La (otra) peregrinación: Santiago se desborda con Bizarrap como apóstol do Camiño

Que el Camino, en todos sus caminos (francés, inglés, del Norte), está de moda, nadie lo discute. Que su éxito está desbordando las capacidades urbanísticas de Compostela, tampoco. Franquicias de plástico empotradas en piedras históricas y más pisos turísticos que de alquiler para estudiantes universitarios le van dando la vuelta a una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad donde hay días que un paseo por sus calles se asemeja a una manifestación.

Este fin de semana, Santiago vive la (otra) gran peregrinación hacia su banda sonora musical: O Son do Camiño con Bizarrap (Argentina), Maluma (Colombia) y Aitana (España) como los nuevos apóstoles de la globalización musical en un macrofestival donde todo es XXL, desde los escenarios a la noria gigante, pasando por las barras de cervezas y las filas interminables de baños portátiles. "Alquilamos todos los que había en el mercado", apunta uno de los trabajadores.

TE PUEDE INTERESAR

Cómo el festival más 'calimochero' de España acabó en manos de un fondo inversor de EEUU

Guillermo Cid

Y no sobra ninguno. En solo cuatro ediciones —y con una pandemia por medio— este festival ha logrado congregar a 120.000 almas —42.000 diarias del 15 al 17 según los cálculos de la organización— en el Monte del Gozo, un auditorio natural escalonado en la montaña que mira a Compostela, última parada del camino espiritual hacia la catedral, con todo lo que ello implica en logística y seguridad. Esta es la edición más grande y ambiciosa de un evento muy joven que nació con la buena estrella de estar apadrinado por la Xunta bajo el paraguas del Xacobeo, que aporta 2 de los 8 millones del presupuesto total.

¿Cómo se diseña el cartel de un festival de éxito con todo vendido antes de empezar? Con matemáticas. Cojan las playlist más escuchadas, contraten a los artistas —con mucha antelación—, mezclen estilos para sumar públicos, ajusten el caché, cuadren las fechas y añadan unas sesiones de Bizarrap y voilá!: O Son do Camiño 2023.

"Llevamos a la realidad los números de lo que la gente está escuchando"

Es la receta que desvela Kin Martínez, director de Esmerarte y uno de los dos promotores de un evento —en UTE con Old Navy Port— que ya en diciembre vendió abonos como churros antes de anunciar el cartel y colgó el sold out antes de abrir las puertas este jueves con el éxito por anticipado. "Llevamos a la realidad los números de lo que la gente está escuchando", resume.

Detrás, cuenta a El Confidencial, hay un año entero de trabajo y una planificación minuciosa y piramidal para dejar pocos detalles al azar, generar empleo y fidelizar público y patrocinios. ¿Cuántos? 1.033 empleos directos, puntualiza, con un trabajo previo de preparación y formación en riesgos y otros 4.000 a través de un gran abanico de subcontratas de todo tipo para un retorno mediático estimado en unos 76 millones (2022) de los que la producción ya se lleva un buen bocado.

O Son do Camiño en cifras XXL

Las cifras marean: 40 artistas de 35 nacionalidades en dos escenarios principales simultáneos, para acortar las transiciones entre grupos. Sobre ellos, los nuevos apóstoles de la música global: los cabezas de cartel por los que hoy se pelea cualquier festival, empezando por el enigmático Bizarrap, que en la jornada inaugural despegó con sus ultracoreadas sesiones con Quevedo, Shakira... El viernes le tomó el relevo otro hacha de la música latina, Maluma, que ya ha llevado el reguetón a otro nivel (y a todas las salsas y fiestas). Ambos dejan paso a Aitana, a la que costó convencer de que tomara parte en el que será su primer gran festival para la traca final este sábado, precisamente en el día europeo de la música. Detrás del público que sigue a Aitana, a menudo menores de edad, está un segmento muy jugoso que O Son no ha pasado por alto: las madres y padres que los acompañan.

Bizarrap, Maluma y Aitana no están solos. Sobre las tablas el rapero argentino Duki, Eladio Carrion (Puerto Rico), los británicos The Kooks, Vetusta Morla, Leiva, Viva Suecia, Kaiser Chiefs o Xoel López, entre otros. ¿Cansancio tras 48 horas de música consecutiva? En absoluto.

Paula A. y sus amigos llegaron el jueves desde Ferrol, duermen en tiendas y hacen vida en la pista de baile pagando los perritos y las bebidas con pulseras digitales. Compraron los abonos hace seis meses, el mismo día que salieron a la venta sin conocer el cartel. "En O Son sabes que tendrás distintos estilos de música y vienen DJS como Alesso o Steve Angelo que no pisan otros festivales en España".

TE PUEDE INTERESAR

El hombre que más sabe de los festivales de música en España no tiene buenas noticias

Paula Corroto

Detrás del ocio hay una planificación minuciosa. Lo sabe bien Iván Méndez, el otro socio promotor de O Son do Camiño. Llega con la experiencia de haber situado el Resurrection Fest de Viveiro (Lugo) como una rara avis por el que pasaron bandas míticas como Iron Maiden, Kiss o Judas Priest. "Viajamos mucho a otros festivales longevos de Europa como Sziget (Hungría) o el Hellfest (Francia) y adaptamos lo que funciona bien a la casuística local", subraya. "España es el primer destino turístico de festivales y nos preocupa mucho la buena experiencia que viva el público. Se puede morir hasta de éxito si te descuidas".

¿Y ya estaría? Pues no. Escenario de música electrónica, DJs de madrugada, zona de ocio y acampada, noria gigante, un equipo de seguridad de 500 personas entre Policía Nacional (164), bomberos, servicios sanitarios, protección civil y seguridad privada. No es Año Santo, pero viendo las cifras de ocupación hotelera para este fin de semana de junio (del 16 al 19) lo parece: 97%, de acuerdo a la Asociación de Hostelería de la capital. Complicado encontrar una habitación por menos de 160 euros la noche para disgusto de los peregrinos tradicionales.

"Son unos días, la chavalada lo vive a tope y esto se mueve. De esta noria ya no podemos bajar", concluye un taxista compostelano. O Son do Camiño tiene pasillo para rato.