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Euskadi vuelve a la "guerra al navajero": crecen los delitos por arma blanca en el ocio nocturno
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100 denuncias en enero

Euskadi vuelve a la "guerra al navajero": crecen los delitos por arma blanca en el ocio nocturno

El Gobierno vasco estudia la instalación de detectores de metales en los establecimientos, entre otras medidas, tras los últimos episodios violentos. El último, el pasado fin de semana en Vitoria, con cuatro heridos

Foto: Efectivos de la Ertzaintza. (Europa Press)
Efectivos de la Ertzaintza. (Europa Press)

Iñaki Azkuna fue el alcalde más popular que Bilbao haya conocido. Con fama de verso libre, el jeltzale logró ir más allá de las siglas y lograr que muchos ciudadanos no necesariamente nacionalistas depositaran en él su confianza. Una popularidad que le llevó a apuntarse la primera mayoría absoluta en la villa para el PNV. La receta de su éxito incluía grandes dosis de bilbainismo (aunque había nacido en Durango, él mismo se encargaba de recordar que los bilbaínos nacen donde les da la gana) y un estilo directo y cercano. Azkuna dejó expresiones que todavía perviven en la política vasca (de la Izquierda Abertzale llegó a decir que no iría con ellos ni a heredar) y una de ellas ha vuelto a ser de máxima relevancia esta semana. "Guerra al navajero", le gustaba decir a Azkuna para mostrar su tolerancia cero ante los delitos con arma blanca. Ahora Euskadi, que ve con preocupación el aumento de estos delitos, parece verse obligada a reeditar esa campaña.

Los datos son tozudos. El propio consejero de Seguridad del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, reconoció a principios de año que este tipo de ilícitos habían aumentado en 2022. Se registraron en Euskadi el pasado año 650 delitos de este tipo, 350 de ellos robos con violencia. El Departamento de Seguridad ordenó entonces aumentar los cacheos, principalmente en zonas festivas, para poner freno a una creciente proliferación de navajas.

Foto: Exhibir una navaja en una discoteca del País Vasco, va a salir muy caro. (Wendy Wei/Pexels)

2022 ya había terminado con un trágico suceso. Un joven de 24 años falleció víctima de un navajazo en pleno centro de Donostia, el 25 de diciembre. Sucedió en el exterior de una discoteca de la capital guipuzcoana. Una tragedia que llevó a primera plana un problema creciente. Poco después, un joven resultaba herido de gravedad fruto de otro apuñalamiento, esta vez en el centro de Bilbao. La capital vizcaína volvía ser protagonista al producirse otro grave apuñalamiento el 23 de enero en el barrio de Txurdinaga.

Pero la gota que ha colmado el vaso ha sido el apuñalamiento cuádruple, con una persona herida de gravedad, el pasado fin de semana en Vitoria. Esta vez se
produjo en el interior de un local de ocio nocturno, cuando tras una discusión, un varón de 21 años apuñaló a cuatro personas. El resultado podría haber sido mucho peor de no ser por la actuación de una agente de la Ertzaintza y dos estudiantes de enfermería que atendieron a los heridos con celeridad, llegando incluso a realizar un torniquete.

Foto: Solicitaron un plan de choque, un aumento de agentes en las fuerzas de seguridad y la posibilidad de los porteros de llevar detectores de metales (El Cuerpo del Disco)

Esta semana el consejero Erkoreka ha puesto sobre la mesa una serie de medidas para atajar esta situación. El Ejecutivo autonómico ha anunciado que va a analizar el marco legal para la instalación de detectores de metales en negocios de ocio nocturno. En una entrevista radiofónica, el responsable del ramo señalaba que en su mayoría estos delitos se producen en la vía pública y no en el interior de los locales, si bien apostaba por consensuar con el sector una serie de medidas que sirvan para aumentar la seguridad en la noche vasca. Una de las medidas que maneja ahora el Gobierno vasco es exigir que haya seguridad privada en locales con un aforo inferior a 700 personas, algo que hasta ahora no contempla la legislación. De hecho, explicaba el consejero que el trámite administrativo para rebajar el aforo ya está en marcha. Eso sí, precisaba también que antes de debatir si se han de instalar o no detectores de metales, sería más conveniente plantear que haya más responsables de seguridad en los establecimientos de ocio nocturno.

Aumento generalizado de los delitos

Las cifras del mes de enero resultan preocupantes. En el primer mes del año se han producido 100 denuncias por portar navajas en Euskadi. En 2022 se produjeron 1.070 infracciones de la ley de seguridad ciudadana por portar armas blancas en la vía pública. Este clima ha llevado a las instituciones a endurecer las multas por llevar este tipo de armas. El grupo de trabajo integrado por el Departamento de Seguridad, Eudel, la Asociación de Municipios Vascos y los municipios vascos de más de 540.00 habitantes acordaron este jueves aumentar las sanciones por portar este tipo de armas. De ahora en adelante, se multará con 1.500 euros a quienes porten un arma prohibida, una multa que ascenderá hasta los 9.000 en caso de que se den los agravantes máximos que contemplan los nuevos baremos.

Las nuevas sanciones prevén también que las sanciones se incrementen un 100% si se porta un arma prohibida en establecimientos públicos, de ocio o espacios con gran número de concurrentes. Con estas nuevas sanciones, exhibir una navaja en estado de embriaguez en una discoteca o aledaños supondría una multa de 4.000 euros. Un aumento de las multas dentro de lo que permite la Ley de Seguridad Ciudadana que quiere dar respuesta a la "preocupante", en palabras del consejero, proliferación de armas blancas.

Foto: Un coche patrulla de la Ertzaintza ante unos juzgados. Imagen de archivo. (EFE/Miguel Toña)

Si bien en los últimos días se ha puesto el foco en este tipo de delitos, desde el sindicato ESAN señalan que "no solo se trata de los delitos con arma blanca" y explican que en 2022 las infracciones penales en Euskadi aumentaron un 23% con respecto al año anterior. "Los homicidios dolosos han crecido un 34%, y los delitos graves con riñas tumultuarias, que es donde aparecen en muchos casos este tipo de armas, han crecido un 53%. Es un problema grave y urgente que hay que atacar", explica a este diario un portavoz del sindicato. Consideran además que para atajar esta situación es necesaria una "planificación adecuada" que "lamentablemente" no ven en el Departamento de Seguridad. Pintan una situación complicada en las calles y señalan que en las ruedas de prensa "se obvian o maquillan los datos".

Asimismo, desde el sindicato policial denuncian que "la falta de personal y la excesiva burocratización del trabajo" dificultan la labor de los trabajadores de la Euskal Polizia. Desde el sindicato entienden que no hay que focalizar todo en el ocio nocturno, puesto que "los robos con violencia e intimidación, con arma blanca" se han dado también en otros momentos del día". Además, si bien reconocen que atajar esta situación requiere un abordaje multidisciplinar, "la Ertzaintza y las policías locales son los garantes de los derechos y la seguridad de la ciudadanía".

El foco vuelve al ocio nocturno

Una vez más, el foco se ha puesto en el ocio nocturno. En una sociedad envejecida como la vasca, el ocio nocturno es encasillado en muchas ocasiones en el papel de villano. Un sector que se ha visto involucrado en una serie de polémicas que hacen que no termine de levantar cabeza. Después de una larga pandemia que restringió enormemente su actividad, llegó este verano la ola de presuntos pinchazos que les llevaron de nuevo a los titulares. Y ahora, el aumento de este tipo de delitos pone al ocio nocturno de nuevo en la palestra. Y es que si bien el consejero Erkoreka señalaba que la mayoría de estos incidentes se dan en la vía pública, las medidas que se han planteado en estos días tienen al ocio nocturno en el centro.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Luis Millan)

Para Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Vizcaya, "no se debe estigmatizar al sector" y es que considera que el problema está "más fuera que dentro". Aún así, señala que el sector dará la bienvenida a "medidas que vayan en la dirección de tener un ocio más seguro, más sano y más responsable". Más allá de la tormenta mediática y política generada en los últimos días, Sánchez apunta que "no es algo que suceda todos los días ni es algo que esté generalizado".

Este aumento de los delitos con arma blanca llega en un momento clave, a solo unos meses de las elecciones. No es de extrañar que hayan sido los alcaldes de las capitales vascas quienes se hayan expresado con más contundencia. Las tres ciudades están bajo mandato jeltzale y dos de los tres regidores (Eneko Goia en Donostia y Juan Mari Aburto en Bilbao), buscarán la reelección en mayo. En el caso de Vitoria, Gorka Urtaran no concurrirá a los comicios y será Beatriz Artolazabal, consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales quien lidere la lista jeltzale. Urtaran, presidente de Eudel además de dirigente en la capital vasca, fue uno de los primeros en poner sobre la mesa la posibilidad de instalar detectores de metales en el ocio nocturno. Duro también ha sido Juan Mari Aburto, quien cuando es necesario no duda en apretar los mismos resortes que tantos éxitos le dieron al alcalde Azkuna. “Vamos a ir a por ellos” decía Aburto esta semana, apostando por la presión "policial y judicial". Y es que lo último que quiere un alcalde es que cunda la sensación de inseguridad en un año electoral.

Iñaki Azkuna fue el alcalde más popular que Bilbao haya conocido. Con fama de verso libre, el jeltzale logró ir más allá de las siglas y lograr que muchos ciudadanos no necesariamente nacionalistas depositaran en él su confianza. Una popularidad que le llevó a apuntarse la primera mayoría absoluta en la villa para el PNV. La receta de su éxito incluía grandes dosis de bilbainismo (aunque había nacido en Durango, él mismo se encargaba de recordar que los bilbaínos nacen donde les da la gana) y un estilo directo y cercano. Azkuna dejó expresiones que todavía perviven en la política vasca (de la Izquierda Abertzale llegó a decir que no iría con ellos ni a heredar) y una de ellas ha vuelto a ser de máxima relevancia esta semana. "Guerra al navajero", le gustaba decir a Azkuna para mostrar su tolerancia cero ante los delitos con arma blanca. Ahora Euskadi, que ve con preocupación el aumento de estos delitos, parece verse obligada a reeditar esa campaña.

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