Feijóo se crece ante 12.000 personas y pide a electores de Vox y Cs que concentren el voto en el Partido Popular

"El cambio empieza aquí. Hoy mandamos un mensaje muy claro: que tiemble Ximo Puig, porque está de salida". El PP quería una demostración de fuerza colgando el cartel de 'completo' en la Plaza de Toros de Valencia, símbolo de las grandes victorias de Aznar y Rajoy. "Si sois capaces de volver a llenar la plaza, os irá bien", auguraron los expresidentes. Y Feijóo, de la mano de Carlos Mazón, lo ha logrado. Aforo completo. Más de 12.000 personas coreando, aplaudiendo, festejando. Feijóo sale de Valencia a hombros. A solo una semana de que se abran las urnas, el líder popular ha querido lanzar un mensaje claro: "Vengo a pedirle el voto a todos aquellos que no votaron al PP en 2019. Sé que hay votantes liberales y de centro a los que le ilusionó Ciudadanos; votantes de Vox que desean gobiernos fuertes; y socialistas a los que les avergüenza el rumbo de este país. A todos ellos, vengo a pedirles una oportunidad", lanzó Feijóo.

El líder popular se ha venido arriba tras comprobar el "lleno" de la plaza, un hito para el que el PP, destacan en la dirección, no han movilizado a militantes de otros rincones de España. "En este preciso instante hay movimientos en los pasillos de la Moncloa. Han visto este lleno, lo están comparando con su acto de ayer, y están muy nerviosos. Aquí no hay trampa ni cartón. Aquí está la libertad y el cambio", proclamaba el líder popular, que acusaba a Sánchez de "tener miedo de la calle" y "encerrarse" en actos rodeados, dijo, de "figurantes". Los autoelogios del PP han sido respondidos casi inmediatamente por el PSOE, y el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha acusado a los populares de gastar un millón de euros en su gran acto de Valencia. "Más de lo que inviertieron en escoletas durante 20 años", denunciaba.

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Como un dejà vu, el Partido Popular ha vuelto a rebosar la Plaza de Toros de Valencia. Una exhibición de fuerza que a muchos aún recuerda al hito que también logró Pablo Casado en octubre de 2021, solo unos meses antes de que el partido saltase completamente por los aires por la guerra del expresidente con Ayuso. Muchas cosas eran igual. Las colas antes de comenzar, las sonrisas de oreja a oreja, el calor asfixiante o la animación hasta dos horas antes de DJ Pulpo, artista de cabecera del PP. "¡Palmas, ánimo, ruido!", gritaba a los miles de reunidos en el recinto.

El PP ha organizado una auténtica fiesta para exhibir músculo frente al PSOE, que este mismo sábado celebró también su acto central en Valencia de la mano de Pedro Sánchez. Los socialistas reunieron a unas 6.000 personas, según los cálculos oficiales del partido. La afluencia que ha logrado el PP en la Plaza de Toros de Valencia contrasta enormemente con el resto de actos de campaña que ha protagonizado Alberto Núñez Feijóo. Pero hay un poderoso motivo. Génova ha situado la Comunidad Valenciana como la pieza clave del 28-M, y ha fiado el "cambio de ciclo" a arrebatar su histórico bastión a la izquierda. "Valencia es el talismán de Feijóo", verbalizaba el candidato autonómico, Carlos Mazón durante su intervención. Sin embargo, es una operación que conlleva riesgos: las encuestas avanzan un escenario muy ajustado, y la posibilidad de que Puig logre revalidar el Botànic sigue ahí. "Todo está abierto", insistían algunos de los presentes este domingo en el acto central del partido.

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El PP trata también de pasar página de la última polémica que ha tensado a sus filas, al hilo de la desautorización al líder nacional que protagonizó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En contra del criterio que había marcado Feijóo, la dirigente lleva días insistiendo en la necesidad de promover la ilegalización de Bildu mediante la ley de partidos, una posibilidad a la que Génova ha dado un rotundo portazo por la falta de garantías jurídicas. Esta situación ha generado malestar en importantes sectores del partido, que señalan a Ayuso por generar una nueva polémica interna y "desviar el foco" de lo importante. Aunque sí ha denunciado algunas de las "mentiras" de Sánchez por su política de pactos, Feijóo no ha dedicado ni un minuto de su tiempo este domingo a la cuestión de Bildu, dando por zanjada la polémica.

El PP apela al voto útil para armar su ansiada "mayoría amplia" que limite la dependencia de Vox, no solo en la Comunidad Valenciana, sino también en el resto de territorios. Aunque las sensaciones son buenas, destacaba el líder del partido, Feijóo instaba a "no dar nada por ganado" para animar a sus potenciales electores a acudir a las urnas la próxima semana, hayan votado o no al PP en 2019. La Comunidad Valenciana ha sido el territorio que más ha pisado Feijóo en campaña, y volverá a hacerlo previsiblemente la próxima semana.

Euforia en el PP valenciano

Los populares valencianos creen rozar el regreso a las instituciones ocho años después de la debacle de 2015. Se percibe en el gesto de sus dirigentes, pero también en cómo están reapareciendo en los actos gente que apenas se dejaba ver durante los años de plomo. Tras la derrota acompañada de numerosos casos de corrupción, los conservadores entraron en una depresión anímica y acomplejamiento de la que, a la vista de cómo se están desenvolviendo en los últimos meses, están completamente recuperados.

“Hago un llamamiento a todo aquel quiere un cambio que concentre los esfuerzos en el único que lo puede hacer, el PP, que les va a recibir con los brazos abiertos”, señaló el candidato autonómico Carlos Mazón en lo que puede interpretarse como una alusión a los votantes de Vox y a los pocos electores que apostaron por Ciudadanos y no se han decidido todavía por el Partido Popular. En línea con el mensaje que repitió posteriormente Alberto Núñez Feijóo, el dirigente señaló que “esto no es un mitin del PP para el PP. A esta tierra nos hacía fata un partido unido y fuerte, pero lo más importante era un partido abierto a todo el mundo. Un partido que abre los brazos a todo el mundo haya votado a quien haya votado. Los convoco a no dividir esfuerzos, a concentrar esfuerzos”, insistió Mazón.

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La dirección popular ha tenido la habilidad también de dar potencia a casos que afectan a los socialistas, como Azud o las ayudas recibidas por la empresa en la que trabaja el hermano de Ximo Puig, para vender a su propio electorado que nadie está libre de escándalos, elevar la movilización y, sobre todo, consolidar el retorno de los votantes de Ciudadanos. Las encuestas, como la publicada por El Confidencial este domingo, reflejan una reabsorción casi completa del electorado que optó por la papeleta naranja en las autonómicas de 2019. Mazón se mostró convencido del vuelco electoral el próximo 28 de mayo. "Va a ser un honor dejarme la piel por los cinco millones de valencianos", dijo, frente a "un presidente de la Generalitat que no se calle, que no mire al suelo, que no se rinda con la financiación, el corredor mediterráneo, con la Copa América y con las inversiones. Ya está bien", asestó contra Puig.

El aspirante popular puso el foco en la sanidad, prometiendo una sanidad "gratuita, universal y eficiente", justo el día después de que Pedro Sánchez anunciase en Valencia un paquete de inversiones de 580 millones para mejorar los centros de atención primaria, que ejecutarán las autonomías. Mazón, que lleva toda la campaña hablando de la gestión sanitaria, acusó al Botànic de haber "desmantelado y colapsado la sanidad pública". "Más de 80.000 personas están empezando una operación. Más de la mitad de ambulancias SAMU circulan sin médico", añadió.

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La candidata a la alcaldía de Valencia, María José Catalá, que se está jugando la vara de mando por un puñado de votos con Joan Ribó (Compromís) y Sandra Gómez (PSPV-PSOE), lanzó un discurso repleto de eslóganes, aunque de poco contenido programático, quizás porque hoy era día de lo emocional, más que de lo concreto. "Queremos recuperar la Valencia libre, limpia, la Valencia reivindicativa, líder, que sabe pisar fuerte, que no es sectaria y no enfrenta a todo el mundo", señaló.

Catalá, que está haciendo campaña embarazada, apeló especialmente al voto de las mujeres. "Salgo a ganar elecciones para demostrar que esta ciudad se construye con ojos de mujer, que se ha diseñado con ojos de mujer y que va a volver a hacerlo. Quiero dar las gracias a todas las mujeres que antes que nosotras lideraron proyectos políticos. Gracias especialmente a Rita Barberá", dijo en la enésima alusión en campaña a la exalcaldesa popular fallecida en 2016 en una habitación hotel en Madrid, repudiada por su propio partido tras resultar investigada por el Tribunal Supremo. La referencia a Barberá recibió los aplausos del público.

Y puestos a perder complejos, hasta el presidente del PP de la provincia de Valencia, Vicente Mompó, se atrevió a hacer casi todo su discurso en valenciano. Esta vez nadie le increpó por ello como en diciembre, en otro mitin con Feijóo. O, al menos, si alguien lo hizo no se le oyó.