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Correos internos de Tersa revelan mala praxis en la gestión de los residuos de Barcelona
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Correos internos de Tersa revelan mala praxis en la gestión de los residuos de Barcelona

La Fiscalía dispone de vídeos y documentos que demuestran la emisión de partículas contaminantes al aire. Cargos directivos ordenaron continuar con algunas prácticas a sabiendas de ser incorrectas

Foto: Instalaciones de Tersa en Barcelona. (Tersa)
Instalaciones de Tersa en Barcelona. (Tersa)

Correos electrónicos internos de Tractament i Selecció de Residus SA (Tersa), la empresa pública de gestión de residuos investigada por contaminar el aire de Barcelona, apuntan a una mala praxis continuada que permitió la emisión de dioxinas, furanos y otras partículas. Estos documentos, así como varios vídeos, están en poder del titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Badalona, que instruye la causa por presuntas irregularidades en la gestión. De hecho, según los estudios científicos aportados al proceso, realizados por doctores de la Universitat Rovira i Virgili, los vecinos en la zona "serían entre tres y cuatro veces más propensos a desarrollar cáncer a lo largo de su vida que los residentes de ciudades como Girona, Mataró y Tarragona, donde también hay incineradoras operando desde hace varios años".

Los correos fueron filtrados, al parecer, por trabajadores de la planta de incineración y han llegado a la Fiscalía de Barcelona junto con detalladas actuaciones sobre la gestión de la compañía. En uno de ellos, por ejemplo, se dan instrucciones sobre un problema interno. "El problema serio es que ahora mismo tenemos los motores en marcha y al mismo tiempo estamos arrancando el H3 [horno 3] también con quemadores. En estas condiciones, entramos en unas penalizaciones de consumo excesivo de gas que no nos podemos permitir, es por eso que a partir de que recibas este correo intentes tirar adelante el arranque del H3 solo con basura", decía uno de los directores de la planta a un mando intermedio. Y alertaba: "Espero que a lo largo de la noche se pueda resincronizar con la red, espero que desde 'dispatching' hagan lo posible para normalizar las condiciones de la tensión".

Foto: Vista de la ciudad de Barcelona. (EFE/Alejandro García)

El problema en cuestión es que al poner en marcha un horno de esas características la temperatura no es la óptima y está muy por debajo de los 850 grados, como mínimo, que se necesitan para realizar el cometido de la planta. Según los expertos, arrancar solo con residuos (y sin quemadores, para ahorrar gas) "es una infracción ambiental grave", ya que "la emisión de dioxinas al aire es mucho mayor si se trabaja por debajo de la temperatura mínima legal".

Desde la plataforma Airenet, personada en la causa, señalan a El Confidencial que los propios trabajadores declararon a esta asociación que los quemadores, que se deberían encender automáticamente cuando la temperatura bajase de los 850 grados, no estaban casi nunca en modo automático, sino en modo manual. Esa fue una de las deficiencias detectadas también en las inspecciones de la Generalitat.

Inspecciones controladas

En otro correo se dan instrucciones sobre cómo preparar las instalaciones para afrontar una inspección que se celebraría unos días más tarde. "Pido a (…) que revise los datos que Greenpeace ha publicado en su informe sobre nuestra planta. La semana que viene habrá tres días de mediciones y más concretamente: día 21, metales pesados; días 22 y 23, dioxinas. Acordamos tomar las siguientes medidas con el fin de asegurar las mejores condiciones para la descomposición de las dioxinas: carbón activo al 50% en las tres líneas desde el día 20 por la tarde hasta la noche del día 23, cuando finalicen las mediciones…". Explicaba luego todo un listado de medidas concretas a realizar para pasar con éxito la inspección de la Generalitat.

Estos escritos avalan las denuncias de manipulación que tanto los vecinos como la asociación Airenet (que engloba a 19 asociaciones y entidades cívicas) han hecho. Cuando había inspecciones, se prestaba especial atención a los métodos utilizados por la compañía para las incineraciones, pero luego se relajaban las medidas, hasta el punto de que se quemaban las basuras a temperaturas que en ocasiones no llegan a los 850 grados centígrados, lo que provoca la emisión de dioxinas y furanos en cantidades peligrosas para la salud de la población. Airenet había trasladado a la Fiscalía que se manipulaban las condiciones de funcionamiento "en días previos a los controles de las ECA, subiendo los filtros o las temperaturas". En el correo aludido, por ejemplo, se ordena (además de subir al doble el filtro de carbón activo) que durante la inspección la temperatura de cremación no baje de 950 grados centígrados.

Foto: Los vecinos sufren las consecuencias de un problema medioambiental que no atajan sus responsables. (Enmienda, limpia tu mierda)

El Ministerio Público dispone también de un vídeo en el que se muestra un camión descargando residuos y cómo existen fugas supuestamente contaminantes. Asimismo, dispone de fotos que muestran las mangas de descarga agujereadas que permiten que se esparzan sustancias a la atmósfera. Según la documentación que acompaña estos documentos gráficos, "se realizan descargas no herméticas, con esparcimiento de cenizas volátiles con metales pesados, dioxinas y furanos durante la descarga".

En el sumario, además, constan fotos de pantallas instaladas en Tersa en las que queda constancia de que se queman residuos con temperaturas menores a 850 grados centígrados. También se filtraron, por parte de trabajadores, gráficas internas con las curvas de temperaturas.

Correos electrónicos internos de Tractament i Selecció de Residus SA (Tersa), la empresa pública de gestión de residuos investigada por contaminar el aire de Barcelona, apuntan a una mala praxis continuada que permitió la emisión de dioxinas, furanos y otras partículas. Estos documentos, así como varios vídeos, están en poder del titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Badalona, que instruye la causa por presuntas irregularidades en la gestión. De hecho, según los estudios científicos aportados al proceso, realizados por doctores de la Universitat Rovira i Virgili, los vecinos en la zona "serían entre tres y cuatro veces más propensos a desarrollar cáncer a lo largo de su vida que los residentes de ciudades como Girona, Mataró y Tarragona, donde también hay incineradoras operando desde hace varios años".

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