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Ximo Puig: "Hemos pasado de la corrupción a las oportunidades y no podemos volver atrás"
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PRESIDENTE DE LA GENERALITAT Y CANDIDATO

Ximo Puig: "Hemos pasado de la corrupción a las oportunidades y no podemos volver atrás"

El presidente valenciano pide diferenciar el debate nacional del autonómico el 28-M y más apoyo al PSPV para generar "estabilidad". Defiende el derecho de su hermano a concurrir a ayudas públicas

Foto: Ximo Puig posa para El Confidencial en su despacho del Palau de la Generalitat. (B. A.)
Ximo Puig posa para El Confidencial en su despacho del Palau de la Generalitat. (B. A.)

Ximo Puig (Morella, 1959) aspira a presidir por tercera vez consecutiva la Generalitat Valenciana bajo las siglas del PSPV-PSOE con la demoscopia apuntando a un resultado de infarto. Ha ocupado el cargo dos legislaturas en virtud de acuerdo de gobierno con Compromís y Unidas Podemos no exento de tensiones. De los candidatos que concurrieron a la cita con las urnas del cambio político de 2015, solamente él repite como aspirante a la presidencia autonómica, aunque, curiosamente, otras dos de ellas, Carolina Punset (Ciudadanos) y Alicia Andújar (UPyD), forman hoy parte de su equipo.

Exigente con sus colaboradores, pero de estilo moderado y discurso poco dado a las estridencias, atiende a El Confidencial en su despacho del Palau de la Generalitat, antes de subirse al coche oficial para visitar una empresa local. Sobre su mesa se amontonan dosieres con informes y libros, desde una biografía del que fue líder socialdemócrata alemán Willy Brandt al ensayista valenciano Joan Fuster. Su última lectura es La paradoja del poder alemán, de Hans Kundnani, una obra sobre la reinvención de Alemania como locomotora europea económica y democrática tras el desastre nazi.

El barón socialista reivindica la cita valenciana del 28-M como una convocatoria con vida propia ajena al pulso entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, y reclama una nueva oportunidad para, según dice, seguir profundizando en "avances sociales y económicos", frente al riesgo de retroceso que considera que representan el PP y Vox.

PREGUNTA. Dijo en alguna ocasión que su objetivo era presidir la Generalitat durante dos legislaturas. ¿Qué le ha llevado a intentar un tercer asalto?

RESPUESTA. Las circunstancias nos han llevado a una situación en la que consolidar un proyecto exige una nueva legislatura. A pesar de todo lo que ha pasado, la segunda legislatura tiene un saldo muy positivo. Después de ocho años, se ha demostrado que era posible otra política en la Comunidad Valenciana y que ha habido un cambio de paradigma. Hemos pasado del paradigma de la comunidad de la corrupción al paradigma de las oportunidades, de grandes avances sociales y económicos. Es el momento de consolidar esa posición y no volver al pasado.

"La relación con Sánchez está basada en la lealtad; si no estamos de acuerdo, lo explicitamos"

P. Ha preferido regresar al calendario de municipales tras el adelanto de las autonómicas un mes en 2019. ¿Por qué?

R: La legislatura ha sido muy especial. Necesitábamos apurar al máximo para desarrollar los objetivos de una legislatura marcada por la pandemia y también por la guerra de Ucrania y las consecuencias que ha tenido en los costes energéticos y la inflación. Necesitábamos gestionar y hemos gestionado hasta la convocatoria de elecciones. No hemos estado en modo electoral. Ahora es el momento de tener la conversación con la ciudadanía y darles nuestros argumentos y pedirles el apoyo.

P. Ha optado por una campaña muy presidencialista. Su propio lema es El president. Muy en clave territorial y sin grandes tensiones en el discurso. ¿No teme que su electorado se despiste y el bloque de derechas sume por una mayor movilización?

R. Lo que le conviene a la sociedad valenciana es esa nueva mirada que se tiene sobre ella. Una sociedad de diálogo, estable, sin crispación. Eso es un intangible fundamental. Somos la segunda comunidad que recibe más inversión extranjera y la primera donde más ciudadanos de España quieren venir a vivir. Es algo que hemos conseguido todos, desde el pacto y el acuerdo entre empresarios y sindicatos, desde una mirada no crispada como la que se ha tenido en la política española en general. Creo que incluso en campaña electoral sería bueno que no se cambiaran las formas, a pesar de que hemos visto una campaña del PP bastante deleznable. Me gustaría que hablemos de lo que se está jugando la sociedad valenciana con tranquilidad, con serenidad y con respeto.

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P. ¿Qué piensa cuando se afirma que el 28-M está en juego el próximo inquilino de la Moncloa?

R. Es subordinar unas elecciones autonómicas a las generales, y cada elección tiene sus consecuencias y su espacio. En un estado cuasi federal como el nuestro, los equilibrios institucionales deben abordarse desde el respecto a la propia concepción del Estado. Aquí lo que nos estamos jugando los valencianos es si se privatiza la sanidad como hizo el PP, si continúa dilapidándose el capital reputacional o seguimos avanzado en una posición de progreso, de igualdad y de transformación económica y social de la Comunitat Valenciana. Esto es lo que nos estamos jugando. Me parece una falta de respeto a los ciudadanos intentar confundir los procesos. Vendrán las elecciones generales y ahí se discutirá qué es lo que le conviene a España. Ahora lo que se discute es qué es lo que le conviene a la Comunitat Valenciana y a cada Ayuntamiento. Es muy importante lo que se decide aquí, porque el estado del bienestar está asociado a las comunidades autónomas. Hay vías diferentes. Vemos lo que está pasando en la Comunidad de Madrid con los servicios públicos esenciales, desde un neoliberalismo que tiene una mirada basada en la desigualdad, y lo que está pasando en la Comunitat Valenciana. También lo que significaron las consecuencias de la pandemia en Madrid y en la Comunitat Valenciana. Esto es de lo que estamos hablando.

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P. En la era de Pedro Sánchez en el PSOE usted comenzó respaldando a Susana Díaz, luego se reconcilió con él, llegando a mostrar bastante buena sintonía. ¿Dónde está hoy Ximo Puig en su relación con el presidente del Gobierno?

R. La relación es muy positiva y basada en el respeto y la lealtad. Y eso significa también que, cuando no estamos de acuerdo, lo explicitamos. No hay ninguna duda de que me debo a los valencianos y he estado siempre en la posición de defensa de los valencianos por encima de cualquier interés partidista. Cuando uno es presidente de la Generalitat, lo es para todos los valencianos. Para la derecha, que ha cautivado una imagen de aproximación total del partido a las instituciones, esto parece marciano. Pero esa es la realidad. Las instituciones deben estar al servicio de la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, con la ley de vivienda, ¿cómo se puede marcar desde Génova la política de vivienda de las comunidades autónomas? Eso en sí mismo es antidemocrático.

Arriba: fotografía del político socialdemócrata y canciller de la República Federal de Alemania entre 1964 y 1974, Willy Brandt. Abajo: ilustración de Morella, el pueblo de Castelló donde nació Ximo Puig, y un retrato del ensayista valenciano Joan Fuster.

P. Usted era muy partidario de la cogobernanza durante la pandemia, del diálogo multilateral y multinivel entre Gobierno y autonomías. ¿Qué fue de aquella experiencia? ¿Por qué no se ha consolidado?

R. España está atravesando por un momento de enorme complejidad en la gestión de la diversidad y la pluralidad política. El espacio de confrontación permanente, que ha llevado a que el PP bloquee instituciones que nunca habían estado tanto tiempo bloqueadas, como el CGPJ, explicita un retraso que hay que mejorar. En un nuevo relato de España deberían reforzarse todas las políticas de cogobernanza, que en aquellos momentos se llevaron de una manera acertada, con todas las dificultades e insuficiencias. Es la vía por la que hay que transitar.

Foto: Ximo Puig y Joan Lerma se saludan, en una imagen de 2015. (EFE/Kai Försterling) Opinión

P. Mucha visión federal no hubo en la reacción del Gobierno a su reforma fiscal.

R. Las cuestiones empiezan de una manera y terminan de otra. Se demostró perfectamente que no era ningún tipo de cambio de política respecto a la visión socialdemócrata. Todo lo contrario. Se demostró que hay reformas fiscales progresistas o conservadoras. Hicimos una reforma fiscal que ha sido acordada por unanimidad por las Cortes Valencianas. Y eso sí que es un hecho diferencial. Es la única comunidad en España en la que se ha producido una situación de esas características. Podemos decir que las rentas con menos disposición económica son de las que menos pagan de IRPF en España.

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P. Ha vivido tensiones con el Gobierno central: decreto del Tajo-Segura, ayudas al sector azulejero, la financiación… ¿Ha echado en falta más cariño de los ministros de su partido?

R. Ha habido muchas cosas acordadas y políticas sociales muy importantes que ha hecho el Gobierno de España con el escudo social. Apoyo a las comunidades autónomas para que pudiéramos llevar a cabo planes de activación económica en el momento más difícil de la pandemia. Ha habido un 60% de aumento de los recursos en el sistema de financiación desde la época del PP a la actual. Hay más blancos que negros. Pero, efectivamente, hay puntos de discrepancia. Nuestra posición ha sido clara y nítida: reivindicación y acuerdo. En el caso del Tajo-Segura habíamos llegado a un buen acuerdo para todos, aquella disposición nueve para que en el año 2025 se analizara el estado de las aguas para ver si se continuaban elevando o no los caudales.

P. ¿No se sintió engañado en aquel proceso?

R. Me sentí frustrado. No entiendo por qué no se pudo llegar a ese punto de encuentro. Pensamos que es justo reivindicar en los tribunales, y ahí estamos, pero al mismo tiempo creemos que hay una parte fundamental del real decreto que nos parece muy positiva, que es toda la parte del programa de inversiones y la comisión de seguimiento. Eso sí, todos somos conscientes de la realidad. Hay un problema de cambio climático y estrés hídrico.

Foto: Ximo Puig firma el decreto de disolución de las Cortes. (EFE/Juan Carlos Cárdenas)

P. Habla de frustraciones. Quizá la gran frustración para los intereses valencianos sea la reforma del sistema de financiación. ¿Por qué no ha sido posible la reforma? ¿Qué responsabilidad tiene el PSOE en esto?

R. Todo el mundo es responsable cuando no se llega a acuerdos. Pero hay que ver el nivel de responsabilidad. En el plano positivo, la Generalitat ha podido converger en el gasto social y superarlo en algún caso en los servicios públicos esenciales gracias a que hemos tenido el apoyo del Gobierno, gracias a las trasferencias y los apoyos extraordinarios durante el covid. Ahí hay una parte de reconocimiento que se debe hacer por coherencia. Hay otra parte en la que mostramos nuestra discrepancia con el Gobierno, con el principal partido de la oposición y con el conjunto del sistema. Hay una comunidad que está especialmente infrafinanciada y es la plasmación de que en España hay un problema de falta de equidad y de igualdad en la distribución de los recursos públicos. En una situación en la que no se puede llegar a acuerdos en una cuestión tan elemental como la reforma del CGPJ, buscar la transformación de un modelo en una cuestión mucho más compleja como es la financiación autonómica es terrible que parezca imposible. También le digo una cosa: si el cambio de modelo es el que propone Feijóo, casi mejor que no haya cambio. Pero la situación que tenemos es dramática.

placeholder Foto: B. A.
Foto: B. A.

P. Pero puede ser más dramática si vuelven las reglas fiscales que propone Bruselas. Han tenido una legislatura en la que la Generalitat ha contado con muchos recursos, por el Mecanismo de Recuperación y porque ha habido manga ancha con los créditos del FLA. La próxima legislatura puede ser bastante distinta. Sin esa reforma de la financiación, ¿no teme tener que afrontar un escenario de recortes si finalmente repite como presidente?

R. No va a haber recortes sociales. Pero es cierto que tenemos que cambiar la dinámica de este país respecto a los acuerdos. Los ciudadanos no pueden estar sometidos a un estado de confrontación de estas características que no permite acuerdos. El principal partido de la oposición debe dejar de bloquear cuestiones básicas.

"Cuanto más apoyo tenga el Partido Socialista, que es una visión central de la política valenciana, generará más estabilidad"

P. La Comunidad Valenciana presenta buenos indicadores coyunturales, pero sigue en el grupo de cola en PIB per cápita. Ha habido un frenazo en la convergencia entre autonomías españolas, incluso en algunos casos la brecha se ha incrementado. ¿Qué ha hecho la Generalitat para tratar de invertir esta tendencia? ¿A qué cree que obedece? ¿Qué falla en el modelo productivo?

R. Es un análisis complejo. Lo que es cierto es que todos los indicadores económicos y sociales han mejorado en la Comunitat Valenciana desde el año 2015. Hay 420.000 personas trabajando más. Ha habido un aumento muy significativo de las exportaciones, del índice de producción industrial. En esos ámbitos, estamos a la cabeza de las regiones españolas. Y es verdad que nosotros hemos aumentado población mientras otras autonomías la han reducido. La renta per cápita ha aumentado, pero continuamos con un gap que tenemos que superar y para eso es imprescindible la transformación del modelo productivo. Pero hemos pasado de estar en los puestos de cola de innovación a que la propia Unión Europea nos sitúe por encima de la media. La única manera de hacerlo es con una financiación justa por la parte pública, pero también por una transformación del modelo por la parte privada que no se hace por decreto ley. La reindustrialización ayudará a subir las rentas.

P. No deja de ser una decisión empresarial, pero, para un presidente autonómico, ¿que una empresa como Volkswagen elija su territorio para ubicar una inversión de 3.000 millones justifica un mandato entero?

R. Nunca se puede decir que una medida por sí misma justifica una legislatura, pero esta, de ser así, se acercaría. Hay que tener en cuenta el carácter disruptivo que tiene y lo que significa, como significó Ford en su día. No es solamente la inversión de 3.000 millones, sino proyectar a la Comunitat Valenciana como un polo de desarrollo de la movilidad sostenible. Y esta actuación, junto al clúster que existe ya alrededor de Ford, puede generar otro clúster vinculado a las baterías. Ford también ha decidido hacer aquí la electrificación. Estas dos decisiones son importantísimas para la Comunidad Valenciana. El papel del autogobierno ha sido fundamental porque, si no fuera por el papel de la Generalitat, nadie hubiera interlocutado por la Comunitat Valenciana. Ese es un hecho muy importante. Fuimos nosotros a buscar la inversión.

"Si el cambio de modelo de financiación es el que propone Feijóo, casi mejor que no haya cambio"

P. El candidato del PSC en Barcelona, Jaume Collboni, quiere que el Gobierno le ayude a convencer a las empresas que sacaron sus sedes de Cataluña para que vuelvan. Esto incluiría a CaixaBank y Sabadell, ahora con sede social en la Comunidad Valenciana. ¿Qué opina?

R. Será una decisión que tomen las entidades. Tanto estas entidades como muchas empresas de Cataluña que vinieron a la Comunitat Valenciana están bien en la Comunitat Valenciana y se sienten bien en la Comunitat Valenciana.

P. Presume de business friendly y buena relación empresarial, pero un vicepresidente del Consell, Héctor Illueca, de Unidas Podemos, no ha dudado en señalar al principal empresario valenciano, Juan Roig, y tildarlo de capitalista despiadado. ¿Cómo maneja esa contradicción?

R. Yo no tengo una contradicción, la tendrán otros.

P. Pero su Consell sí tiene una contradicción.

R. El Consell tiene una posición. Hay personas que pueden hacer una declaración. Pero el Gobierno tiene una posición. Sobre lo de que es una tierra amable para la inversión, el otro día el presidente de SEAT (Wayne Griffiths) lo dijo y creo que es cierto: esta es una comunidad que quiere ayudar para que el crecimiento de las empresas sea lo más razonable posible. Cada uno es dueño de sus afirmaciones, yo no estoy en absoluto de acuerdo (con Illueca) y lo he expresado. Mercadona es una empresa muy importante para la Comunitat Valenciana y para España, y, como todas las empresas, puede ser criticada, pero la crítica personal no tiene ningún tipo de espacio en la sociedad de respeto a la que yo aspiro.

Arriba a la izquierda: detalle de un libro de Miguel Hernández. Arriba a la derecha: una fotografía en la que aparece Ximo Puig junto a Pedro Sánchez. Abajo: un peluche que le regaló una niña ucraniana a Ximo Puig.

P. En el caso de que tenga que configurar un nuevo Consell, ¿qué cambiaría de la relación de gobierno con Compromís y Unidas Podemos?

R. Primero hay que valorizar lo que ha sido este Gobierno. Son los ciudadanos los que deciden. Si decidieron que tenía que haber unos gobiernos de coalición y de gestión de la diversidad, pues es lo que hemos hecho de la manera más razonable posible. Ha habido un Gobierno capaz de aprobar ocho años y en tiempo y forma los presupuestos. Eso no lo ha hecho ninguna de las cuatro comunidades grandes de España. Ninguna. Eso ha generado la estabilidad y credibilidad para establecer un acuerdo social importante y factores claves para el crecimiento y el desarrollo de país. Lo que es obvio es que, después de las elecciones, hay que hacer un reseteo de la situación y analizar las nuevas circunstancias y manejar bien esta legislatura tan importante en el corazón de una década de oportunidades, con la transición energética y la transición digital como raíles importantes.

P. Precisamente en las renovables ha habido conflictos importantes. ¿Hacia dónde debería ir ese reseteo? ¿Cuánto echa de menos el bipartidismo?

R. No echo de menos nada. Lo que me gustaría es que la opción que represento tuviera el mayor apoyo posible. Cuanto más apoyo tenga el Partido Socialista, que es una visión central de la política valenciana, generará más estabilidad.

P. Ha sido una legislatura intensa en términos de gestión. La pandemia ha puesto a prueba la calidad de los servicios públicos. Han aflorado problemas latentes y estructurales, especialmente en sanidad. Se han anunciado muchos planes, pero no terminan de implementarse.

R. La pandemia ha evidenciado las debilidades del sistema, pero también la fortaleza. Tener una sanidad pública y gratuita como tenemos en España y la Comunitat Valenciana es una piedra angular de la sociedad valenciana. Hemos aumentado el 40% de los recursos para sanidad en este tiempo, que son todavía insuficientes. Mientras en otras comunidades despidieron a la gente después del covid, aquí hay 15.000 personas más trabajando en el sistema sanitario desde el año 2015. Aparte de esto, es obvio que la inversión en tecnología está mejorando mucho las capacidades. En ese objetivo de finiquitar desigualdades, fuimos la primera autonomía en la que desaparecieron los copagos, la primera que decidió que todos los medicamentos que pudieran salvar vidas había que utilizarlos. Nos ha costado 300 millones el medicamento para personas con hepatitis C. Hay 16.500 personas que se han salvado la vida. La vía es continuar mejorando. Desde el punto de vista de las infraestructuras, se está haciendo la inversión más importante de toda la historia de la autonomía, con la inversión de más de 100 millones del Clínico (de Valencia), con la ejecución de la ampliación de hospitales importantes en Alicante, como el de la Vega Baja o el de la Marina. Se va a hacer un nuevo hospital en Castellón y el nuevo Arnau de Vilanova. Va a haber una nueva fortaleza en equipamiento y arquitectura. A partir de ahí, la atención primaria es básica. Hay que aumentar la presencialidad. El contacto con el médico es fundamental. Hay que invertir más en atención primaria, pero también en salud mental.

Foto: Pedro Sánchez, el pasado 16 de abril, en Valencia. (EFE)

P. La Comunidad Valenciana ha reducido notablemente su tasa de abandono escolar, pero sigue entre las más altas del país. Es un elemento común en autonomías del Mediterráneo. Tampoco sale bien parada en los informes PISA. ¿Qué cree que está fallando en el sistema educativo?

R. Uno los indicadores del que nos sentimos más satisfechos es precisamente en la superación del gap o, por lo menos, la reducción importante del fracaso escolar. Para mí es uno de los indicadores más positivos. Ha tenido una causalidad en el aumento del profesorado. Se han incorporado más de 14.000 profesores y profesoras nuevos, se han bajado las ratios y se ha aumentado la igualdad de oportunidades. Que todos los niños y niñas de dos años tengan una plaza pública o costeada con fondos públicos es un avance sustancial. En la próxima legislatura, será ya de cero a tres años. Hemos apoyado a las familias con la gratuidad de los libros de texto, que van a ser gratuitos también en el bachillerato. Esto tiene connotaciones ligadas a la igualdad de oportunidades en educación, pero también, sin duda, en apoyo a las familias desde el punto de vista de la inflación.

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P. El caso Azud ha revelado irregularidades en la financiación de campañas del PSPV en los años 2007 y 2008. Son justo los años del PP de la Gürtel. ¿Conocía esos hechos? ¿Todos hacían trampas en aquellos años?

R. De lo que tengo constancia es de lo que ha sido juzgado ya en los tribunales y lo que ha pasado en el caso Gürtel, y lo que fue una etapa sistémica de corrupción por parte del Partido Popular en la Comunitat Valenciana. Hay tres presidentes de la Generalitat del PP imputados y alguno ha estado en la cárcel e, incluso, condenado. Hay 135 personas vinculadas al PP condenadas. Pero, si en ese momento hubo algún tipo de irregularidad cuando se juzgue, lo que hemos dicho es que ninguna persona que haya estado vinculado a esta cuestión va a estar en ningún tipo de cargo público. De hecho, no lo está nadie en estos momentos. Hay que ver incluso acciones que se hicieran que a día de hoy fueran ilegales y entonces a lo mejor no lo eran. En cualquier caso, creo que hay que ser prudente y ver lo que pasó. Lo que es cierto es que quien gobernaba las instituciones en aquel momento era el PP. El origen de Azud no sale del Partido Socialista, sino de un despacho al lado de la alcaldesa (de Valencia). Lo que me dicen a mí los responsables de aquel tiempo es que se hizo todo legalmente.

placeholder Foto: B. A.
Foto: B. A.

P. Pero hay algunos pagos de camisetas de su campaña de primarias de 2008. ¿Tenía conocimiento de esto?

R. Ni tenía conocimiento ni sé si fue así como se ha contado. No he participado en ninguna operación ni conozco a algunas de las empresas que se han relacionado con esa cuestión. Nosotros la primera decisión que hemos tomado es que ninguna persona que, incluso de una manera indiciaria, pudiera tener alguna relación esté en estos momentos en la organización en ningún ámbito. Es muy diferente al caso de personas que están imputadas y mantenidas en cargos por parte del PP.

P. La instrucción en el caso de las subvenciones públicas a empresas vinculadas a su hermano está pendiente de informes de la Intervención que acrediten si hubo o no alguna infracción penal. Pero, más allá de la tipificación penal, desde una perspectiva ética, ¿ve correcto que un familiar tan directo se beneficie de ayudas públicas de la Administración que preside?

R. La primera cuestión es que ningún familiar mío se beneficia directamente de ninguna subvención. Es la empresa en la que trabaja mi hermano, y tiene derecho a presentarse a las ayudas de una manera normalizada y reglamentaria. Tiene los mismos derechos y los mismos deberes. Y es absolutamente ético, por supuesto, que una empresa dedicada a la comunicación pueda presentarse. La legalidad y la ética en este caso coinciden. Es legal y es ético presentarse. Otra cosa es que, si se ha hecho algo mal, sea la empresa en la que trabaja mi hermano o sea cualquier otra empresa, se debe actuar con contundencia. En lo que hasta ahora afecta a la Generalitat, ha quedado claro que se actuó correctamente. De hecho, hace pocos días, se cerró el caso que había abierto el Partido Popular contra un director general de Compromís que gestionaba estas ayudas. Me parece lamentable que muchos medios que le dieron bastante difusión a esa cuestión no hayan tenido la decencia de, por lo menos, situar a esta persona, a la que se la vilipendiado durante mucho tiempo, en el espacio que ha estado siempre, que es el de la legalidad.

Ximo Puig (Morella, 1959) aspira a presidir por tercera vez consecutiva la Generalitat Valenciana bajo las siglas del PSPV-PSOE con la demoscopia apuntando a un resultado de infarto. Ha ocupado el cargo dos legislaturas en virtud de acuerdo de gobierno con Compromís y Unidas Podemos no exento de tensiones. De los candidatos que concurrieron a la cita con las urnas del cambio político de 2015, solamente él repite como aspirante a la presidencia autonómica, aunque, curiosamente, otras dos de ellas, Carolina Punset (Ciudadanos) y Alicia Andújar (UPyD), forman hoy parte de su equipo.

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