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El independentismo afronta el 14-F con la mayor atomización de su historia reciente
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NUEVE LISTAS DIFERENTES RECLAMAN LA SECESIÓN

El independentismo afronta el 14-F con la mayor atomización de su historia reciente

Todos los líderes soberanistas se han quejado de la falta de unidad de este movimiento. Pero ninguno ha hecho nada para remediarlo, al revés

Foto: Fotografía tomada en una concentración independentista. (EFE)
Fotografía tomada en una concentración independentista. (EFE)

Las elecciones del 14-F se presentan en el espectro independentista como los comicios de mayor atomización de su historia. Todos los líderes soberanistas se han quejado, en un momento u otro, de la falta de unidad de este movimiento. Pero ninguno ha hecho nada para remediarlo: al revés, las próximas elecciones certifican la mayor división interna de los últimos años del independentismo catalán.

Así, en esta ocasión, el independentismo se presenta con un total de nueve listas que reclaman la secesión: JxCAT, ERC, CUP, PDeCAT, PNC, UPO, Primàries, Vía Única y Coalició de Represaliades. Esta situación contrasta con las elecciones que ha habido en la última década, en las que las opciones eran menos, especialmente en 2015, cuando el soberanismo centró su fuerza en la coalición Junts pel Sí, que llegó a reunir bajo unas mismas siglas a CiU y a ERC. De hecho, sin embargo, tres son las opciones mayoritarias que tienen asegurados escaños en la Cámara legislativa: JxCAT, ERC y la CUP.

Foto: El vicepresidente del Govern, Pere Aragonès (d), y el ministro de Sanidad, Salvador Illa (i). (EFE)

JxCAT es la candidatura que más fuerzas ha logrado atraer: en ella, confluirán pequeños grupos como Solidaritat Catalana per la Independència (SI), Demòcrates de Catalunya (DC), Reagrupament (RCat), Independentistes d’Esquerres, Moviment d’Esquerres (MES), Els Verds-Alternativa Verda o Acció per la República. Para una fuente de JxCAT, esto convierte el partido de Puigdemont en “la candidatura más plural y más transversal del independentismo”.

En realidad, su máximo líder, el fugado Carles Puigdemont, quiso reunir en torno a sus siglas un amplio abanico de sensibilidades para transmitir esa idea de transversalidad. No hay que olvidar que el secretario general de JxCAT, el encarcelado Jordi Sànchez, proviene de las filas del comunista PSUC y fue, durante años, el director de la Fundació Jaume Bofill, la entidad de cabecera de ICV. Su candidata a la presidencia en estas elecciones, Laura Borràs, es casi una recién llegada a la política, aunque su entrada en ella se produjo cuando gobernaba Convergència Democràtica, en tiempos de la presidencia de Artur Mas. Y el tercero, Joan Canadell, es el resultado de la apuesta del independentismo más exacerbado por controlar todos los resortes de la sociedad: tras crear el Cercle Català de Negocis (CCN), que pretendía ser la patronal de referencia del soberanismo, Canadell logró la presidencia de la Cámara de Comercio de Barcelona, una victoria que ahora está en entredicho por las sospechas de fraude electoral.

Foto: La 'consellera' de Salud, Alba Vergés. (EFE)

JxCAT, la de más adhesiones

Objetivamente, JxCAT es la lista que más adhesiones diferentes ha cosechado. Pero otra cosa es el peso específico que tienen las siglas que se le arriman, ya que muchas de las formaciones que se suman a la candidatura de Puigdemont y Borràs apenas tienen incidencia política y pueden suponer, en su conjunto, apenas unos miles de votos. No obstante, cumplen su función de transmitir una cierta transversalidad o pluralidad.

JxCAT se disputará la supremacía con su eterno rival, ERC. La guerra entre ambas formaciones lleva fraguándose desde hace meses. Un dardo envenenado fue el lanzado por Laura Borràs a Pere Aragonès, máximo jefe de la Generalitat y candidato republicano el 14-F: con motivo de la 'rave' de Llinars del Vallès, donde participaron cientos de personas en una fiesta ilegal a comienzos de año, la candidata de JxCAT no tuvo empacho en asegurar que “la gente que cumple las normas se merece ver una actitud firme contra esta fiesta. Si pedimos responsabilidad a la población, la Administración también ha de ser responsable a la hora de gestionar situaciones como esta”. Era un misil en toda regla a la línea de flotación de la actuación del Govern (en el que ya no están ella ni su mentor, Quim Torra) por la tardanza en desalojar a los asistentes. Es solo una ‘perla’ que deja traslucir el mal ambiente entre independentistas.

Foto: La candidata a la presidencia de la Generalitat, Laura Borràs. (EFE)

En esta ocasión, ERC acude sola a los comicios. Dos de las formaciones con las que se había presentado el 21 de diciembre de 2017 la han abandonado ahora por las filas de JxCAT. Se trata de Demòcrates de Catalunya, que comanda el ex demócrata cristiano Antoni Castellà, y MES. Un grupo de afiliados de MES, no obstante, se ha desmarcado de esa coalición al entender que una fuerza de izquierdas no puede concurrir con la “derecha tradicional catalana” que representa JxCAT, pidiendo al mismo tiempo el voto para Esquerra. La CUP, por su parte, acudirá, como en otras ocasiones, en coalición con Guanyem Catalunya y Pirates.

El PDeCAT, que lidera David Bonvehí, pero que presenta a la exconsejera de Empresa Àngels Chacón como candidata y a Joana Ortega como segunda (ya fue vicepresidenta de la Generalitat con Artur Mas, e inhabilitada por el pseudo referéndum del 9 de noviembre de 2014), acaba de ganar una importante batalla a JxCAT: los tribunales le han dado los derechos electorales a esta formación en lugar de a la neonata de Carles Puigdemont, por lo que será el PDeCAT quien puede asistir a los debates gratuitos en los medios públicos. Es una decisión que ya se esperaba y que los de Puigdemont se temían. Pero lo cierto es que el fugado dispone de todo el inmenso aparato propagandístico de la Generalitat, que está en manos de sus acólitos y que jugará a su favor y en contra del PDeCAT.

Foto: El 'expresident' Artur Mas conversa con su exvicepresidenta Joana Ortega. (EFE)

Guerra sucia

La lucha entre JxCAT y el PDeCAT es sucia. Tanto, que los de Puigdemont vetaron la presencia de sus hasta hace poco ‘hermanos de coalición’ en la mesa de partidos convocada por la Generalitat. La portavoz del Govern, Meritxell Budó, argumentó la ausencia del PDeCAT señalando que lo que se había convocado era una “mesa de grupos parlamentarios”. El portavoz del PDeCAT, Marc Castells, la calificó de “mentirosa”. Y argumentan los posconvergentes, por esa regla de tres, que JxCAT no podría estar en esa mesa, ya que el grupo parlamentario de JxCAT era una coalición entre PDeCAT y la extinta CDC.

JxCAT es un partido de reciente creación. En su periplo (algunas encuestas le vaticinan que puede obtener entre cero y seis escaños), el PDeCAT logró, en el último instante, el apoyo de Convergents, un partido desgajado de esa formación y liderado por el exconsejero de Justicia Germà Gordó. Otra cosa es el Partit Nacionalista Català (PNC), que lidera Marta Pascal, quien no logró pacto alguno para concurrir a estos comicios. Ningún sondeo le da representación parlamentaria, pero desde las filas del PNC apuntan a que este no es un proyecto para la inmediatez, sino que deberá ir madurando para convertirse en una fuerza decisiva en un plazo de ocho o 10 años.

Foto: El ministro de Sanidad, Salvador Illa. (EFE)
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También preparan su candidatura fuerzas como el Front Nacional de Catalunya (FNC), que integra a este partido y a Renaixença Nacional Catalana, con el empresario Albert Pont de cabeza de lista. En realidad, Pont es cabeza visible de la plataforma Via Única, que se integra en la candidatura del FNC. Pont es el presidente del Cercle Català de Negocis (CCN), entidad que creó, precisamente, Joan Canadell. En una carta dirigida a los afiliados del CCN, Pont señala que con su candidatura quiere reafirmar su "compromiso vital con la liberación nacional de Cataluña, especialmente en estos momentos tan difíciles para el soberanismo".

En realidad, el CCN ya había apostado por “la unilateralidad y la movilización social no violenta como única vía para hacer posible la independencia de Cataluña”. Una nota de Renaixença Nacional destaca que “es la hora de sumar esfuerzos y ofrecer al pueblo de Cataluña una alternativa valiente, patriótica y al servicio de la nación dentro de un espacio serio que ofrece la única vía posible para ejecutar el mandato del Primero de Octubre”.

Un andaluz en Cataluña

Otra de las candidaturas es la de Unitat Primer d’Octubre (UPO), que encabeza el mediático y radical Santiago Espot. Esta candidatura engloba a Força Catalunya (FC) y al Bloc Sobiranista Català (BSC), y cuenta con el apoyo de la desconcertante plataforma Somos Andaluces y del Partido Nacionalista Andaluz (PNA), cuya cabeza visible, Pedro Altamirano (líder de la Asamblea Nacional Andaluza, la ANC de Andalucía), apoyó públicamente a Espot como candidato e irá en un lugar simbólico de la lista de este. UPO es la candidatura formada a partir de una propuesta de grupos radicales que en diciembre convocó dos cumbres independentistas para intentar una lista unitaria separatista.

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Un comunicado de esta candidatura destaca que nació de la voluntad de varios exdirigentes de la ANC que decidieron proponer una lista conjunta (que luego casi todos los partidos rechazaron). El 3 de diciembre, hubo la primera cumbre de formaciones —algunas de marcado carácter racista, xenófobo y ultraderechista—, lo que levantó una gran polvareda política. Días más tarde, a una segunda cumbre soólo asistieron apenas media docena de representantes de pequeñas formaciones. De ese intento de lista unitaria nació UPO.

“Unos cuantos partidos de base independentista han hecho prevalecer su generosidad para poder sumar y dejar de lado individualidades y posibles diferencias y hacer posible aquello que pedían y piden muchos catalanes en cada manifestación: unidad para la independencia y defensa del resultado del referéndum del 1-O”, señala esta candidatura. Recuerdan que FC y el BSC apoyaron hacer años a Solidaritat Catalana per la Independència (SI), partido formado por el exnotario de CDC Alfons López Tena y por el exdiputado de ERC Uriel Bertran. SI, que también recibió el apoyo de la Democràcia Catalana (DC) de Joan Laporta, llegó a tener cuatro diputados durante una legislatura, pero no renovó resultados y para el 14-F se ha integrado en las listas de JxCAT.

Primàries Catalunya, la candidatura creada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) para penetrar en el tejido municipal, es otra de las candidaturas que se presentan, liderada por Laura Omella. Y otra plataforma de reciente creación, Coalició de Represaliades, agrupa a varias pequeñas plataformas alrededor de Roger Español, el activista que perdió un ojo el día del referéndum. Español fue presentado por JxCAT como aspirante a senador, pero no logró plaza por la circunscripción de Barcelona.

Las elecciones del 14-F se presentan en el espectro independentista como los comicios de mayor atomización de su historia. Todos los líderes soberanistas se han quejado, en un momento u otro, de la falta de unidad de este movimiento. Pero ninguno ha hecho nada para remediarlo: al revés, las próximas elecciones certifican la mayor división interna de los últimos años del independentismo catalán.

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