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Ayuso potenciará su perfil nacional en la campaña pese a las diferencias con Génova
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acto en el Palacio Euskalduna

Ayuso potenciará su perfil nacional en la campaña pese a las diferencias con Génova

Insiste en ilegalizar Bildu durante su visita a Bilbao, donde reitera que "ETA sigue viva" pese a que la dirección nacional pidió rebajar el tono. "Con Feijóo comparte constantemente sus posiciones", matizan desde su equipo

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante su visita a Bilbao. (EFE/Javier Zorilla)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante su visita a Bilbao. (EFE/Javier Zorilla)
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La Gran Vía de Bilbao está prácticamente vacía. Solo los bares se ven llenos de aficionados del Athletic. El equipo juega en casa. Lucha por mantenerse en puestos europeos. A la altura del número 45 se arremolina un grupo de periodistas. Los pocos viandantes que salen de las tiendas preguntan: "¿Quién viene?", "Ayuso", responden. Las caras van desde la sorpresa hasta algún gesto desairado. Incluso esta pareja se queda a ver a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Llega sonriente, remangándose la chaqueta. Es ya como un tic. Son muchas horas de campaña. Por la mañana ha estado con Mariano Rajoy en Alcalá de Henares. No ha parado de hacerse selfis. Aquí hay expectación por medir eso que se dice entre los barones del PP de que su discurso no se sostiene extramuros.

Empieza el recorrido junto al presidente del partido en el País Vasco, Carlos Iturgaiz y las candidatas a la alcaldía y la diputación de Vizcaya. Ha sido una semana intensa para la lideresa. Su discurso pidiendo la ilegalización de Bildu por acoger en sus listas a más de una cuarentena de terroristas, la ha vuelto a colocar en el centro del debate nacional. Esta vez no solo en frente de Pedro Sánchez, sino también de Alberto Núñez Feijóo. Génova descarta que sea posible inhabilitar políticamente a los de Otegi con la actual Ley de Partidos. La consigna de la dirección nacional a los candidatos ha sido no entrar en este tema, sino circunscribirlo a los pactos con Sánchez. Se habló directamente con los equipos de prensa de los territorios para unificar mensajes.

Foto: Ayuso participa en el acto del PP vasco en Bilbao. (Europa Press)

El destino ha querido que la polémica coincida con el acto en el Palacio Euskalduna. El paseo se hace en menos de diez minutos caminando, la comitiva del PP tarda más de media hora. Hay muchas paradas. La gente la reconoce, la para o la ignora. Algunos simpatizan con su causa, otros con su fama. Concita más público que los candidatos de la tierra. Es parte de lo que ya se ha bautizado como "fenómeno Ayuso". Ni las diferencias con el gallego le frenan. "La presidenta habla con Feijóo con muchísima frecuencia. Comparten constantemente sus posiciones", recalca uno de sus colaboradores que se afana en abrirle paso a su llegada al mitin.

La melodía del PP suena a gran volumen. El auditorio se esfuerza en agitar las banderas. Hay de España, del País Vasco y del PP. Forman un remolino que le impide llegar a su asiento. A su lado, su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, que como ella cierra una de las listas de los ayuntamientos vascos. Él va por Durango, ella escogió Bilbao. Además de la clave política está la sentimental. La presidenta decidió afiliarse al PP cuando, como periodista, cubrió la campaña de María San Gil.

Su intervención aglutina lo que la audiencia espera. Cada referencia a ETA, Bildu o Miguel Ángel Blanco arranca un aplauso. "El acoso que parecía afectar solo a unos pocos hoy sigue fuerte aquí y se está extendiendo a España entera", proclama ante los simpatizantes que asienten con la cabeza. Ni un milímetro ha cambiado su discurso. "ETA sigue: sus fines son los mismos, y sus medios son los convenientes para ellos en cada momento", insiste. Tras el diagnóstico vuelve a defender la ilegalización de Bildu. Insta a las instituciones del País Vasco, España y la Unión Europea a pronunciarse porque "nos jugamos la convivencia, la prosperidad".

Foto: Rajoy y Ayuso, en un mitin en Alcalá de Henares. (EFE/Fernando Villar)

Defiende su postura y va más allá al hacer un paralelismo con la aplicación del 155 en Cataluña. "Durante décadas muchos lo vieron impensable o indeseable, pero se acabó aplicando y salvó un momento terrible de nuestra historia". En las caras de los afiliados se vislumbra emoción. Un chute de euforia para un partido que vive horas bajas. Las encuestas lo colocan como quinta fuerza en Bilbao con dos concejales. A escuchar a Ayuso han acudido señoras que militan desde la llegada de la democracia en las filas del PP. Sienten simpatía por Ayuso y Feijóo, pero el que más les gusta es Aznar. También Miguel Ángel Rodríguez, al que conocen de otros tiempos. Aquellos años que evocó la lideresa al poner en valor la vigencia del discurso de Aznar cuando en 2003 se preguntó: "¿Cuántos vascos no se sienten libres para hablar de política?".

"¡Ayuso, guapa!", grita un grupo de jóvenes a los que la presidenta jalea para que se hagan una foto con ella. Es todo sonrisa. No la ha perdido, aunque Podemos haya colgado en Madrid un cartel gigante con la cara de su hermano y el lema "¡Hay que echarlos!". Se crece ante los ataques. Su equipo confirma que no rebajará ni un solo decibelio el tono de su campaña. Seguirá siendo en clave nacional. Los datos de las elecciones de 2021 la avalan y los trackings de la última semana corroboran que es un imán para el voto de Vox. El balance de la primera semana de campaña no puede ser más positivo, sentencian en su equipo.

Su partida no va de ganar o perder. Ella necesita una mayoría absoluta. En el PP achacan a esa "obsesión" que se posicione tan claramente frente a la dirección nacional "pese a quien pese". El 28-M tendrá muchas lecturas y una es en clave de baronías. "Ayuso necesita reeditar la victoria de Juanma Moreno en Andalucía para coronarse", argumentan desde el partido donde colocan a ambos como futuros sucesores en caso de que Feijóo no llegue a Moncloa. Los hay incluso que no dudan de que el debate interno sobre el liderazgo se adelantará si el cómputo de municipales y autonómicas no es bueno para el PP. El gallego también paseó la semana pasada por Bilbao. Fue más discreto, pero también tiene sus seguidores, los que incluso aplaudiendo a Ayuso se definen como "de Feijóo, porque soy centrista".

La Gran Vía de Bilbao está prácticamente vacía. Solo los bares se ven llenos de aficionados del Athletic. El equipo juega en casa. Lucha por mantenerse en puestos europeos. A la altura del número 45 se arremolina un grupo de periodistas. Los pocos viandantes que salen de las tiendas preguntan: "¿Quién viene?", "Ayuso", responden. Las caras van desde la sorpresa hasta algún gesto desairado. Incluso esta pareja se queda a ver a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Llega sonriente, remangándose la chaqueta. Es ya como un tic. Son muchas horas de campaña. Por la mañana ha estado con Mariano Rajoy en Alcalá de Henares. No ha parado de hacerse selfis. Aquí hay expectación por medir eso que se dice entre los barones del PP de que su discurso no se sostiene extramuros.

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