Cobran mejor, pero faltan al trabajo: las causas del absentismo laboral que atenaza a Euskadi

El mercado laboral en Euskadi es, en ciertos sentidos, diferente al del resto de España. El análisis de los diferentes indicadores nos presenta una realidad compleja y, en muchos sentidos, contradictoria. Los salarios medios están entre los más altos del país y el desempleo es de los más bajos. Pero hay otras estadísticas que presentan un panorama con muchas más aristas. La región es, sin ir más lejos, la comunidad autónoma dónde más huelgas se llevaron a cabo en 2022. Pero no por un estrecho margen. El 50% de las protestas a nivel nacional las protagonizaron el pasado año trabajadores vascos. Y es también un territorio que, como ha vuelto a saltar a la palestra esta semana, tiene una elevada tasa de absentismo laboral. Estas son las causas de este fenómeno.

Es algo habitual desde hace unos años que Euskadi aparezca, si no como la primera, en los puestos altos del ranking. Según datos publicados esta misma semana por la empresa de recursos humanos Randstad, una media de 75.296 trabajadores faltan a su puesto de trabajo a diario en el territorio. La tasa de absentismo laboral en el País Vasco es del 7,9%, la más alta de España en el último trimestre. ¿Tiene un problema con el absentismo laboral? Las respuestas de patronal y sindicatos difieren.

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Y es que ya de primeras, el término absentismo laboral y la forma en que se interpreta, tampoco genera consenso. En el imaginario colectivo, la expresión puede sonar a escaqueo, a no ir a trabajar sin que se sepa muy bien por qué. Pero como explica a este periódico Juan Carlos Cárdenas, secretario de Seguridad, Salud y Bienestar Laboral de UGT Euskadi, bajo ese paraguas del absentismo se incluyen "todo tipo de ausencias, incluidas las bajas por maternidad, paternidad, enfermedad común".

"Si estás de baja por una enfermedad grave, como puede ser un cáncer, también lo incluye la patronal en esta palabra", explica Cárdenas. Una conceptualización que choca con lo que dice la RAE, que define absentismo como "abstención deliberada de acudir al lugar donde se cumple una obligación". Aunque el uso de un término en un determinado ámbito de conocimiento no tiene por qué ser exactamente a la definición que se da en el diccionario, en este caso lo que puede suceder es que de forma inconsciente se acabe por culpar al trabajador de esas cifras, se acabe por pensar que se está escaqueando.

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Las cifras, eso sí, llevan tiempo señalando a Euskadi como una de las comunidades con más ausencia al trabajo. "Ser líderes de absentismo es ya un clásico", llegaron a decir desde la patronal vasca, Confebask, cuando a principios de este año Adecco presentó los datos de su Informe trimestral sobre absentismo, siniestralidad laboral y enfermedades profesionales. Los últimos datos van en una línea parecida. El mencionado informe de Randstad recoge que en el cuarto trimestre de 2022 una media de 75.296 trabajadores faltan a su trabajo, 58.335 con baja médica y 16.691 "sin justificación".

Los datos de la compañía sitúan la tasa de absentismo en Euskadi (7,9) por encima de la media española, situada en un 6,1%. Cabe señalar, que en este caso, el último informe de Adecco difiere y ubica a la región en quinta posición con un 7,1%. Más allá de variaciones producto de las diferencias metodológicas, todos los estudios en los últimos años dejan al País Vasco en la parte alta de los rankings de esta categoría.

Buscando explicaciones

Si las cifras son consistentes en el tiempo, no lo son tanto las explicaciones. No parece estar clara la causa. Desde UGT Euskadi señalan que también se preguntan por qué y son tajantes al descartar "que la culpa del deterioro de su salud la tenga el propio trabajador". En ocasiones se ha apuntado también al mayor peso de la industria en la economía vasca como un factor a tener en cuenta, puesto que es un sector donde pueden darse más accidentes que redunde en un mayor número de bajas laborales. Algo similar sucede con el envejecimiento de la población, una problemática que se deja sentir prácticamente en todos los ámbitos de la sociedad y que podría tener su impacto también en las cifras de absentismo.

La patronal ha llevado el absentismo a la Mesa de Diálogo Social, el organismo en el que se sientan Gobierno Vasco, patronal y sindicatos

Para tratar de dar respuesta a la situación, la patronal ha llevado la cuestión del absentismo a la Mesa de Diálogo Social, el organismo en el que se sientan Gobierno Vasco, patronal y sindicatos (pero sin los autoexcluidos ELA y LAB). Quieren que se estudien las causas de las cifras de absentismo y que se lleve a cabo un plan para ponerle freno. Es, ahora mismo, uno de los temas principales cada vez que comparece algún representante de las organizaciones empresariales.

Esta misma semana, Carolina Pérez Toledo, presidenta de la patronal vizcaína, Cebek, señalaba que las huelgas y las cifras de absentismo dejan a Euskadi como "el peor ejemplo del Estado". Pérez Toledo incidía en la necesidad de "analizar las causas con detalle para buscar soluciones". Mostró además su optimismo de cara a que el acuerdo logrado sobre las mutuas en el marco del Acuerdo Estatal de Negociación Colectiva pueda suponer una reducción del absentismo. Sin embargo, desde UGT Euskadi, Cárdenas señala que ese no es el objetivo del pacto. "El objetivo del acuerdo es proteger la salud de las personas trabajadoras", afirma, y explica que "en ningún caso se habla de adelantar altas, si acaso de adelantar pruebas y tratamientos médicos". Aunque, como señala el portavoz sindical, si se logran mejoras en la salud de los trabajadores, también podría reducirse el indicador de absentismo.

En la patronal el enfoque es bien diferente. El absentismo laboral se ha convertido en uno de los principales caballos de batalla. La cifra de 21 días (de media) perdidos al año por trabajador ha hecho que se eleve el tono en los últimos meses. Han llegado a hablar incluso de la necesidad de "un mayor reproche social" en casos de que esto ocurra. Y es que las organizaciones llevan tiempo denunciando que este fenómeno lastra la competitividad de las empresas vascas.

Ese llamamiento al "reproche social" es una de las cuestiones que más suelen soliviantar a los sindicatos. "Observamos es que, una y otra vez, se deja deslizar una sospecha, dado que el propio nombre de absentismo induce a pensar que detrás hay algo no claro", apuntan desde UGT Euskadi. En una línea similar hablaba esta semana Loli García, secretaria general de CCOO Euskadi. García respondía a las afirmaciones de la patronal vizcaína recordando que un elevado número de bajas se deben a "enfermedades musculoesqueléticas o derivadas de riesgos psicosociales, en muchos casos de origen profesional" y pedía a la patronal que no ponga tanto énfasis en el absentismo, sino en "cómo garantizar la prevención de riesgos laborales".

La conflictividad, el otro caballo de batalla

Más allá del absentismo, la principal preocupación de la patronal estos días pasa por la elevada conflictividad laboral. Una vez más, salen a flote las contradicciones del trabajo en Euskadi. En la intervención ya reseñada, la presidenta de Cebek afirmaba que "no es aceptable" que "con las mejores condiciones laborales y salariales de lejos" Euskadi tenga una conflictividad tan elevada. Sin embargo, ese argumento es muchas veces dado la vuelta desde los sindicatos, al entender que las condiciones son mejores porque están dispuestos a emplear la huelga como herramienta de lucha. Esta estrategia que pone la huelga en el centro resulta bastante evidente si nos fijamos en los sindicatos nacionalistas, LAB y, sobre todo, ELA. Si bien el diálogo social ha funcionado razonablemente bien en Euskadi con la presencia de Confebask, Gobierno Vasco y los sindicatos UGT y CCOO, la ausencia, voluntaria, de los sindicatos ELA y LAB frena la capacidad de acción del organismo.

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En las celebraciones del Primero de Mayo, el líder del sindicato ELA, Mitxel Lakuntza, defendió ese modelo, afirmando que "solo desde un modelo sindical de confrontación se puede hacer frente a los desafíos de la clase trabajadora". Es más, también respondía a una de las preguntas más habituales al analizar la economía vasca. "Mucha gente nos pregunta estos días: ¿Cómo es posible que con el 6% de la población del Estado se hagan en Euskadi y Navarra el 56% de las huelgas? La respuesta principal es la existencia de ELA", señalaba Lakuntza. No parece sencillo que la situación vaya a cambiar de la noche a la mañana. Absentismo y conflictividad parecen seguir en el horizonte del complejo panorama laboral vasco.