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Todo el mundo habla de Rodalies, pero antes va el Cercanías vasco y quedan muchos flecos por cerrar
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similitudes y diferencias con Cataluña

Todo el mundo habla de Rodalies, pero antes va el Cercanías vasco y quedan muchos flecos por cerrar

El Ministerio de Transportes y el de Política Territorial tienen que cerrar con el Gobierno vasco la transferencia del servicio en un plazo de tres meses. El PNV no va a permitir retrasos

Foto: Imagen de archivo de un tren de Cercanías. (EFE/Sergio Pérez)
Imagen de archivo de un tren de Cercanías. (EFE/Sergio Pérez)

El Ministerio de Transportes debe tener listo en marzo el traspaso de los Cercanías al País Vasco. La transferencia de Rodalies a Cataluña ha acaparado casi todos los titulares, pero el acuerdo entre el PNV y el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez marca un plazo de tres meses y el tiempo apremia. Además, los jeltzales no están dispuestos a dejar pasar ni una. Las advertencias de Andoni Ortuzar son constantes y ya ha zanjado que los Cercanías serán la "prueba del algodón" de la voluntad real de los socialistas por cumplir lo firmado. Las prisas del calendario contrastan con las declaraciones de Óscar Puente. El nuevo ministro asumió la pasada semana en Barcelona que "va a llevar tiempo" cerrar y ejecutar el acuerdo con ERC. No son, ni mucho menos, dos casos idénticos, pero tienen bastantes puntos en común y el trabajo desarrollado en una comunidad servirá de referencia para la otra.

Ni el Ministerio de Transportes ni el Departamento de Gobernanza de Euskadi, el encargado de las negociaciones, dan detalles del estado de las conversaciones ni de la letra pequeña del acuerdo, a pesar de que el Gobierno central llegó a anunciar la pasada legislatura que estaba cerca de cerrarse. ¿Implicará, como sí refleja el pacto ERC-PSOE, la transferencia del servicio y de la infraestructura? ¿Se creará una empresa mixta Estado-comunidad como en el caso catalán para la prestación del servicio?

Fuentes del Departamento de Gobernanza señalan que la pretensión del Ejecutivo de Iñigo Urkullu es que el traspaso sea "íntegro", de lo que se deduce que incluirá (o al menos eso será lo que exija la autonomía) tanto el servicio que ahora depende de Renfe como la infraestructura, en manos de Adif. También, al igual que en el caso catalán, la financiación necesaria. Uno de los acuerdos rubricados la pasada legislatura con el Ministerio de Política Territorial fue que el coste de la competencia se deducirá del Cupo vasco. No obstante, ambas partes no cerraron ni la cuantía ni otros aspectos relativos al servicio en sí ni a la infraestructura.

El pacto PNV-PSOE establece un plazo general de dos años para el desarrollo íntegro del Estatuto de Gernika, pero fija "como excepción" la transferencia de tres competencias de aquí a tres meses. La primera es la de los ferrocarriles, "en los términos de la última propuesta remitida por el Gobierno vasco", según recoge el pacto. La duda es qué estipula esa última propuesta. Desde el Ejecutivo vasco, conceden que en algunos puntos hay un "acercamiento y en otros, menos", pero no dan más datos. La consejera de Gobernanza, Olatz Garamendi, remitió una carta la semana pasada al nuevo titular de Política Territorial, el canario Ángel Víctor Torres, y los equipos de ambos ya han cruzado alguna conversación, pero los contactos todavía son "muy incipientes", señalan fuentes del Departamento vasco.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, durante la inauguración de una estación del Metro de Málaga. (EFE/Carlos Díaz)

El servicio de Cercanías en Euskadi incluye cinco líneas. Cuatro unen diferentes municipios de Bizkaia con Bilbao y la quinta es la que opera en Gipuzkoa. En un principio, todas podrían ser transferibles al País Vasco, aunque la C4F Bilbao-Balmaseda es la que más dudas genera. Es una línea del viejo Feve y figura en la red de interés general del Estado al discurrir por varias comunidades (el trazado comienza en Galicia y recorre toda la cornisa cantábrica). Además, por ella circulan convoyes de larga y media distancia y también mercancías.

Aun así, este extremo no tendría por qué ser un impedimento insalvable. Precisamente, PSOE y PNV pactaron la inclusión de una disposición adicional en la reforma de la Ley del Sector Ferroviario aprobada en diciembre de 2022 en el Senado, por la que se permite sacar líneas del catálogo de interés general. Además, se garantiza que la administración central sufragará las inversiones necesarias para asegurar el buen estado de los servicios que se transfieran. La disposición fue uno de los pasos dados por los socialistas para facilitar la transferencia.

Foto: Trenes de AVE en la estación de Atocha, en Madrid. (Europa Press/Eduardo Parra)

Por lo tanto, sobre el papel Euskadi está en disposición de asumir la gestión y la infraestructura del conjunto de la red que atraviesa la comunidad, si bien el acuerdo firmado entre ERC y PSOE apunta a que Cataluña gestionará primero tres de las líneas de Rodalies y luego se analizará el posible traspaso de otras. El pacto catalán también precisa que la Generalitat pasará a tener la titularidad de la infraestructura ahora en manos de Adif y recoge que se creará una empresa con un consejo de administración paritario entre la administración central y la catalana para prestar los servicios titularidad ahora de Renfe. ¿Será igual en Euskadi?

El País Vasco ya cuenta con un gestor ferroviario, Euskotren, responsable de tres líneas de ferrocarril y de los tranvías de Bilbao y Vitoria, entre otros servicios, y con un Adif propio, ETS (Eusko Trenbide Sarea). El operador vasco nació cuando el Estado transfirió a Euskadi las líneas de vía estrecha (Feve), a excepción de las que conectaban con otras comunidades. Las negociaciones con el Ministerio deberán despejar el papel de las dos empresas vascas en el futuro traspaso, cuyo contenido deberá estar cerrado en marzo. Otra cosa será el calendario para la ejecución del mismo. Los planes de Renfe pasan por crear filiales autonómicas para canalizar las transferencias de los Cercanías. Además, el servicio, ya sea en manos del Gobierno central o de las autonomías, deberá prepararse para su liberalización, prevista para 2027.

El Ministerio de Transportes debe tener listo en marzo el traspaso de los Cercanías al País Vasco. La transferencia de Rodalies a Cataluña ha acaparado casi todos los titulares, pero el acuerdo entre el PNV y el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez marca un plazo de tres meses y el tiempo apremia. Además, los jeltzales no están dispuestos a dejar pasar ni una. Las advertencias de Andoni Ortuzar son constantes y ya ha zanjado que los Cercanías serán la "prueba del algodón" de la voluntad real de los socialistas por cumplir lo firmado. Las prisas del calendario contrastan con las declaraciones de Óscar Puente. El nuevo ministro asumió la pasada semana en Barcelona que "va a llevar tiempo" cerrar y ejecutar el acuerdo con ERC. No son, ni mucho menos, dos casos idénticos, pero tienen bastantes puntos en común y el trabajo desarrollado en una comunidad servirá de referencia para la otra.

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