrar los terrenos a nombre de la fundación.

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Entre los feligreses, que fueron quienes denunciaron en Anticorrupción la venta de su parroquia a la universidad, sigue habiendo serias dudas respecto a la letra pequeña de este acuerdo y temen que sea una estrategia de Villa-Cellino para ser desimputado, con el argumento de que también fue engañado, pero reservándose unos derechos que le permitan volver a intentarlo en unos años.

En paralelo a esta reversión, también se está deshaciendo el acuerdo que une a Nebrija con los hermanos de San Juan Dios, al haberse pedido la desadscripción del Centro Universitario de Ciencias de la Salud San Rafael. Esta orden hospitalaria ha estado en el foco de la investigación canónica que ordenó abrir el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, por hacer coincidido en ella varios de los ahora imputados por el caso de las fundaciones.

Varias fuentes conocedoras aseguran que, a partir del próximo curso, estos grados se impartirán en alianza con Comillas, que ya está detrás del campus que tiene la orden en la localidad de Ciempozuelos y al que ahora añadirá el del paseo de la Habana. Este medio ha intentado confirmar tanto con San Juan de Dios como con la universidad de los jesuitas a qué responde este cambio y qué va a pasar con los terrenos del antiguo colegio alemán, donde estaba proyectado ampliar el acuerdo con Nebrija. Pero al cierre de esta edición no ha conseguido respuesta.

Parece que el silencio de conventos y monasterios siempre traspasa los muros.