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Felipe VI: "La división de poderes debe ser respetada a nivel institucional e individual"
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Entrega de despachos

Felipe VI: "La división de poderes debe ser respetada a nivel institucional e individual"

El monarca preside en Barcelona la entrega de despachos a la nueva promoción de jueces y magistrados. El independentismo pincha otra vez en su protesta

Foto: Felipe VI, junto al presidente del Consejo General del Poder Judicial, Rafael Mozo. (EFE/Toni Albir)
Felipe VI, junto al presidente del Consejo General del Poder Judicial, Rafael Mozo. (EFE/Toni Albir)

La importancia de una Justicia independiente y el respeto a la división de poderes fueron los dos pilares sobre los que Felipe VI articuló su discurso durante la entrega este martes en Barcelona de despachos a los nuevos jueces y magistrados. El acto tuvo lugar en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB) y contó con la presencia de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, la delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugènia Gay, el presidente en funciones del Consejo General del Poder Judicial, Rafael Mozo, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, el presidente del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán, el de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, y el presidente del Tribunal Superior de Cataluña, Jesús María Barrientos. No asistió al acto la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El Govern, en cambio, envió a la consejera de Justicia, Gemma Ubasart, que no recibió al monarca junto a las demás autoridades ni se hizo ninguna foto con él.

Felipe VI hizo un discurso institucional sin entrar en polémicas, aunque dio pistas y escondió reproches y advertencias para quienes intentan manejar políticamente a la Justicia. En un día tan señalado como el del fallo del Tribunal General de la UE (TGUE), que da la razón al juez Pablo Llarena frente al prófugo Carles Puigdemont, las palabras del discurso del Rey adquirieron una mayor relevancia, si cabe.

"Desde hoy, no lo olvidéis, sois jueces europeos y deberéis recordar siempre que vuestra independencia es imprescindible para asegurar la defensa de los valores de la Unión Europea: la dignidad humana, la libertad, la democracia, el Estado de derecho y el respeto por los derechos humanos", dijo a los nuevos jueces y magistrados. Su alocución versó sobre el paradigma de la independencia de la Justicia como un pilar fundamental de la democracia. "La Constitución propugna la justicia, junto a la libertad, la igualdad y el pluralismo político, como uno de los valores de nuestro ordenamiento jurídico", recordó.

El respeto institucional e individual

No se refirió al independentismo, ni a la unidad del Estado, ni a ninguno de los mantras que preconiza el soberanismo. No hizo falta, aunque hay omisiones que son más elocuentes que un discurso entero. Dejó caer un misil en la línea de flotación del fundamentalismo extremista del independentismo. No hizo falta que citara ni siquiera la nefasta Ley de Transitoriedad Jurídica (cuyo cometido era suplantar a la Constitución), aprobada por el Parlamento catalán de madrugada el 6 de septiembre de 2017, que eliminaba la separación de poderes y ponía a los jueces bajo el mandato directo del consejero de Justicia, es decir, del Govern. "La Justicia es la esencia del Estado de derecho, es el principio de la separación de poderes que consagra nuestra Constitución. Debe ser respetada tanto a nivel institucional como individual. La independencia de los jueces va mucho más allá de los factores externos y alcanza vuestras propias condiciones personales. Esa independencia, lejos de ser un privilegio de los jueces, es la mayor garantía de protección de los derechos de los ciudadanos". No olvidó también recordar que el poder judicial "es el mecanismo de defensa de los derechos individuales y colectivos constitucionalmente reconocidos y de control de los poderes públicos".

En definitiva, arengó a los nuevos togados con argumentos precisos: "A partir de ahora, contáis con la ley, cuya aplicación será la misión esencial que tenéis que cumplir. Ello reclama una defensa firme de la Constitución y de la ley, ofreciendo un marco de certeza, estabilidad y seguridad jurídica como garantía de una sociedad libre, que confía en un poder judicial integrado por hombres y mujeres independientes, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley. Desde hoy, formáis parte de una institución primordial del Estado".

Pidió que no perdiesen la ilusión del primer día, que preserven los valores y principios que sustentan nuestro ordenamiento jurídico y la Justicia y que "solo con el trabajo riguroso, transparente y responsable, guiado por el respeto a las normas, seguiremos avanzando. Esa es la fortaleza del Estado de derecho y la grandeza del servicio con el que os habéis comprometido. En ese empeño, tendréis el apoyo incondicional de la Corona".

Garantes de la libertad

Previamente, tomaron la palabra Jorge Jiménez, director de la Escuela Judicial, y Rafael Mozo. El primero celebró que la escuela cumple 25 años y pidió a los nuevos magistrados y jueces profesionalidad y humildad. "No habéis llegado a la meta, no os acomodéis, que no os embarguen el hastío u otros sentimientos. No perdáis de vista que la humildad y la sencillez os harán mucho más grandes, profesional y personalmente. Es muy sana la duda, dudad mucho. Y no desechéis las opiniones de los demás. Os servirán quizás incluso para dar solución a los problemas con que os encontréis. Decía Sócrates que la sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. No olvidéis el papel institucional que tenéis que desempeñar. Nunca olvidéis el componente de servicio a los demás de esta profesión, solo así lograremos un servicio público excelente y de calidad. No perdáis la capacidad de ilusionaros con las cosas".

placeholder El rey Felipe VI (i), tras entregar el despacho a Gonzalo Marco (d), número uno de la promoción. (EFE/Toni Albir)
El rey Felipe VI (i), tras entregar el despacho a Gonzalo Marco (d), número uno de la promoción. (EFE/Toni Albir)

El presidente en funciones del CGPJ, Rafael Mozo, hizo hincapié en la función crucial de la judicatura para la sociedad. "Habéis de realizar un servicio a la sociedad. Sois una pieza fundamental para garantizar la paz social y la seguridad jurídica. La función de la judicatura es permitir a los ciudadanos vivir en libertad. Nosotros procuramos la paz colectiva y aseguramos la convivencia", dijo Mozo.

Luego, agregó que "el juez debe ser independiente, imparcial y al servicio de los ciudadanos. Debéis interiorizar estos principios. De la calidad de la Justicia depende el futuro de un país". Hizo especial referencia a la violencia de género. "Mujeres y niños sufren violencia de género y, para ellos, una respuesta rápida y eficaz de la Justicia es esencial". Apostó por una especial atención a los protocolos de mediación y de conformidad para facilitar la resolución de los asuntos. "Ello requiere continua formación", alertó. Pero también advirtió de que los jueces deben "guardar respeto a todos cuantos intervienen en un proceso y tener un comportamiento ejemplar dentro y fuera de la sala de vistas. Han de tener un trato exquisito y respetuoso con justiciables y en todas las actuaciones judiciales. Os recuerdo el principio de la ética judicial de 2016: una vista oral puede ser muy complicada y la podemos hacer fácil o imposible. Un juicio se puede convertir en algo ingobernable".

El independentismo pincha

Mientras los juristas exponían los principios de uno de los poderes del Estado dentro del CCIB, en la calle, dos centenares de personas se manifestaban convocadas por plataformas independentistas y por la Asamblea Nacional Catalana (ANC). De nuevo, el independentismo pinchó ante el Rey. Desde que a finales de 2021, tras la pandemia, comenzaron a celebrarse actos públicos a los que asistió el monarca, el soberanismo no logró articular una respuesta mínimamente visible contra su presencia en tierras catalanas.

Las campañas en contra de la monarquía por parte de la ANC, de Òmnium Cultural, de plataformas extremistas e incluso de partidos políticos (especialmente por parte de la CUP y JxCAT) han sido continuas y masivas, pero los ciudadanos no parecen interesados en esta cuestión. Si en su primera reaparición pospandemia una llamada unitaria, con altos cargos del Govern incluido, llamando a la manifestación, se saldó con unos pocos centenares de manifestantes, este martes la ANC solo logró reunir unas 200 almas para protestar contra la presencia del Rey.

Foto: El expresidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo en una imagen de archivo. (EFE/Julien Warnand)

Los pocos manifestantes pitaron al Rey a su llegada al CCIB, con lemas y pancartas de "Independència", "Fuera el Borbón", "Cataluña no tiene rey", "Ni rey ni corona" o "Puigdemont, nuestro president". La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, había llamado a hacer un "recibimiento especial" al jefe del Estado. "Se les tiene que hacer un recibimiento como se merecen por tratarnos tan mal al pueblo de Cataluña y al independentismo en particular", arengó. Para el independentismo, el Rey es un símbolo a batir. "Venimos aquí a silbar, a decir que no queremos que vengan. No queremos esta Justicia, queremos nuestra propia Justicia, que defienda los derechos de los catalanes y el derecho a la autodeterminación".

De hecho, fue solo la ANC la que hizo un llamamiento oficial a manifestarse ante el CCIB. Dolors Feliu lo achacó a que la convocatoria se hizo en el último momento y por cuestiones de agenda solo pudo reaccionar la ANC, aunque, en otras ocasiones, las convocatorias se hicieron también con carácter urgente. El resultado fue, más o menos, similar: un rotundo fracaso, muestra de que las prioridades políticas de la ciudadanía van por derroteros muy distintos que los extremismos soberanistas. El independentismo, en esta ocasión, no pudo comerse las migas de pan que el monarca había ido dejando a través de su discurso.

La importancia de una Justicia independiente y el respeto a la división de poderes fueron los dos pilares sobre los que Felipe VI articuló su discurso durante la entrega este martes en Barcelona de despachos a los nuevos jueces y magistrados. El acto tuvo lugar en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB) y contó con la presencia de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, la delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugènia Gay, el presidente en funciones del Consejo General del Poder Judicial, Rafael Mozo, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, el presidente del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán, el de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, y el presidente del Tribunal Superior de Cataluña, Jesús María Barrientos. No asistió al acto la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El Govern, en cambio, envió a la consejera de Justicia, Gemma Ubasart, que no recibió al monarca junto a las demás autoridades ni se hizo ninguna foto con él.

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