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El músico vallecano con millones de escuchas que representa la angustia y el desasosiego digital
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DEPRESIÓN SONORA

El músico vallecano con millones de escuchas que representa la angustia y el desasosiego digital

Este viernes se presenta en directo su último trabajo, 'Makinavaja', que además lo hará con banda. Será en La Riviera, donde están casi todas las entradas vendidas

Foto: Marcos Crespo, Depresión Sonora. (Cedida)
Marcos Crespo, Depresión Sonora. (Cedida)

En menos de un mes, Marcos Crespo estará tocando en uno de los festivales más exclusivos del planeta, Coachella. “Todavía no estoy mentalizado, están pasando tantas cosas a mi alrededor que no me da tiempo”, reconoce el veinteañero que se esconde tras Depresión Sonora, un juego de palabras, divertido y absurdo, con el que se siente ampliamente representado.

Crespo es una de las voces más autorizadas de su generación, en cuanto a esa mentalidad que consiste en escarbar y obtener lo mejor del pasado. Cercano a los exponentes más oscuros del post-punk, el grunge y la nueva ola, su perfil evidencia una profunda atención por aquellos discursos más intimistas, donde imprime fascinantes historias sobre la soledad, las relaciones sociales y, como no, el entramado digital en el que estamos inmersos.

placeholder DS Depresión. (@aitorlaspiur)
DS Depresión. (@aitorlaspiur)

Todo ello, apuntado en letras que se desplazan muy cómodas entre el nihilismo, la fatalidad y lo fantasioso. “Metadatos por tus venas / Videos de gatos mientras cenas”, recita en Apocalipsis virtual, a la vez que habla de yonkis de la red e hijos de Skynet. “Todo lo escribo en mi cuarto. Yo solo... Yo solo con mi cabeza, con mis cosas, ahí es donde sale todo”, confiesa.

Parco en palabras, con frases que se alargan y de las que hay que extraer todo el jugo y potencial; fue el sello Sonido Muchacho el encargado de dar visibilidad a una figura que no ha parado de crecer en estos últimos cuatro años, con una clara presencia en Sudamérica, de donde acaba de regresar de un concierto. Un ir y venir de directos que no le permite casi estar en Madrid, su casa. “Ahora mismo ni estoy grabando, ni componiendo, ni nada. Cuando vuelva de toda esta locura, ya descansaré un par de semanitas y me pondré con cosas nuevas”, expone.

Nihilismo y Joy Division

Su primer trabajo, Depresión Sonora, un EP compuesto por cinco temas, incluía himnos como Ya no hay verano o Hasta que llegue la muerte. El primero cuenta con 36 millones de escuchas en Spotify, mientras que el segundo va por los 15 millones. Desde una habitación, de esas que tienen una cama y una mesa desde la que hacer los deberes, Depresión Sonora se lanzó al mundo. Fue un acto realizado por pura necesidad. Un reflejo de los tiempos que estaba viviendo.

Ahora, las cosas han cambiado. Por lo menos, un poco.“Todo sale de mi habitación, pero ahora ya tengo una sin cama. Un cuarto para componer. Aquí echo las horas, buscando ideas, proyectando cosas que tengo en la cabeza. Hasta que ya las puedo sacar de ahí y les doy una vuelta, siempre intento darle un giro a la producción o a alguna estructura”, reflexiona. “Sus letras guardan un valor archivístico, testimonio de su propio tiempo. Si no has crecido en este contexto de dominio digital y recesiones económicas, tal vez te cueste un poco más entenderlo por mucho que puedas disfrutarlo igual”, cuentan desde su discográfica, en una nota de prensa donde también se habla de “el reverso nihilista y sarcástico de esos manuales de auto-ayuda a los que Marcos y los de su edad han sido sobreexpuestos”.

placeholder Depresión Sonora. (Cedida)
Depresión Sonora. (Cedida)

De aquel Depresión Sonora hasta el nuevo Makinavaja, pasando por su único largo, El arte de morir muy despacio, se vislumbra un sonido más cuidado, que no abandona una línea que lo emparenta con formaciones como Joy Division, The Cure o, más de aquí, Paralisis Permanente, Decima Victima o los primeros Gabinete Caligari. También con lo que es toda la nueva onda de grupos cercanos al shoegaze. “Sí, yo ahora mismo estoy muy obsesionado con eso, con los noventa, dos miles. Estoy ahí como buscando un montón de cosas e intentando sacar referencias para lo próximo que haré”, destaca

Nuevas y viejas generaciones

Detrás de Makinavaja, su último trabajo hasta la fecha, que presentará este viernes en La Riviera, se encuentran Diego Escriche y Harto Rodriguez, dos personas con las que es fácil buscar vínculos de afinidad. Nuevas y viejas generaciones. Lo mismo hay relación con bandas como La Plata, Dreamy Eyes, VVV [Trippin'You] u Orslok, que con Antifan, Rojuu o Carolina Durante.

“Respecto al disco nuevo lo veo como que está más producido. Le he podido dedicar más tiempo y se nota que está más cuidado en muchos aspectos”, señala. Sobre esa afición suya por contraponer términos, ideas y conceptos, lo piensa un par de segundos y responde: “Hay algo así, como una figura literaria. Sí, puede ser. Como que intento siempre utilizar los claroscuros que veo a mi alrededor. No ser absolutista, ni con lo bueno ni con lo malo”.

Foto: La banda madrileña Carolina Durante, que trabaja con la discográfica Sonido Muchacho. (Sonido Muchacho)

En Estupefacientes, el último track del álbum, por ejemplo, dice: “Estupefacientes para volver a soñar / Jaula de cristal, si la rompes, te vas a cortar”. Y en la presentación del disco en su Instagram, Crespo apuntaba: “Todo fluye, todo avanza y Depresión Sonora no es menos. La necesidad de evolucionar queda plasmada en esta portada, en Makinavaja, en el costumbrismo y esa realidad sucia en la que vivimos”.

Retazos de vidas y, muchas veces, insuficientes, que se acumulan en un Madrid repleto de emociones. Ese Madrid que cuando las giras le dejan espacio, le gusta recorrer a Crespo. “Me gusta salir mucho, aunque ahora lo hago menos. Mi guitarrista, por ejemplo, trabaja en un bar de Malasaña, el Weirdo. La verdad que siempre acabo allí”, indica. ¿Y se ve dentro de una escena madrileña? “Creo que nos conocemos todos. Pero me cuesta verme vinculado a una escena. Aunque grupos como Alcalá Norte son muy amigos”.

Este viernes presenta a su nuevo grupo. “Ahora en España empiezo a ir con banda completa, con dos músicos más, con batería, teclados, otra guitarra”, apunta. “Creo que consigo estar como mucho más arropado en el escenario, que estoy mucho más a gusto y todo suena bastante más potente”. A pesar de que Depresión Sonora es principalmente un proyecto solista en el estudio, Crespo está abierto a la colaboración, habiendo trabajado con una gama de artistas como Rojuu, Ghouljaboy o Javiera Mena.

También ha interactuado creativamente con el grupo Carolina Durante, con los que ha reimaginado el Cayetano de los madrileños. ¿Y lo siguiente? “Me quiero tomar con más calma los meses que vengan después. Que no sé si voy a poder, pero por lo menos intentarlo. Y pasármelo bien. Disfrutar del proceso”.

En menos de un mes, Marcos Crespo estará tocando en uno de los festivales más exclusivos del planeta, Coachella. “Todavía no estoy mentalizado, están pasando tantas cosas a mi alrededor que no me da tiempo”, reconoce el veinteañero que se esconde tras Depresión Sonora, un juego de palabras, divertido y absurdo, con el que se siente ampliamente representado.

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