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La hostelería de Madrid lanza un dardo a Díaz tras abrir el melón de la hora de cierre: "Faltan inspecciones"
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La hostelería de Madrid lanza un dardo a Díaz tras abrir el melón de la hora de cierre: "Faltan inspecciones"

El coronavirus o la inflación dejaron mella en los restaurantes, que readaptaron los horarios. Las palabras de la ministra han provocado rechazo entre empresarios y algún matiz entre sindicatos, que apuntan a otras soluciones

Foto: Un bar que ofrece comidas en el centro de Madrid y cierra a las dos de la madrugada. (L.B.)
Un bar que ofrece comidas en el centro de Madrid y cierra a las dos de la madrugada. (L.B.)

Suele decirse que España vive mayoritariamente del turismo –el año pasado supuso casi el 13% del PIB–, pero hay quien sostiene que eso trae algo colateral: más trabajo en el sector servicios y, por lo tanto, horarios más amplios en hostelería. La ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, reabrió esta última cuestión en unas declaraciones recientes tras reunirse, precisamente, con representantes de la patronal turística. Sentenció que "no era razonable" mantener estos locales abiertos a la una de la madrugada, y apuntó a que perjudicaba los derechos de los trabajadores en un sector tradicionalmente denostado. Llegaron diversas reacciones, como la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que le acusó de querer a los madrileños "aburridos y en la calle". La bronca política estaba servida.

Desde la calle todo se ve de otra forma. Anna, que vive en Ponzano –un enclave lleno de restaurantes que cierran la cocina de madrugada–, remarca que prácticamente solo ve a españoles a altas horas de la noche. "Por aquí viene casi siempre gente local o viajeros nacionales", asegura. Ella nació en Texas, Estados Unidos, pero hace mucho que vive y trabaja en la capital. En Norteamérica, la gente cena antes, pero no le resulta extraño que en Madrid haya generado debate hablar de cerrar los restaurantes antes de la una de la mañana.

placeholder Anna pasea con su perro por la calle Ponzano de Madrid, repleta de restaurantes o bares y muy cerca de su casa. (L.B.)
Anna pasea con su perro por la calle Ponzano de Madrid, repleta de restaurantes o bares y muy cerca de su casa. (L.B.)

Siguiendo la ruta de tabernas por Ponzano, aparece un camarero que conoce bien la noticia. Y que, además, la celebra. "Es lo que necesitamos. A mí nunca me han pagado una hora extra y llevo 18 años en la hostelería", denuncia el profesional, que pide no ser identificado ni que se mencione el local de comida y bebida en el que trabaja para que su opinión no le perjudique. Está agotado, pero le es difícil dejarlo.

Las consecuencias físicas y sociales

"No es que no vea otras alternativas laborales, pero es que cuando uno lleva tiempo en un sitio tiene dudas sobre qué pasará si hace otra cosa", comenta, cuando han pasado ocho años desde que entró en este último establecimiento. Durante unos meses huyó a otro sector, pero la cosa no salió bien. Volvió a la hostelería y allí se ha quedado hasta ahora.

placeholder En Ponzano también hay restaurantes que cierran de madrugada. (L.B.)
En Ponzano también hay restaurantes que cierran de madrugada. (L.B.)

Asegura, también, que no hay un día de libranza que no "vuelva a casa con la espalda hecha trizas y con ganas de acostarse a las cinco de la tarde". Sin embargo, los representantes hosteleros no asumen denuncias como las que lanza este camarero, y reiteran que ellos devuelven de otra forma –también legal– las horas de más que se prestan.

"Los derechos se cumplen. Otra cosa es que tengamos una plantilla u horario flexible", sentencia José Luis Yzuel, el presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería de España, que aglutina a unos 320.000 establecimientos, entre ellos 270.000 bares y restaurantes del país. Sostiene que el pago de las horas extra "se cumple", pero que "se suele convalidar con más días de vacaciones o reducción de jornada en un momento puntual", pues añade que es una alternativa "legítima" y que pagar las horas añadidas con dinero les "genera otro conflicto".

Encaje difícil

"Si un trabajador puede acabar a las nueve de la noche y le tienen que compensar si echa más rato, sería lógico que vaya más lento para acabar a las diez y cobrar las horas extra", indica convencido. Cree que el sector ha "mejorado mucho" con el paso de los años, pero que aún existe un "estigma" contra el hostelero. "Soy partidario de que si un empresario no hace las cosas bien debe pagar por ello. Así que la solución está en manos de la ministra, y no nuestra: que haya más inspecciones", suelta, en un dardo a la vicepresidenta Díaz. Del otro lado, hay opiniones varias. Santiago, encargado en el Piscolabis, un restaurante próximo a la Gran Vía, piensa que hay cosas por mejorar, pero ve difícil que un local como el suyo, en pleno centro de Madrid, pueda "cerrar a una hora en la que todavía hay gente en la calle".

Reconoce que, en los últimos años y sobre todo desde que empezó la pandemia, la gente acostumbra a "cenar antes o volver pronto" a casa, algo en lo que coinciden desde hosteleros hasta representantes sindicales o trabajadores particulares consultados. Pero también entra ahí el factor lugar. "No es lo mismo atender en Móstoles que hacerlo en plena Gran Vía", confirma, pues los horarios se fijan "a demanda de lo que pida el sitio en el que están". Y el centro no para de recibir gente, tanto turistas nacionales e internacionales, como locales que pasean por allí.

placeholder En la Puerta del Sol, en pleno centro de Madrid, convergen muchas calles que albergan restaurantes y locales especialmente transitados. (L.B.)
En la Puerta del Sol, en pleno centro de Madrid, convergen muchas calles que albergan restaurantes y locales especialmente transitados. (L.B.)

También resalta que todo es cada vez más caro. "La luz sube, el alquiler en el centro sube, el precio de los productos también... Si perdiéramos esas horas, no sé si llegaríamos a cerrar, pero sería un palo", asume, aunque confiesa que el sector a veces tiene jornadas extenuantes que son "difíciles de controlar". Olga, una de las propietarias de un restaurante a escasos metros de la Plaza Mayor, no contempla echar antes la persiana porque "simplemente es lo que se ha hecho en los últimos años".

Coincide con la idea de que la pandemia marcó un antes y un después, y que ahora es habitual que el jaleo acabe pronto. En su puerta cuelgan un cartel que advierte que el horario es de 8:00 a 2:00 horas, pero la propietaria y otro empleado, allí presente, sostienen que hace años que está desactualizada y cierran horas antes. Sin embargo, los que se quedan hasta el final son casi siempre españoles: "Extranjeros vienen, pero muy pocos resisten tanto". Muy lejos de allí, en Carabanchel, los días son algo más tranquilos.

placeholder José lleva años trabajando en el mercado del Museo del Jamón, un restaurante-tienda muy popular del centro y asegura que nunca han cerrado más tarde de las doce y media. (L.B)
José lleva años trabajando en el mercado del Museo del Jamón, un restaurante-tienda muy popular del centro y asegura que nunca han cerrado más tarde de las doce y media. (L.B)

"Raro es que nos vayamos más tarde de las doce", confiesa Ramón, que dirige un bar familiar junto al Palacio de Vistalegre. La gente que come allí es casi siempre del barrio y no les salpica tanto el ajetreo capitalino, al estar más al sur. El responsable sectorial de hostelería y turismo en CCOO, Gonzalo Fuentes, reitera que no es tan importante que un sitio cierre antes o después: "Lo importante es que se renueve el convenio y que la ley se cumpla, que no siempre es así", exige, apuntando nuevamente hacia Inspección de Trabajo.

Coincide con la ministra de en que era "importante" traer este debate a la mesa, pero cree que se equivoca en analizarlo "según si un bar abre o cierra antes por la noche", teniendo en cuenta el horario de ocio en el país y lo alejado que está de los estándares europeos. Cree que debe abordarse el tema desde la perspectiva de si "se compensan como se debe esas horas de más" o si se dejan sin pagar, sea con tiempo o dinero.

placeholder Un restaurante del centro que también cierra a las 2:00 AM. (L.B.)
Un restaurante del centro que también cierra a las 2:00 AM. (L.B.)

La respuesta de Trabajo

Desde el Ministerio de Trabajo, consultados por todas estas cuestiones, defienden la labor de la Inspección de Trabajo y añaden que "en los últimos años" se han "reforzado" tanto su plantilla como los medios técnicos y recursos económicos que la sostienen, según sus datos, en más del 40%. Contrapone, en cambio, que las "principales infracciones" del sector hostelero se producen por la "falta de afiliación" o el alta de trabajadores por cuenta ajena, además de los "incumplimientos" en el tiempo que debe durar la jornada.

Sobre esto último trató de incidir la ministra Díaz en las declaraciones que alzaron la polémica, y desde su equipo vuelven a enfatizar que su crítica iba dirigida a aquellos turnos u horas nocturnas que, por el hecho de serlo, tienen un "impacto" en la salud de la plantilla. "Este tipo de horarios han de ser reconocidos y compensados adecuadamente", zanja Trabajo. También inciden en que el departamento está en "constante contacto" con las "organizaciones empresariales y sindicales", sin especificar nada más.

Foto: Inspectores laborales y de la Seguridad Social. (EFE/J.J. Guillén)

En un primer momento, incluso CCOO salió con un comunicado a decir que la polémica no iba al fondo de la cuestión y que este horario obedece a la "idiosincrasia de nuestra sociedad", remarcando además que lo que haría falta son "mayores garantías" en la Inspección de Trabajo. En el último dato registrado, el de 2022, la cifra en el sector alcanzó las 176.911 inspecciones, un 60% más que en el ejercicio anterior.

Ante el alboroto generado, Díaz puntualizó que trabajar pasadas las diez de la noche suponía un riesgo extra que generalmente no era remunerado, y que sus palabras solo iban dirigidas al "respeto de los derechos laborales", no a las bonanzas del sector. Pero los representantes de los trabajadores, de hosteleros y empleados consultados, aun con este último matiz, apuntan más a mirar con lupa e imponer sanciones si se requiere.

Suele decirse que España vive mayoritariamente del turismo –el año pasado supuso casi el 13% del PIB–, pero hay quien sostiene que eso trae algo colateral: más trabajo en el sector servicios y, por lo tanto, horarios más amplios en hostelería. La ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, reabrió esta última cuestión en unas declaraciones recientes tras reunirse, precisamente, con representantes de la patronal turística. Sentenció que "no era razonable" mantener estos locales abiertos a la una de la madrugada, y apuntó a que perjudicaba los derechos de los trabajadores en un sector tradicionalmente denostado. Llegaron diversas reacciones, como la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que le acusó de querer a los madrileños "aburridos y en la calle". La bronca política estaba servida.

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