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La sombra de Ayuso se cierne de nuevo sobre Génova: "No ha cambiado"
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El 'VERSO LIBRE' DEL PP

La sombra de Ayuso se cierne de nuevo sobre Génova: "No ha cambiado"

Sol informó de que la presidenta madrileña envió un WhatsApp a Feijóo para pedirle que rompiese con Sánchez antes de que este tomase la decisión. Ayuso abona su faceta de contrapeso a la dirección nacional

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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Isabel Díaz Ayuso ejerció una influencia determinante en el fracaso del primer gran intento de pacto de Estado entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. O, al menos, ese fue el mensaje que se trató de colocar desde Madrid. En la mañana del jueves, cuando el acuerdo aún no había muerto, la presidenta de la Comunidad de Madrid envió un WhatsApp al jefe popular en el que le pedía abortar la negociación con Sánchez. Horas después, el acuerdo saltó por los aires. Fue Sol quien filtró el viernes que ese contacto se había producido. El mensaje que quedó fue que Ayuso abrió el camino. Y que Feijóo, tras escucharla, "hizo lo que tenía que hacer".

El líder del PP niega haber recibido presiones de ningún tipo, pero la maniobra de la mandataria madrileña no pasó desapercibida. Las reacciones en el partido fueron variopintas, desde la sorpresa hasta la desconfianza. Para algunas voces, y pese a que su guerra con la dirección nacional se dio por zanjada tras la salida de Casado, la estrategia de Sol demuestra que Ayuso nunca ha abandonado su faceta de contrapeso a Génova. En sectores otrora casadistas, la impresión es que la dirigente sigue tomando posiciones para "asaltar" la séptima planta cuando llegue el momento. "Ella no ha cambiado", comentan estas mismas voces, que aseguran ver el mismo patrón con Feijóo que el que la madrileña llevó con su predecesor.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (i), y la exlíder regional Cristina Cifuentes. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)

El político gallego llegó a la cúpula del partido gracias a un 'pacto de barones' que acabó con la carrera política de Pablo Casado. Feijóo prometió un partido descentralizado y total autonomía para sus territorios, pero nunca ocultó su predilección por Juanma Moreno, un líder con el que no solo comparte amistad, sino modelo político. La histórica victoria en las últimas elecciones autonómicas de Andalucía sirvió a Feijóo para presentarle como el presidente autonómico "con más autoridad" del partido. Esta circunstancia, unida al eje gallego-andaluz que predomina en el organigrama de Génova, originó una cierta sensación de aislamiento a Ayuso que, en privado, comenzaron a denunciar cargos de los populares madrileños.

La batalla por la sucesión es, a día de hoy, un escenario tan lejano como utópico. Pero a sus 61 años, Alberto Núñez Feijóo prometió durante su coronación en abril que no se aferraría al cargo si los españoles —y el partido— decidían en las urnas que no era su lugar. Y ganar sin gobernar no es una opción. El gallego sigue liderando las encuestas, pero las mismas que le hacían caminar sobre algodones hace unos meses hoy dibujan un panorama algo más sombrío. Nadie en el partido duda de que, de desearlo, la disputa estaría entre Moreno y Ayuso. Eso sí, el primero goza del favor de Feijóo y de un cómodo colchón en Génova que, además, ya ha comenzado a tejer su propia red territorial.

Foto: El comisario europeo responsable de Justicia, Didier Reynders. (EFE/F. Villar)

Pero Ayuso nunca dejó de trazar su propio camino. En Sol aseguran haber "ganado en salud" por la "fluidez" y la "sintonía" que comparten con Feijóo, y Génova refrenda que el diálogo con la madrileña se ha convertido en algo habitual. Pero eso no quita que la dirigente haya dejado de lado su habilidad para ganarse el título de verso libre del partido. Al margen de otros desencuentros discursivos, Ayuso puso voz y rostro a la corriente interna que rechazaba un pacto con Sánchez, ni siquiera para desbloquear el Poder Judicial. Su postura quedó cristalina la pasada semana durante el foro España a examen, organizado por El Confidencial.

La presidenta de la Comunidad de Madrid dejó clara su disconformidad sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo cuando el interlocutor que se tiene delante se llama Pedro Sánchez. Y advirtió de los riesgos que la operación tendría para Feijóo si caía en el engaño de la Moncloa. El presidente del Gobierno "miente por sistema y no es de fiar", dijo. La reforma del delito de sedición ya coleaba, y en el entorno de Ayuso dejaron claro que, si de ella dependiese, el PP no se hubiese sentado en la mesa de negociación.

"El PSOE estaba llevándonos a una trampa. Como siempre, ella lo ve antes", valora un cargo popular afín a la mandataria madrileña. Feijóo orilló las advertencias y, pese a criticar los planes del Gobierno con la reforma del Código Penal, mantuvo un perfil bajo sobre un asunto que ya estaban tratando en privado y "discretamente" con la Moncloa. La máxima que se marcaron PSOE y PP era aislar en la medida de lo posible todo el ruido externo que pudiese torpedear el acuerdo. Pero el debate de la sedición ya había estallado y Ayuso no siguió esa directriz. Durante un acto conjunto con Feijóo el pasado lunes, acusó a Sánchez de querer "trocear" España por otorgar a los "enemigos confesos" del Estado los "intereses del país". El líder popular no mencionó el tema.

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Cuando al acuerdo solo le quedaban unos flecos, Feijóo recibió un mensaje. Antes incluso de que María Jesús Montero se comprometiese explícitamente en el Congreso a llevar a la Cámara una iniciativa para reformar el Código Penal, Ayuso volvió a presionar al líder del PP y a aconsejarle que diese marcha atrás y no desvinculase la reforma del delito de sedición de la renovación del Consejo, aunque en Génova apuntan que esa opción en realidad nunca estuvo encima de la mesa. El jueves por la tarde, Feijóo telefoneó a Sánchez y, según la versión del PP, este le trasladó que la reforma de la sedición estaba encima de la mesa. Y rompió el acuerdo.

Ayuso hizo valer su influencia cuando su equipo informó de ese último contacto con Feijóo. Cuando trascendió el pasado viernes, la dirección se apresuró a señalar que el líder del PP mantuvo en las horas más tensas contactos con diferentes miembros de la formación, desde cargos de la dirección hasta dirigentes territoriales, entre ellos Juanma Moreno o Fernando López Miras, antes de tomar una decisión definitiva. A diferencia de la madrileña, que instó a Feijóo directamente a dar marcha atrás, el dirigente andaluz le aseguró que respaldaría su decisión fuese cual fuese. El líder del PP escuchó, pero negó influencia alguna de parte de Ayuso: "Asumo el 100% de esa responsabilidad".

Isabel Díaz Ayuso ejerció una influencia determinante en el fracaso del primer gran intento de pacto de Estado entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. O, al menos, ese fue el mensaje que se trató de colocar desde Madrid. En la mañana del jueves, cuando el acuerdo aún no había muerto, la presidenta de la Comunidad de Madrid envió un WhatsApp al jefe popular en el que le pedía abortar la negociación con Sánchez. Horas después, el acuerdo saltó por los aires. Fue Sol quien filtró el viernes que ese contacto se había producido. El mensaje que quedó fue que Ayuso abrió el camino. Y que Feijóo, tras escucharla, "hizo lo que tenía que hacer".

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