La apuesta ‘anguitista’ de Iglesias balcaniza Podemos Valencia y pone en guardia a Puig
El líder de Podemos respalda una lista encabezada por Pilar Lima y Héctor Illueca, ligado al Frente Cívico de Julio Anguita. Los socialistas temen un cambio de actitud crítica hacia su gestión
Podemos afronta un proceso de renovación de sus estructuras en la Comunidad Valenciana en el que, con sus matices territoriales, su líder Pablo Iglesias está tratando de replicar tanto la estrategia como el cambio de caras que se consolidó en el llamado Vistalegre II celebrado el pasado mes de febrero. Tercera pata parlamentaria necesaria para la estabilidad del ‘Govern’ de Ximo Puig y Mónica Oltra, la formación podemista encara un primer congreso tras las elecciones municipales y autonómicas de 2015 que debería ser el de su maduración orgánica en un entorno de competencia por el voto de izquierda y progresista, no solamente con los socialistas, sino también con Compromís.
La primera consecuencia de los movimientos orgánicos ha sido la balcanización de la organización valenciana, acelerada por el paso al lado que ha dado Antonio Montiel, hasta ahora secretario general. Afín a los postulados de Íñigo Errejón, Montiel ha renunciado a la carrera por renovar su puesto consciente de que su permanencia abocaba irremediablemente a una polarización interna, a un pulso con la nueva cúpula nacional, deseosa de ajustar cuentas con los cabecillas errejonistas. Su desistimiento parcial (su plan pasa por seguir ejerciendo de portavoz parlamentario en las Cortes Valencianas) ha evitado la concentración natural en dos únicas listas y ha propiciado una mayor atomización de las propuestas y candidaturas.
El Vistalegre valenciano se cierra el domingo 14 de mayo con al menos tres candidaturas. El 'pablismo' suma fuerzas con personas procedentes de IU
Los ‘pablistas’ se han nucleado en torno a una lista encabezada por la senadora Pilar Lima, una especialista en trabajo social que forma parte de la organización desde que echó a andar, miembro del primer Consejo Ciudadano de Podemos en Valencia y pionera por ser la primera parlamentaria en usar el lenguaje de los signos en el Senado, lo que ha contribuido a normalizar la participación en política de las personas sordas. Pero Lima no llega sola a la carrera orgánica. En su candidatura, con un peso específico notable, participa también Héctor Illueca, la nueva apuesta de Iglesias en la Comunidad Valenciana. Este inspector de Trabajo, profesor de la Universidad de Valencia y doctor en Derecho es uno de los integrantes de la mesa nacional de Frente Cívico, el movimiento de izquierda que Julio Anguita fundó en 2012.
Iglesias ha pasado de apoyarse en un profesor universitario del área de Políticas de la Universidad de Valencia y directivo de la Fundación CEPS, como Antonio Montiel, que ha mantenido posiciones más moderadas y pragmáticas en cuanto la estrategia política, a iniciar un romance con una persona procedente de Izquierda Unida ideológicamente más cercana a los postulados neocomunistas de Alberto Garzón o Rafa Mayoral y el nuevo círculo de confianza del líder podemista. Si a Montiel se le ha considerado siempre un socialdemócrata con ansias regeneradoras, Illueca entronca con la visión más cercana a la ortodoxia del PCE.
No es casual que apenas unos días después de que Montiel anunciase su intención de no optar a la releección como secretario general de Podem, Iglesias llevase como invitado a La Tuerka TV a Illueca, al que entrevistó durante más de 40 minutos en su programa Otra Vuelta de Tuerka. “Nuestro invitado de hoy ha entendido como pocos la dimensión de las transformaciones que se están produciendo en nuestro país y en particular en la Comunidad Valenciana”, arrancaba Iglesias en la presentación de su entrevista televisiva.
Pilar Lima e Illueca han sumado a su propuesta a personas como Rita Bosaho, diputada por Alicante y la primera parlamentaria de raza negra que ha logrado un escaño en el Congreso, o a Esther Sanz, otra persona que procede de Izquierda Unida y que, como Bosaho, formó parte de la candidatura de Iglesias al Consejo Estatal en Vistalegre II.
Esta lista, bautizada como Obrint Podem, competirá con la de los montielistas, encabezada por la abogada y parlamentaria autonómica Fabiola Meco y denominada Més Morat, Més Podem. Meco está acompañada de personas que respaldaron a Errejón en Vistalegre II, como la diputada en el Congreso por Valencia, Ángela Ballester. La candidatura trata de quitarse la etiqueta de errejonista para ampliar su búsqueda de apoyos y proclama un Podemos valenciano más feminista y autónomo de las estructuras estatales.
Un grupo de cuadros jóvenes liderados por Antonio Estañ ultima cerrar un acuerdo con la cuarta lista de los 'anticapis' para consolidar una tercera vía
Pero hasta este mismo martes se daba por hecho que concurrían también otras dos iniciativas que podrían acabar fusionadas. Aprofundir el Canvi y Marea Valenciana. El primero es un movimiento encabezado por el diputado en las Cortes Valencianas, Antonio Estañ, y representa a un grupo de jóvenes en busca de un espacio propio en la organización. En la lista figuran también otros parlamentarios autonómicos como Sandra Mínguez, la que fue secretaria de organización de Podem hasta que fue destituida por Montiel, o César Jiménez y los representantes de Valencia ciudad, María Oliver y Jaime Paulino. Este grupo negociaba a contrarreloj este martes una posible alianza con Marea Valenciana, la corriente encabezada por Daniel Geffner, cercano a los ‘anticapis’ de Miguel Urbán. Hoy miércoles finaliza el plazo de presentación de candidaturas. Las dos corrientes, que daban por seguro el acuerdo tras una última consulta a sus bases, son críticas con la dirección de Montiel pero tampoco son partidarias de una candidatura, como es la de Lima e Illueca, armada desde Madrid y que no emana de las bases del partido en la Comunidad Valenciana.
El devenir del Vistalegre valenciano, que tiene que concluir el próximo 21 de mayo, cuando se conocerán los resultados de las votaciones, es observado con inquietud desde la Generalitat de Puig y Oltra. En el lado de Compromís hay menos alerta sobre las consecuencias que podría tener un liderazgo distinto a Montiel en la estabilidad del Gobierno valenciano. “Que haya un nivel de exigencia no es malo. Puede incentivarnos”, señalan fuentes de la formación valencianista que destacan, no obstante, el entendimiento que ha habido hasta ahora con Podemos, pese a que no han faltado las diferencias. “Lo que hace fuerte al Botánico no es tanto la propia voluntad como los 20 años de gobiernos anteriores. Solo pensar en una desestabilización que de alas al Partido Popular la descarta de inicio”, insisten.
Los socialistas temen un giro crítico más a la izquierda de sus socios parlamentarios que los desestabilice en el tramo final de la legislatura
No hay que olvidar que Compromís y Podemos han llegado a concurrir juntos a los comicios de las generales, aunque esta confluencia está todavía por renegociar y no tendría por qué repetirse de cara a las autonómicas de 2019.
Menos tranquilidad reflejan las filas socialistas que temen un giro en sus socios parlamentarios hacia posiciones más izquierdistas y una actitud más crítica hacia la gestión de la Generalitat en el tramo final de la legislatura, lo que podría desgastar el bloque progresista frente a las formaciones de centro derecha, PP y Ciudadanos. Aunque el Gobierno está aparentemente blindado por los acuerdos firmados, las discrepancias podrían aflorar en los debates políticos, en materia legislativa y en algunas decisiones de gestión.
Nadie es capaz de vaticinar el resultado de la asamblea de los podemistas valencianos. La Secretaría de Organización de Pablo Echenique no ha hecho públicos los resultados territorializados del Vistalegre II, que sirven para arrojar una pista de cómo se reparten las fuerzas, al menos entre errejonistas y pablistas. En cualquier caso, podría darse la circunstancia de que el proceso interno termine siendo un gran fiasco si se produce una baja implicación de las bases en el proceso. De hecho, según ha publicado Valencia Plaza, todo podría acabar dependiendo de una decisión de la dirección estatal si no se rebasa la barrera del 20% de participación, como recogen los reglamentos internos. Esta circunstancia, no obstante, supondría un duro golpe para la imagen de la formación morada y señalaría el declive de este partido en la Comunidad Valenciana.
Podemos afronta un proceso de renovación de sus estructuras en la Comunidad Valenciana en el que, con sus matices territoriales, su líder Pablo Iglesias está tratando de replicar tanto la estrategia como el cambio de caras que se consolidó en el llamado Vistalegre II celebrado el pasado mes de febrero. Tercera pata parlamentaria necesaria para la estabilidad del ‘Govern’ de Ximo Puig y Mónica Oltra, la formación podemista encara un primer congreso tras las elecciones municipales y autonómicas de 2015 que debería ser el de su maduración orgánica en un entorno de competencia por el voto de izquierda y progresista, no solamente con los socialistas, sino también con Compromís.