Con un ojo siempre puesto en la empresa: las claves del éxito de la FP vasca

85,6% de empleabilidad. Es la cifra mágica que deja la FP en Euskadi. Es el dato que explica un modelo de éxito, al que otras comunidades han mirado y que inspira la ley de FP impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez y aprobada ahora hace un año. El modelo vasco logra colocar a su alumnado porque siempre tiene presente las necesidades del mercado laboral al que esos estudiantes se van a dirigir. "Una de las características de la FP en Euskadi es su cercanía y colaboración con la Empresa", resume Asier Aloria, director de Formación, Talento y Empleo de Confebask, la patronal vasca. Y esa simbiosis es posible gracias a la formación dual, que no es otra cosa que la posibilidad de que los alumnos combinen sus estudios con una actividad retribuida.

El centro educativo y la empresa son corresponsables en la formación del alumno y si el País Vasco lleva ya años con este modelo implantado, su objetivo es que dentro de dos cursos, en el 25-26, el 100% de la Formación Profesional se imparta bajo esta premisa. "En Euskadi hace tiempo que la FP dejó de ser una última opción para convertirse en una oportunidad". Son palabras de alguien que conoce muy de cerca el funcionamiento del modelo vasco, Javier Laiseka, director del Centro de Formación Somorrostro. Es uno de los centros de referencia en Vizcaya y en el conjunto de la comunidad y lleva tiempo apostando por la formación dual.

"Hay alumnos que se plantean la FP como un itinerario", explica y apunta que hay quienes después de estudiar un ciclo acuden a la Universidad, algo que los hace muy atractivos en el mercado laboral. Para Laiseka, la clave del éxito de la FP en Euskadi reside en dos factores. Por un lado, "la vinculación con la realidad productiva y empresarial". Los "retos y necesidades" de los centros de formación y de las empresas están alineados. Y el otro punto importante es el "funcionamiento en red de los centros" más allá de la división públicos-concertados. Es un modelo que tiene muy en mente las necesidades de las empresas. "Se genera un vínculo entre el centro y la empresa. Pueden plantearte retos, surge una relación bidireccional", abunda Laiseka.

Esa buena relación es una de las principales razones por las que el sistema funciona y logra una empleabilidad tan alta. En la valoración coincide la patronal vasca. "Es un sistema que siempre está adaptándose a las demandas y necesidades del tejido empresarial vasco", remarca Aloria. Destaca las tres ces en las que se basa el modelo: "Colaboración, compromiso, consenso". Y en un tiempo en el que la colaboración público-privada se esgrime como ejemplo, la FP vasca corrobora que el sistema funciona. "Fuimos pioneros en el Estado en su impulso con la firma de un convenio específico con el Gobierno vasco hace ya más de 30 años", rememora Aloria.

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María Zuil

Para el empresariado la Formación Profesional debe jugar un "papel primordial" en el futuro económico y laboral de la comunidad. De hecho, los datos ya apuntan a esta realidad. Informes elaborados por Confebask señalan que "alrededor de un 50% de los perfiles demandados en Euskadi, son de FP. En el ámbito industrial, incluso se alcanza el 65%". Desde la patronal vasca entienden además que con el reto demográfico y los problemas para acometer el relevo generacional, la FP "debe jugar un papel aún más relevante".

Un modelo en el que el alumno sabe que tiene muchas posibilidades de obtener un buen trabajo tras graduarse es muy atractivo. Y cada vez más alumnos optan por él. En el País Vasco, hay en la actualidad 46.671 alumnos matriculados en los distintos niveles de la FP. Hay, además, más de 11.000 alumnos que ya están estudiando en formación dual. Las cifras de estudiantes aumentan de forma sostenida cada año y la empleabilidad en algunos sectores se sitúa por encima del 90%.

100% dual para 2025

El modelo vasco es un referente en España. En él se inspiró la Ley de Formación Profesional impulsada por el Gobierno central. Fue la exministra Isabel Celaá la que comenzó a gestarla, aunque se aprobó con su sucesora, Pilar Alegría, al frente de la cartera de Educación. La primera conocía a la perfección lo que se había hecho en Euskadi, fue consejera vasca de Educación en el Gobierno de Patxi López. Y ahora el País Vasco se marca nuevos retos para seguir consolidando un modelo que requiere de adaptación constante.

Precisamente, el Ejecutivo vasco presentó el pasado mes el VI Plan Vasco de Formación Profesional. Una propuesta ambiciosa en cuyo centro se sitúa la formación dual. En la actualidad, el 30% del alumnado de FP en la CAV se forma en este modelo. La cifra está por encima de la media europea y supone la colaboración de 7.542 empresas. Pero el objetivo de cara al curso 25-26 es lograr que el 100% de los alumnos de FP se formen en el modelo dual. Hasta entonces, el Gobierno regional se ha marcado dos metas intermedias. Que el próximo curso sean el 50% alumnos y que un año más tarde, el 70%. Si se cumplen las previsiones, en 2025, 25.000 empresas estarán involucradas en el modelo.

"Nos encontramos en un momento de enorme transformación en la Formación Profesional, derivado principalmente de la nueva Ley", recuerda Aloria. Desde el pasado curso se trabaja en una experiencia piloto para alcanzar el objetivo marcado para la formación dual. Además, apunta que hoy en día "todo el alumnado de Formación Profesional en Euskadi recibe obligatoriamente formación en el centro y en la empresa".

Persiste la brecha de género

Si hubiese que apuntar algún pero, Javier Laiseka reconoce que en su centro, como en el resto de la FP, les sigue costando "llegar al 50% de la población". La brecha de género aún persiste. Solo el 35% del alumnado son mujeres. Y el reparto entre sexos es muy desigual en los diferentes sectores de especialización. En el industrial, la presencia de alumnas es del 12% y en STEAM, del 24%. Sin embargo, el sector científico (con un enorme peso en salud) muestra otra imagen. Las estudiantes suponen el 77%. Laiseka reconoce que en muchas ocasiones hay que luchar para convencer a las alumnas para que opten por un grado ligado al sector industrial o STEAM, dos ámbitos con muy buena empleabilidad.

En cuanto a los desafíos que afronta el modelo de Formación Profesional, desde Confebask señalan que "hay que tratar de ser aún más eficientes, rápidos y flexibles para dar respuesta a las necesidades de nuestras empresas". Por eso, abogan por "establecer un sistema de reskilling-upskilling mucho más ágil del actual y capaz de formar a cualquier persona, independientemente de su nivel de cualificación". En un escenario con tantos cambios y marcado por la incertidumbre, la capacidad de adaptarse de la FP puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. De lo que no hay duda es de que caminar de la mano de las empresas es imprescindible para garantizar la inserción laboral del alumnado.