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PP y Vox arrebatarían la Comunidad Valenciana a la izquierda por el colapso de Podemos
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Encuesta de IMOP-Insights para EC

PP y Vox arrebatarían la Comunidad Valenciana a la izquierda por el colapso de Podemos

Los populares conseguirían el 32,8% del voto y 37 o 38 escaños, mientras que Vox subiría de 10 a 15 escaños. El tablero está muy ajustado, pero la fragmentación penalizará a la izquierda, igual que perjudicó a la derecha en 2019

Foto: Ilustración: EC Diseño
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El Partido Socialista y el Partido Popular han señalado a la Comunidad Valenciana como la plaza más trascendental, la que medirá el éxito y el fracaso del 28-M y dirá quién encara mejor las elecciones generales de final de año. Los marcadores de voto están muy ajustados, aunque la fragmentación que castigó duramente a la derecha en 2019 (PP, Cs y Vox) puede ahora penalizar seriamente a la izquierda, dividida entre el PSPV, Compromís y Unidas Podemos. El hundimiento de este último, que en este momento se ve fuera del Parlament al no superar el umbral del 5% de la región, daría la mayoría absoluta a la suma de PP y Vox. La derecha estaría así en condiciones de volver a gobernar la Comunidad Valenciana tras ocho años de coaliciones de Ximo Puig con Compromís (2015-2019) y con estos y Podemos (2019-2023).

A una semana de que se celebren los comicios, la estimación de la encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial sitúa al PP como primera fuerza, a una distancia considerable del PSPV. La candidatura de Carlos Mazón, que hoy recibirá el espaldarazo de Alberto Núñez Feijóo en una plaza de Toros de Valencia repleta, lograría el 32,8% del voto y 37 o 38 escaños. El apoyo de Vox será imprescindible para recuperar el bastión valenciano. La formación que presenta al jurista Carlos Flores Juberías tendría el 14,1% del voto y 15 parlamentarios, por lo que se mueven claramente por encima de los 50 escaños que marcan la mayoría absoluta.

La participación estimada es del 70%, cinco puntos menos que hace cuatro años, aunque hay que recordar que Ximo Puig hizo coincidir las urnas autonómicas con la convocatoria de las generales y los socialistas valencianos se beneficiaron del tirón de Pedro Sánchez, quien ayer protagonizó el acto central del PSOE para dar un último empujón necesario para retener la Generalitat. Sin embargo, el sondeo de El Confidencial indica que la derecha está ahora más movilizada y la lista de Mazón sumaría 185.000 votos más que la de Puig, lo que invierte drásticamente la relación de fuerzas entre los dos grandes partidos.

El PP registra en la Comunidad Valenciana un crecimiento espectacular de casi 14 puntos y 18-19 escaños más que en 2019. La ventaja del PP sobre el PSOE es de 7,3 puntos y entre 8 y 10 escaños, con un diputado en Castellón muy reñido entre ambos partidos.

La recuperación del PP se debe a una fuerte fidelidad de sus votantes y, sobre todo, al trasvase masivo de quienes votaron a Ciudadanos hace cuatro años. En esa doble cita de abril, el partido de Albert Rivera logró el mejor resultado de su historia y a punto estuvo de sobrepasar al PP. En las autonómicas valencianas, Ciudadanos consiguió 470.000 votos, que le dieron un 17,7% y 18 diputados. Pues bien, 250.000 de aquellos votantes naranjas declaran ahora que apoyarán al PP, y casi 50.000 más se muestran inclinados a hacerlo. La inyección de cerca de 300.000 votantes procedentes de Ciudadanos es decisiva para el vuelco favorable al PP.

Vox también se beneficia, aunque menos, del reventón de Cs. Pasarían de 10 a 15 escaños, con una notable crecida en Alicante (15%)

Vox también se beneficia, aunque en menor medida, del reventón de Ciudadanos. Ello le permite pasar del 10,6% al 14,1% del voto y de 10 a 15 escaños, que serían imprescindibles para una eventual investidura de Mazón. La Comunidad Valenciana es uno de los principales objetivos del partido el 28-M. Se registra un estirón muy notable en la provincia de Alicante, donde rebasaría el 15%. Su líder, Santiago Abascal, protagonizará allí un mitin en la plaza del ayuntamiento este miércoles. También Yolanda Díaz aparecerá esta semana por la Comunidad Valenciana con su juego de equilibrios entre Podemos y Compromís.

Lo cierto es que la izquierda mantendría íntegra la fuerza electoral que tuvo hace cuatro años, que entonces le bastó para que el PSOE fuera el primer partido y ganara la investidura. Como explica Ignacio Varela, analista y director de este Observatorio Electoral, lo que ha cambiado es la distribución interna de sus votos y, sobre todo, el fuerte impacto de la gran subida del PP en el reparto de los escaños.

El actual presidente socialista y candidato a la reelección, Ximo Puig, también mejoraría ligeramente su resultado anterior, al pasar del 24,2% al 25,5% y de 27 escaños a 28-29. El problema para el PSOE, como sucede en toda España salvo en Castilla-La Mancha, es que es incapaz de recoger una porción significativa de la masa de votos que pierde Ciudadanos: solo el 6% de los exvotantes naranjas en la Comunidad Valenciana considera ahora dar su voto al Partido Socialista.

PSPV y Compromís mejoran ligeramente, pero su avance no es a costa de la derecha, sino de la caída de Unidas Podemos

También avanzaría Compromís, que pasaría del 16,7% al 18,3% y de 17 a 18 escaños. Pero la clave está en que el avance de ambos no sería a costa de la derecha, sino del tercer socio de la coalición, Unidas Podemos, que entregaría al menos el 10% de sus votos al PSOE y el 24% a Compromís, y solo sería capaz de retener, en el mejor de los casos, a la mitad de quienes lo votaron hace cuatro años. UP pasaría del 8,1% al 4,6% y sus ocho escaños de 2019 se evaporarían al quedar por debajo del umbral del 5%.

No obstante, es prematuro dar esa batalla por resuelta: la izquierda conserva alguna esperanza de reeditar su coalición y retener el Gobierno autonómico. Ello dependerá, sobre todo, del resultado que obtenga la candidatura de Unidas Podemos, que está en un 4,6% de intención de voto. Debe tenerse en cuenta que el umbral legal del 5% para obtener escaños no se aplica en cada provincia, sino en el conjunto de la comunidad autónoma. Aun así, un 5% justo de UP apretaría la cuenta de los escaños, pero no sería suficiente. Según el cálculo realizado por IMOP, para que la izquierda alcance la mayoría de escaños, sería necesario que la coalición de Podemos e IU añadiera unas décimas más al 5% para obtener al menos dos escaños en Alicante y otros dos en Valencia, y hacerlo sin merma sustancial de los escaños de sus socios (PSOE y Compromís). "Es una combinación difícil, pero no descartable. De hecho, estamos hablando de porcentajes inferiores a un punto, que están claramente dentro del margen de error de la encuesta", señalan los autores del informe.

Estabilidad en los bloques

En realidad, la relación entre los bloques ideológicos se mantiene bastante estable en relación con 2019. La izquierda (PSOE + Compromís + UP) pasaría del 48,3% de entonces al 48,4%. Y la derecha (PP + Vox + Cs) avanzaría algo más: del 46,7% al 48,1%, ligeramente por debajo.

La izquierda mantiene íntegra la fuerza electoral que tuvo hace cuatro años, que entonces le bastó para que el PSOE fuera el primer partido y ganara la investidura. Lo que ha cambiado es la distribución interna de sus votos y, sobre todo, el fuerte impacto de la gran subida del PP en el reparto de los escaños.

Los candidatos

A pocos días de la votación, solo tres candidatos tienen un grado estimable de conocimiento. Muy por delante de todos está Ximo Puig, con un 96% —que puede considerarse conocimiento universal—. El segundo es Joan Baldoví, de Compromís, con un 69%. Y en tercera posición el líder del PP, Carlos Mazón, que a duras penas alcanza el 51% de conocimiento. Los candidatos de UP, Vox y Cs están en la zona del anonimato social.

Ximo Puig es, claramente, la mejor baza de los socialistas en esta votación. Obtiene un 5,4 de nota media, con calificaciones excelentes en el ámbito de la izquierda: quienes votaron al PSOE en 2019 le dan un 7,1, los de Compromís un 6,6 y los de UP un 6,4. Los votantes de la derecha lo suspenden, pero no de forma tajante: los electores del PP le dan un 3,8 y los de Ciudadanos un 4,7, muy cerca del aprobado. Solo los de Vox lo suspenden rotundamente con un 2,4.

También el hasta ahora diputado de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, puede estar satisfecho con sus puntuaciones. Iguala a Puig en la nota media (5,4) y es aclamado por la izquierda como un candidato excelente: los votantes de Compromís le dan un 8, los del PSOE un 7 (solo una décima menos que a Puig) y los de UP un 7,4 (de hecho, los votantes de UP de 2019 conocen mucho más a Baldoví que a su propio candidato y valoran a ambos de forma parecidamente positiva).

Así pues, parece que no le ha pasado factura la traumática salida de Mónica Oltra, que tuvo que abandonar su cargo de vicepresidenta de la Generalitat y líder del partido al ser investigada por la Justicia por la gestión de su departamento de los abuso a una menor tutelada cometidos por su exmarido. El escándalo ha sido digerido por los votantes de Compromís, que valoran al candidato Baldoví.

El PP, por el contrario, no puede atribuir al candidato su gran crecimiento. Por un lado, Carlos Mazón aparece claramente rezagado respecto a los dos candidatos de la izquierda en cuanto al nivel de conocimiento. Por otro, sus puntuaciones son modestas considerando que se trata del líder del partido que aparece como claro ganador de las elecciones. Su puntuación media es un 4,8. Los votantes del PP le dan un 7, pero en el resto de la derecha tampoco despierta gran entusiasmo: los de Vox lo suspenden con un 4,8 y los de Ciudadanos le aprueban con un 5,7. Por su parte, los votantes de la izquierda también lo suspenden (aunque, como hacen los de la derecha con Puig, son suspensos moderados, no extremos).

El candidato de Vox es, de lejos, el más anónimo y el peor puntuado del elenco, lo que no impide que su partido crezca notablemente en su expectativa de votos y escaños. En todo caso, los términos de la partida están claros: la izquierda juega con dos candidatos potentes, Puig y Baldoví, mientras en la derecha predomina la fortaleza de las marcas, PP y Vox.

Los datos ambientales: la polarización

Las preguntas de ambiente político (satisfacción con la situación de la Comunidad y con la gestión del Gobierno autonómico) muestran un clima claramente polarizado en la Comunidad Valenciana: no tan intensamente como en Madrid, donde la polarización es extrema, pero más que en otros territorios que hemos analizado.

El 65% de los valencianos valora positivamente la situación de la Comunidad. Pero ya en esta respuesta aparece un claro corte posicional: mientras la satisfacción es abrumadora en los votantes de la izquierda, se reduce drásticamente en los de la derecha. Para el 40%, la Comunidad Valenciana está mejor que el resto de España, para el 25% está peor y para el 29% está igual. También aquí se reproduce el corte político: abundan mucho más las comparaciones favorables en el espacio de la izquierda que en el de la derecha.

Más controvertido es el juicio sobre la gestión del Gobierno autonómico. El 50% lo aprueba y el 35% lo desaprueba, con un 15% que lo califica como regular. Si se suman el regular y el mal o muy mal, se produce un empate exacto entre quienes aprueban al Gobierno y quienes se muestran reticentes ante él.

Aquí, el corte político es tajante. La gestión del Gobierno de Puig despierta una adhesión masiva, próxima al 80%, entre los votantes de los tres partidos de la izquierda; pero la cifra se desploma por debajo del 20% entre los de la derecha. A la vista del conjunto de los datos, parece claro que, durante estos cuatro años, Ximo Puig ha logrado compactar el espacio político de la izquierda, cuyos votantes se pronuncian en muchas cuestiones como si formaran parte del mismo partido. A cambio, ha abierto un clima de división política que, entre las doce que votarán el 28-M, sitúa a la Comunidad Valenciana como la segunda más polarizada, solo por detrás de Madrid.

Ficha técnica

Universo:

Personas de 18 años y más censadas y con derecho a voto en las
elecciones autonómicas de la Comunitat Valenciana.

Tamaño muestral:

1.403 entrevistas en total: 305 en Alicante, 208 en Castellón y 890 en
Valencia (de las cuales 621 en la capital).

Técnica de entrevista:

Telefónica asistida por ordenador mediante el sistema CATI. Un 61,9% de
las entrevistas se realizaron a individuos localizados a través de teléfono
móvil.

Equilibraje:

Al finalizar el campo, el fichero de datos se ha sometido a un equilibraje a partir de las siguientes matrices: provincia x tamaño de municipio, sexo x edad x provincia y tipo de telefonía. La eficiencia de la ponderación es de 57%, lo que supone que la muestra efectiva es de 804 casos.

Margen de error de muestreo:

Aplicado el factor de diseño resultado de la necesidad de equilibrar los datos
para darle a cada provincia su peso proporcional, el margen de error de
muestreo es de ±3,6 puntos porcentuales, para p=q=50 % y un nivel de
significación del 95 %, siempre en el supuesto de un muestreo aleatorio simple.

Fechas de campo:

Del 15 al 19 de mayo de 2023.

Diseño muestral:

Aleatorio estratificado no proporcional por provincia y proporcional en
cada provincia por tamaño de municipio. Control de cuotas por sexo y
edad del entrevistado por provincia

Instituto responsable de la investigación:

IMOP Insights, S.A

El Partido Socialista y el Partido Popular han señalado a la Comunidad Valenciana como la plaza más trascendental, la que medirá el éxito y el fracaso del 28-M y dirá quién encara mejor las elecciones generales de final de año. Los marcadores de voto están muy ajustados, aunque la fragmentación que castigó duramente a la derecha en 2019 (PP, Cs y Vox) puede ahora penalizar seriamente a la izquierda, dividida entre el PSPV, Compromís y Unidas Podemos. El hundimiento de este último, que en este momento se ve fuera del Parlament al no superar el umbral del 5% de la región, daría la mayoría absoluta a la suma de PP y Vox. La derecha estaría así en condiciones de volver a gobernar la Comunidad Valenciana tras ocho años de coaliciones de Ximo Puig con Compromís (2015-2019) y con estos y Podemos (2019-2023).

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