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El pulso de Ayuso a Feijóo por Bildu reabre la herida interna en el PP
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El pulso de Ayuso a Feijóo por Bildu reabre la herida interna en el PP

La presidenta mantendrá la presión para ilegalizar el partido de Otegi pese al portazo de Génova. En las filas populares, lamentan que la dirigente "desautorice" al líder nacional y temen que el debate se les vuelva en contra

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (d), y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Mariscal)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (d), y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Mariscal)
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El PP vivió este jueves una especie de déjà vu. El debate sobre la postura frente a Bildu pasó en menos de 24 horas de ser un azote contra Pedro Sánchez a evidenciar las diferencias entre Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso. “Otra vez estamos hablando de nosotros y no de los otros”, lamentaba un diputado al ser preguntado por el hecho de que la presidenta madrileña insista en la ilegalización de la formación de Arnaldo Otegi, en contra de la directriz marcada por Génova. En un corrillo con periodistas, el gallego había explicado que con la legislación en la mano no tenía sentido insistir en esa vía, que también ha rechazado la Fiscalía general del Estado. Poco después, la dirigente se opuso a ese criterio. "Deberíamos intentarlo", zanjó durante un desayuno informativo.

La nueva bronca interna en el PP ha tomado altura. Génova asegura haber tratado el asunto con sus servicios jurídicos, e insiste en que en ningún caso la legislación vigente permitiría estudiar siquiera el supuesto de ilegalizar EH Bildu. En el PP, insisten en que la actual ley de partidos se redactó cuando aún existía violencia terrorista en España y reiteran que promover una iniciativa como la que defiende Ayuso sería inviable jurídicamente. En el entorno del líder nacional recuerdan, además, que se trata de un asunto "delicado" porque afecta a derechos recogidos en la Constitución e instan a tratarlo con "seriedad". Pero no parece que Ayuso quiera dejar las cosas estar.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un acto de campaña en Alcorcón. (EFE/J. P. Gandul)

La madrileña analizará el asunto a nivel interno para comprobar la viabilidad legal de su propuesta pese al tajante portazo de Génova. "Nosotros seguiremos estudiándolo", señalan. "Me veo obligada a defender este discurso, porque yo me afilié al PP por esto", ha reiterado este mismo viernes durante una entrevista en RNE, que la dirigente no ha aprovechado para rebajar la tensión interna. Ayuso ha insistido en solicitar a la Justicia la revisión de la condición legal de EH Bildu porque "no podemos mirar hacia otro lado", y volvió a hablar de ETA en presente. "Son los mismos", aseveró, en alusión al partido de Arnaldo Otegi.

La presidenta de la Comunidad de Madrid sólo cuenta con el apoyo público de una diputada nacional. Cayetana Álvarez de Toledo ya advirtió hace días en redes sociales de que "Bildu es legal porque en España no se cumple la ley". Y recordó el resquicio al que se aferran también en la Puerta del Sol para al menos "intentar" la ilegalización del partido de Arnaldo Otegi. La ley de partidos recoge en su artículo 9 que uno de los supuestos por el que se puede activar este mecanismo es el de "incluir regularmente en sus órganos directivos o en sus listas electorales a personas condenadas por delitos de terrorismo que no hayan rechazado públicamente los fines y los medios terroristas, o mantener un amplio número de afiliados a organizaciones o entidades vinculadas a un grupo terrorista", salvo que hayan expulsado de sus filas a estos cargos.

Diputados, senadores y miembros de la dirección nacional cierran filas con la posición de Feijóo, e insisten en que más allá del relato sobre si Bildu representa o no a ETA o sus "deberes pendientes" con "la reconciliación democrática", el debate sobre su posible ilegalización está zanjado. "No hay margen legal", insisten en las filas populares, donde reviven viejas rencillas internas y vuelven a trazar una división entre el criterio de Génova y el de Ayuso. "ETA se disolvió definitivamente hace 12 años", insisten. El líder del PP limita, así, su ofensiva jurídica a la posible reforma de la Loreg para endurecer los criterios de elegibilidad de los candidatos, y que no vuelvan a repetirse casos como el de EH Bildu, que presentó unas listas electorales con 44 etarras condenados, algunos de ellos por delitos de sangre.

Feijóo tiene un pasado como barón díscolo, pero no se siente cómodo en la batalla. Siempre defendió sus posiciones frente a Génova, pero “con más sutileza”, señalan desde el partido los que este jueves veían una “desautorización” por parte de Ayuso al presidente. “Debió frenarla cuando llegó”, advierten las mismas fuentes, que aún recuerdan la polémica por el pacto para renovar el CGPJ con el PSOE, en que la lideresa se posicionó también en contra de cerrar un acuerdo con la Moncloa en medio de la negociación. En aquella ocasión, el Gobierno entró con todo para desgastar a Feijóo, afeándole que no mandaba en su partido.

El PP da por hecho que el guion se repetirá ahora, con la agravante de que hay una campaña electoral de por medio. Los asesores del presidente del Gobierno buscarán escorar a los populares a las posiciones de Vox y minar al líder con las insinuaciones de que el discurso de Ayuso es el que se impone. Prueba de que a la Moncloa le gusta enredar es que el CIS de José Félix Tezanos, como ya hizo en la etapa de Pablo Casado, pregunta sobre el liderazgo de la presidenta madrileña.

"Debió frenarla cuando llegó", opinan en el PP

Por ahora, en las filas populares no hay ninguna duda sobre el liderazgo de Feijóo, que sí se empezará a medir inevitablemente en función de los resultados del 28-M. Las victorias son el mejor antídoto contra las conspiraciones, y las expectativas de llegar a la Moncloa también. Desde el equipo de Mariano Rajoy, recuerdan que Esperanza Aguirre siempre fue, como hoy Ayuso, un verso suelto y que “eso se cura cuando Feijóo sea presidente”.

Los más prudentes achacan a cálculos electorales la nueva disparidad de opiniones en el seno del PP, esta vez a cuenta de Bildu. Ayuso necesita atraer el voto de los de Santiago Abascal y por eso, justifican, tiene que moverse en un discurso que Feijóo no se puede permitir, dado que él aspira a ser presidente del Gobierno. Génova se ha esforzado desde el desembarco de Feijóo en Madrid en trasladar una imagen de absoluta coordinación con la Puerta del Sol. Pero hechos como el de ayer lo ponen en duda.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en los pasillos del Senado. (EFE/Fernando Villar) Opinión

La alarma en los territorios es que el debate sobre Bildu, que se había convertido en una baza electoral, acabe perjudicándoles porque resucite el espíritu de las dos almas del PP. Las fuentes consultadas por El Confidencial insisten en que la nueva pugna interna puede tener consecuencias en plena campaña, porque "desvía el foco" de "lo mollar", y vuelve a situarlo en un conflicto con una de las mismas protagonistas de la crisis que partió en dos la formación hace algo más de un año. "Es un reparto de papeles que no está mal... si se queda ahí", sintetiza un dirigente popular. “Ayuso va a lo suyo”, sentencian los que ponen el acento en que con esta “línea dura” se acaba escorando a Feijóo a una derecha que no le representa: “Prometió centralidad y pactos de Estado”. El problema es que para otros es “la derechita cobarde”.

Isabel Díaz Ayuso ha liderado la línea dura del partido en la ofensiva contra el Gobierno por no romper sus tratos con los de Otegi. Feijóo ha centrado también toda su estrategia de campaña en este asunto, hasta el punto de protagonizar esta misma semana su discurso más bronco hasta la fecha contra Sánchez en el Senado. Pero Ayuso volvió a intentar marcarle el camino y subió los decibelios con un alegato que ha causado malestar en las filas del partido. Aunque midiendo el discurso para no desautorizar públicamente a la madrileña, Cuca Gamarra insistió horas después en el Congreso en que el PP no promoverá la ilegalización de los radicales vascos. Borja Sémper, portavoz de campaña del partido, despachó el asunto con más contundencia: "Nosotros defendemos la legalidad y, por lo tanto, si defendemos la legalidad, aceptamos con naturalidad democrática que Bildu esté en las instituciones".

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Más allá de la disputa sobre la ilegalización de los abertzales, la dirigente también aseguró este jueves que, en su opinión, "ETA está viva". Que en Bildu no están "los herederos" de la banda terrorista. Sino que, directamente, "es ETA". "No vamos a permitir que este atropello quede sin su debida respuesta", reiteró horas después, durante un mitin en Arganda. Aunque veladamente, Feijóo desafió el criterio de Ayuso al atardecer, durante un mitin de campaña en Barcelona. "Vivimos 40 años sometidos a ETA. Sánchez no ha hecho nada contra el terrorismo, porque se lo encontró solucionado", aseveró el presidente de los populares, que situó la época del terror en España en el pasado.

El PP vivió este jueves una especie de déjà vu. El debate sobre la postura frente a Bildu pasó en menos de 24 horas de ser un azote contra Pedro Sánchez a evidenciar las diferencias entre Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso. “Otra vez estamos hablando de nosotros y no de los otros”, lamentaba un diputado al ser preguntado por el hecho de que la presidenta madrileña insista en la ilegalización de la formación de Arnaldo Otegi, en contra de la directriz marcada por Génova. En un corrillo con periodistas, el gallego había explicado que con la legislación en la mano no tenía sentido insistir en esa vía, que también ha rechazado la Fiscalía general del Estado. Poco después, la dirigente se opuso a ese criterio. "Deberíamos intentarlo", zanjó durante un desayuno informativo.

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