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Vacaciones en el Camino de Santiago: los mejores trucos y otros datos para disfrutarlo al máximo
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Vacaciones en el Camino de Santiago: los mejores trucos y otros datos para disfrutarlo al máximo

El Camino Francés, el Inglés, el Portugués, la Vía de la Plata, el Camino del Norte o el Camino de Finisterre… Todos confluyen en la ciudad de Santiago de Compostela, pero, a lo largo y ancho, todos se vuelven únicos

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Con el verano a la vuelta de la esquina toca elegir destino de vacaciones, y la tarea nunca parece fácil. Nuestro momento de descanso y relajación suele empezar con un lío monumental de destinos en mente, muchas horas frente a la pantalla comparando precios y el bajón de contar los días exactos que tenemos para alejarnos de la rutina y desconectar (siempre parecen pocos). Algún que otro afortunado podrá disfrutar el tiempo suficiente en playa y en montaña, pero para el común de los mortales solo hay una opción.

Para desconectar, sin embargo, no todo es tan limitado como tendemos a pensar: hay un mundo más allá del todo incluido, infinidad de formas de hacer turismo aquí o allí que, a veces, se nos escapan por puro desconocimiento. Una de esas formas la presenta el Camino de Santiago, que no es uno sino varios, a cada cual más distinto e interesante. ¿Alguna vez ha estado en tu lista vacacional? Quizás sea el momento.

Foto: Al llegar a Santiago de Compostela tenían claro que no querían separarse. (iStock)

El Camino Francés, el Inglés, el Portugués, la Vía de la Plata, el Camino del Norte o el Camino de Finisterre… Todos confluyen en el mismo punto, la ciudad de Santiago de Compostela, pero a lo largo y ancho, todos se vuelven únicos. Hay para todos los gustos, por eso te dejamos aquí algunos datos y los mejores trucos para dar con el tuyo.

El recorrido por etapas

Lo primero que debes saber es que, por lo general, las etapas de estos caminos tienen una distancia media de 20/25 kilómetros, pero tú puedes determinar en todo momento cuántos kilómetros quieres recorrer cada día. Lo mejor de esta opción desde el punto de vista turístico es que todo lo eliges tú. ¿Y qué son las etapas exactamente? Pues la distancia que hay entre las localidades donde podrás descansar, comer y, en general, alojarte. Muchas de ellas, además, ofrecen infinidad de actividades paralelas al camino que no te querrás perder.

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Como ya explicamos en otro artículo, el Camino de Santiago nació en el año 820 d.n.e., en plena Edad Media, con motivo del hallazgo de la tumba del apóstol Santiago el Mayor en la capital gallega, y aunque en sus inicios las peregrinaciones tenían un fin católico, la secularización y el paso del tiempo lo han hecho punto de interés más allá de la religión. Así, no solo podrás hacerlo de la manera tradicional, es decir, a pie, sino que hoy en día existen otras opciones como realizarlo en bicicleta o a caballo. Por supuesto, puedes elegir otro vehículo más rápido, pero te avisamos de que perdería mucha de su gracia. Dicho esto, vayamos por partes:

Si estás dispuesto a recorrer largas distancias (y si tu calendario te lo permite), la Vía de la plata puede ser tu mejor opción. Se trata del camino más largo hasta Santiago: puede iniciarse desde Sevilla (con 956 km desde aquí si sigues el Camino Francés, o 979 si prefieres tirar por el Sanabrés). Probablemente, este es también el camino de los contrastes, permitiéndote atravesar la península desde el sur hasta el norte (como tal, culmina en la capital leonesa de Astorga, desde donde se toma una de las otras opciones mencionadas hasta llegar al destino final). Dificultad: media.

Rutas para todos

Sin embargo, de todos, el Camino francés es el más popular. Puede comenzarse desde Roncesvalles (con un total de 764 km) o desde Somport, desde donde se suman algunos más hasta los 830 km. Su ruta atraviesa el interior del norte de España, pasando por ciudades como Pamplona, Logroño, Burgos o León. Fue descrito ya en el año 1135 en el Codex Calixtinus, libro fundamental jacobeo. En los meses de verano, eso sí, su popularidad también lo convierte en el más concurrido. Dificultad: media.

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No es la ruta más antigua de peregrinación, porque para eso está la Ruta primitiva, o lo que es lo mismo: la que siguió el rey Alfonso II, posiblemente el primer peregrino compostelano conocido, quien al conocer la noticia del hallazgo del cuerpo del santo, no se quiso perder el suceso. Parte desde Oviedo y cuenta con 313 kilómetros. Dificultad: baja.

Otra opción fácil es el Camino del norte. Puede comenzarse desde Ribadeo, en Galicia (189 km). No obstante, si te quieres complicar más, este camino también tiene una línea de salida alternativa desde Hendaya, con 876 km. Es el camino perfecto si quieres montaña y playa al mismo tiempo: de hacerlo completo, podrás pasar por Bilbao, Santander, Comillas, Ribadesella, Gijón y Luarca antes de llegar a suelo gallego. Ya durante la Edad Media, por este camino pasaron devotos de todo el norte de la Península o de otros territorios como Inglaterra, Flandes, Alemania o Escandinavia. En 2015 fue reconocido Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto con el Primitivo. Dificultad: media.

Lo indispensable

Por último, el Camino inglés es el mejor para los más relajados, o simplemente para quien prefiera pocos kilómetros pero buenas vistas y gozar plenamente de Galicia. Puede iniciarse desde Ferrol (110 km) o A Coruña (96 km). Debe su nombre a los peregrinos procedentes de las Islas Británicas y otros puertos de Europa Septentrional que llegaban en barco a la península, pues atracaban precisamente en los puertos de La Coruña y Ferrol para emprender desde allí el camino hacia la capital compostelana. Dificultad: media.

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¿Ya le has echado el ojo a alguno? Ahora es el momento de apuntar lo indispensable para ponernos en marcha. Si hay algo que no se te puede olvidar, eso es tu cuerpo. Como explican desde la web Equipa tu camino, para hacer el Camino de Santiago no se requiere una condición física especial, pero sí que el cuerpo se habitúe a andar a diario durante largos periodos de tiempo y grandes distancias (entre 20 y 30 kilómetros).

Poca ropa, un saco de dormir, zapatos adecuados, algo de botiquín y no agobiarse es todo lo que necesitas para ponerte en ruta, elijas la que elijas

En ese sentido, señalan, hay que salir a andar de forma regular, incrementando poco a poco la distancia recorrida. "El objetivo es preparar nuestro sistema cardiopulmonar y musculoesquelético para afrontar el reto de la mejor manera posible. Lo haremos de forma gradual, y por eso es necesario iniciar el entrenamiento con suficiente antelación a la fecha de salida. El tiempo de preparación va a depender de la base con la que partamos cada uno, para algunos unas pocas semanas serán suficientes, mientras que otros tal vez necesiten algunos meses". El primero de los grandes trucos materiales debe empezar también aquí: hazte con unas zapatillas de deporte cómodas y póntelas cuanto antes, así las llevarás domadas.

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Nunca están de más otros consejos que ya compartimos en un artículo previo y que también tienes disponibles en la propia web del Camino de Santiago:

  • La mochila nunca debe sobrepasar los diez kilos. Al fin y al cabo, será tu casa a cuestas durante los días que pases como peregrino, así que cuanto menos peso mejor. No te preocupes por la ropa, en este caso es mejor menos que más, porque en muchas de las localidades que atraviesas las rutas existen lavanderías donde podrás lavarla, también algunos albergues facilitan esta tarea.
  • Desde dicha web, recomiendan en concreto ropa interior y calcetines de algodón sin costuras y de lana, un par de pantalones, un par de camisetas, un par de sudaderas o jerséis y algún sombrero, visera o gorra.
  • Un saco de dormir también es fundamental. Calor, frío, calor, frío… Estás en el norte, nunca se sabe. Aunque los albergues proporcionan colchón y mantas, tu propio saco te puede sacar de más de un aprieto.
  • Un botiquín, pero con lo mínimo. Esto ya no es la Edad Media, hay farmacias por todo el camino, pero un poco de Betadine, algodón, algún que otro antiinflamatorio y unas tiritas a mano siempre ayudan. Recuerda cuidar los pies con pomadas y lleva también agujas hipodérmicas e hilo en caso de que aparezcan ampollas y otras heridas.
  • No te agobies con los kilómetros, algunos días podrás hacer más y otros menos.
  • La alimentación debe ser ligera, aunque con muchos hidratos de carbono.

Por supuesto, lleva mucha agua y crema solar. Si vas a albergues públicos, aquí puedes consultar todos los que forman parte de la Red pública de Albergues del Camino de Santiago en Galicia, aunque si quieres ir sobre seguro puedes mirar albergues privados, hostales o, incluso, algún que otro hotel.

Con el verano a la vuelta de la esquina toca elegir destino de vacaciones, y la tarea nunca parece fácil. Nuestro momento de descanso y relajación suele empezar con un lío monumental de destinos en mente, muchas horas frente a la pantalla comparando precios y el bajón de contar los días exactos que tenemos para alejarnos de la rutina y desconectar (siempre parecen pocos). Algún que otro afortunado podrá disfrutar el tiempo suficiente en playa y en montaña, pero para el común de los mortales solo hay una opción.

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