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Euskadi contra sus guetos o cómo atajar el problema de la segregación escolar
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En su proyecto de Ley de Educación

Euskadi contra sus guetos o cómo atajar el problema de la segregación escolar

Es la segunda comunidad autónoma de todo el país donde más se da este fenómeno, únicamente superada por Madrid

Foto: Dos niños frente a una ikastola en Labastida, Álava. (EFE/Raquel Manzanares)
Dos niños frente a una ikastola en Labastida, Álava. (EFE/Raquel Manzanares)
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Entre los objetivos que el Gobierno vasco se marca en su proyecto de Ley de Educación, hay uno que destaca por encima de los demás: acabar con la segregación escolar. Los datos son tozudos, Euskadi es una de las comunidades donde este fenómeno resulta más evidente. Según datos de Save the Children, la comunidad autónoma vasca lidera el ranking de segregación escolar por origen migrante en el Estado, y solo Madrid le supera en lo que a segregación por situación socioeconómica se refiere.

Un problema que se hace cada vez más evidente y que los cambios demográficos no han hecho más que agudizar. 2023 es un año clave para el futuro de la educación en el País Vasco. Después de unas largas negociaciones para lograr un pacto en la materia, el acuerdo tiene que cristalizar en una nueva ley. Pero es precisamente la lucha contra la segregación escolar lo que está haciendo tambalear este reto. Por el momento, el Ejecutivo vasco ha planteado una batería de medidas que entrarán en vigor en el curso 23-24 para hacer frente a esta problemática. Aún así, el departamento que dirige Jokin Bildarratz sigue teniendo una complicada tarea por delante. Tiene que luchar contra la segregación escolar en una comunidad en la que la educación concertada sigue jugando un papel preponderante.

Lo cierto es que la segregación escolar no es un problema exclusivo de la comunidad autónoma vasca. De hecho, un estudio de Save the Children sitúa a España como el tercer país de la OCDE donde hay más "colegios gueto". Esta segregación escolar se produce cuando hay una distribución desigual del alumnado en los centros escolares por razón de características personales, sociales, culturales, económicas o por su origen. Una distribución que no coincide con la composición socioeconómica del territorio. Un fenómeno que para los expertos en educación genera situaciones de desigualdad. La expresión más clara de este fenómeno es la concentración de alumnado inmigrante en determinados colegios, principalmente de la red pública.

Los cambios demográficos se dejan sentir también en las escuelas. Euskadi es la comunidad dónde más ha aumentado la tasa de alumnado extranjero. De suponer el 5'6% hace 15 años han pasado a ser el 9%. Y todo esto no ha hecho más que aumentar el problema de la segregación.

Una amenaza al pacto educativo

Después de meses de conversaciones, en marzo del pasado año, PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos-IU y el PSE lograron acordar un texto que sirviera como base para una nueva Ley de Educación en Euskadi. Y además de la laicidad y el euskera como eje de la enseñanza, el texto se marcaba como objetivo "evitar la segregación del alumnado por motivos socioeconómicos o de otra naturaleza". Un objetivo loable pero con complicaciones a la hora de ser llevado a la práctica debido al importante peso de la escuela concertada en Euskadi. Meses después, el pacto educativo está tocado y el propio lendakari, Iñigo Urkullu, reconocía que la nueva ley "se retrasará dos o tres meses más". Todo porque el borrador de la ley no ha dejado contentas a todas las partes. En el centro de este debate se encuentra el papel que han de jugar los colegios concertados en el futuro de la educación en Euskadi y si el mantenimiento de esta dualidad pública-concertada es compatible con la lucha contra la segregación escolar.

Elkarrekin Podemos-IU se encuentra ahora distanciado del pacto educativo precisamente porque considera que no se están tomando las medidas necesarias para luchar contra este problema. Desde la formación morada no están de acuerdo con las cuantías que percibe la concertada en Euskadi, que han aumentado en los últimos años a pesar del descenso de la natalidad. Esta misma semana, la coordinadora general de Podemos Euskadi se refería al proyecto de Ley de Educación. Una ley que considera "necesaria" y pide que se acerque lo más posible al espíritu del Pacto Educativo. Para Garrido el borrador actual "no es válido ni conveniente". "Sería muy grave no aprobar esa ley y que los niños y niñas vascos no tengan igualdad de oportunidades y existiera esa dualidad cada vez más grande entre la escuela pública y la escuela privada o concertada", afirmaba Garrido en una entrevista radiofónica. La gran pregunta es cómo gestionar la escuela concertada cuando en Euskadi educa a casi el 50% de los alumnos.

Los colegios religiosos y las ikastolas

La educación concertada tiene un peso importante en el sistema educativo español. Según un informe de la Fundación Bofill, el 28% de los alumnos españoles entre los seis y los 16 años están matriculados en colegios concertados. Pero estos datos palidecen al lado de las cifras de Euskadi, la comunidad donde la concertada tiene más peso. En la comunidad autónoma vasca esa cifra está prácticamente en el 50%. Esto se debe a que el sistema vasco cuenta con particularidades que han hecho que históricamente la concertada haya sido la base del sistema educativo. Euskadi cuenta con una potente red de colegios religiosos y suma también las Ikastolas, que jugaron un papel clave en la enseñanza del euskera pero cuyo rol en el futuro de la educación en Euskadi es hoy en día objeto de debate.

Las ikastolas son escuelas cooperativas en las que el euskera es la lengua vehicular de la enseñanza. Con las sucesivas reformas legislativas y el aumento de la presencia de la lengua en todo el sistema educativo, esto ya no es algo que distinga exclusivamente a las ikastolas, pero sí que fueron el referente de la educación en euskera durante décadas. En la actualidad, la red Ikastolen Elkartea cuenta con más de 60 centros en la comunidad autónoma vasca. Ya en la década de los 90 se abrió un debate político y social sobre el futuro de estas escuelas. Algunas incluso llegaron a integrarse en el sistema público.

Ahora ese debate revive y se enmarca en la dicotomía público-concertada. En la actualidad, las plazas de modelo A (en las que la enseñanza se imparte en castellano), son prácticamente una rareza. Y el proyecto de Ley de Educación va más allá. Por primera vez en 40 años se dejan atrás los modelos lingüísticos y se va a exigir el B2 en los dos idiomas oficiales al final de la enseñanza obligatoria. Hasta ahora, existían tres modelos: A, B y D. El A, con el español como lengua vehicular, el B con igual proporción de euskera y castellano y el D, en el que el euskera es la lengua vehicular. Un modelo que ha crecido a la par que el A ha ido menguando. En este contexto, cada vez son más las voces que reconocen la labor histórica de las ikastolas pero entienden que es momento de apostar por la educación pública.

Más allá de las ikastolas, la nutrida presencia de colegios religiosos, también explica la importancia de la concertada en Euskadi. Kristau Eskola, la Asociación de Colegios Cristianos, agrupa a más de 120 centros en la comunidad autónoma vasca. La Iglesia ha jugado un papel muy importante en la educación vasca. Aunque han sido habituales las críticas a estos centros en lo que a segregación escolar se refiere, la situación de estos no es homogénea. Hay centros de marcada vocación social que sí que cuentan con concentraciones de alumnado de origen extranjero equiparable al de algunos centros públicos. Son, eso sí, minoría.

La principal barrera que enfrentan las familias socioeconómicamente desfavorecidas para acceder a la educación concertada son las cuotas exigidas. Si bien la ley prohíbe que los colegios concertados cobren por la enseñanza, sí que abre la puerta a que lo hagan por servicios y actividades complementarias. En la práctica supone que cobren cuotas mensuales a los padres. Durante mucho tiempo ha sido uno de los grandes elefantes en la habitación de la educación en Euskadi. Pero ahora se ha visibilizado y, como en tantos otros frentes, la pandemia también ha tenido algo que ver. Una familia con niños matriculados en dos centros de la capital vizcaína, reclamó durante el confinamiento la devolución de las tasas que pagaban por el colegio de sus hijos. Entendían que si esos pagos responden a servicios complementarios, no había lugar a cobrarlos en un momento en el que no había servicio alguno. Sin embargo, la respuesta de ambos centros dejó claro lo que siempre ha sido un secreto a voces: los centros consideran que esas cuotas son obligatorias. Los padres decidieron denunciar la situación y cuando esta saltó a los medios, en el mes de noviembre, el propio lendakari anunció una investigación sobre el caso.

Los centros concertados, por su parte, piden que aumente la cuantía que reciben del Gobierno

El final de las mismas no parece claro y en la actualidad estas cuotas se sitúan en Euskadi en una media de 140 euros mensuales. El consejero de Educación, Jokin Bildarratz, se ha comprometido a acabar, de forma "progresiva", eso sí, con estos pagos, mientras dos de sus socios en el Pacto Educativo, Bildu y Podemos, piden acabar con ellas urgentemente. Los centros concertados, por su parte, piden que aumente la cuantía que reciben del Gobierno para poder paliar una posible reducción o desaparición de las cuotas.

Menos niños, ¿menos colegios?

En todo esto también opera la variante demográfica. Euskadi tiene una tasa de natalidad bajísima, de las más bajas de Europa. Eso obliga también a adaptar el sistema educativo. Cada vez hay menos niños y algunas de las lógicas sobre las que ha operado el sistema educativo han quedado caducas. Por el momento, el Departamento de Educación ha optado por bajar las ratios de alumnos y profesores para no tener que verse obligado a cerrar aulas. Pero la cuestión demográfica sigue ahí y no hace sino empeorar.

En los últimos años se han cerrado colegios en Euskadi. A principios de 2021 cerraba sus puertas el colegio Hijas de la Cruz, después de 126 años de historia en Bilbao. La cosa viene de más atrás. En 2014, también en Bilbao, cerró el colegio Ibaigane. Un centro concertado que, además, tenía un importante porcentaje de estudiantes de origen extranjero. Por aquel entonces, el Partido Popular llevó al Parlamento vasco la situación de 10 colegios concertados en una complicada situación económica. Todos ellos, por aquel entonces, con cifras de alumnado extranjero por encima del 30%. Una prueba de la complejidad de la situación.

Ese es el principal reto, luchar contra la segregación escolar sin romper por completo con una educación concertada

Los cambios demográficos y la baja natalidad cuestionan también el papel de la concertada. Su razón de ser, o al menos la razón por la que reciben fondos públicos, es que sirve para complementar la oferta dónde la educación pública no llega. La baja natalidad, amenaza su supervivencia. Ese es el principal reto que afronta el Gobierno vasco, luchar contra la segregación escolar sin romper por completo con una educación concertada que en Euskadi es más importante que en ningún otro lugar del Estado.

Entre los objetivos que el Gobierno vasco se marca en su proyecto de Ley de Educación, hay uno que destaca por encima de los demás: acabar con la segregación escolar. Los datos son tozudos, Euskadi es una de las comunidades donde este fenómeno resulta más evidente. Según datos de Save the Children, la comunidad autónoma vasca lidera el ranking de segregación escolar por origen migrante en el Estado, y solo Madrid le supera en lo que a segregación por situación socioeconómica se refiere.

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