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La última bala judicial para Jamal: secuestrado en Marbella hace tres años
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CRIMEN ORGANIZADO

La última bala judicial para Jamal: secuestrado en Marbella hace tres años

La defensa de los hermanos del empresario holandés, al que los investigadores dan por muerto, intenta salvar la causa después de que un fallo judicial anulase las principales pruebas contra los seis detenidos por la Policía Nacional

Foto: Jamal B., el empresario holandés que fue secuestrado hace tres años en Marbella. (EC)
Jamal B., el empresario holandés que fue secuestrado hace tres años en Marbella. (EC)

El abogado de los hermanos de Jamal B., el empresario holandés secuestrado en Marbella hace tres años, ha presentado un recurso de apelación contra el sobreseimiento de la causa que se decretó tras un fallo judicial que daba al traste con la investigación de la Policía Nacional y exoneraba a cinco de los seis detenidos. Es la última posibilidad para tratar de determinar responsabilidades penales por la desaparición, y probable asesinato, de una víctima que fue raptada en plena calle por un grupo de falsos policías.

En el recurso previo de reforma, al que ha tenido acceso este periódico, el letrado Javier Muriel hacía referencia al auto emitido el pasado 10 de abril por el Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella, en el que acordaba el "archivo y sobreseimiento" de las actuaciones contra Z.H., A.T.Y., N.B., C.M.Y. y N.B.Z. Decisión que implicaba la eliminación de "cuantas medidas cautelares se hubiesen acordado con respecto a los mismos" y que se sustanció con la declaración de nulidad de todas las prórrogas de investigación solicitadas a partir del 19 de enero de 2022. El motivo de esta medida fue que en esa fecha la Fiscalía y el instructor olvidaron pedir la continuación de las pesquisas, por lo que todas las diligencias posteriores quedaron inutilizadas.

La parte invalidada, entre otras cuestiones, afectaba a "los fundamentos de participación de cada uno de los presuntamente involucrados en el secuestro" o "el histórico de las geolocalizaciones" de la baliza que se puso en el coche de la víctima. Pruebas e indicios clave para sustentar la presunta participación de los arrestados en los hechos.

El abogado manifiesta en su recurso que no pudo presentar alegaciones porque no le fue trasladado el escrito de la defensa de Z.H. que ha tumbado el proceso. Además, entiende que "no cabe acordar la nulidad y el sobreseimiento acordados" porque este documento se presentó "fuera de plazo, por cuanto ha excedido en mucho los tiempos legalmente establecidos".

En el caso de que el recurso sea desestimado, el letrado considera que la Fiscalía tiene base para impulsar un nuevo procedimiento

Muriel recurre a la jurisprudencia del Tribunal Supremo para afirmar que, "en contra de lo errónea y comúnmente afirmado, todo lo actuado una vez finalizado el plazo [de la prórroga de investigación] no es nulo, y tampoco pierde toda su fuerza probatoria". Y en su último recurso destaca que “la prohibición de incorporar diligencias de investigación una vez agotado el plazo de instrucción no conlleva que la información de las pruebas intempestivas no pueda ser aportada a juicio, bien mediante la proposición de pruebas en los escritos de calificación, bien mediante su proposición en el acto del juicio”.

“Los presuntos delitos imputados, y la mayor parte de los indicios extraídos del curso de la investigación, son antecedentes a la expiración del plazo de instrucción ordinaria”, incide el letrado, que censura que por la causa hayan pasado “hasta cinco jueces instructores (siendo titulares solamente la primera y el actual) y tres fiscales”.

Por todos estos motivos, el letrado solicite que se estime su recurso contra el archivo de la causa y “se acuerde la continuación de la causa contra todos los investigados, debiéndose dirimir en el momento procesal oportuno la validez, o no, de las diligencias practicadas”.

Las indagaciones prosiguen —parcialmente— contra el sexto investigado: N.M. No obstante, solo podrán utilizarse en su contra las diligencias acordadas antes de que erróneamente no se solicitase la prórroga de la instrucción.

Como en una película

El rapto se produjo en la noche del 22 de agosto de 2020, cuando un grupo de falsos policías se llevó a punta de pistola a Jamal tras interceptar el coche en el que viajaba junto a su esposa. En presencia de diversos testigos, le golpearon y lo introdujeron en un turismo que desapareció del lugar a toda velocidad.

Desde entonces, "ni una llamada, ni una petición de rescate, ni una prueba de vida", han señalado fuentes próximas a la familia, donde las esperanzas de que el empresario fuese encontrado con vida se fueron disipando conforme pasó el tiempo.

La investigación, encabezada por la Sección de Crimen Organizado de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Costa del Sol, y en la que también han colaborado efectivos del Grupo de Crimen Organizado de la comisaría marbellí y del Grupo II de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) Costa del Sol, sostiene que el desaparecido es una persona relacionada con operaciones de narcotráfico y vincula su secuestro a estas actividades.

Foto: Comisaría de Policía Nacional en Marbella (Málaga). (CNP)

Su entorno, por su parte, lo niega tajantemente y manifiesta que "nunca ha sido detenido, en ningún sitio del mundo", y defiende que es un empresario con intereses en el sector de la construcción y en la venta de relojes de lujo. El 15 de agosto de 2020, sin ir más lejos, denunció el robo de uno valorado en 400.000 euros, que le arrebataron de la muñeca cuando repostaba en una gasolinera.

Los agentes han investigado varias pistas que parecían solventes. Una de ellas condujo hasta una finca de Coín en la que residía un matrimonio británico de avanzada edad. Los datos señalaban que allí había sido enterrado el cuerpo de Jamal, pero tras un registro exhaustivo, no se encontró nada. Otra línea situó el paradero del cuerpo en una casa de Estepona.

Escuchas de otro caso

No obstante, según precisaron distintas fuentes policiales y judiciales, lo que desatascó el caso fueron unas escuchas adjuntadas a un proceso que se instruía en un juzgado de Torremolinos. Estas conversaciones —captadas antes y después del secuestro— apuntaban a dos personas que parecían querer secuestrar a un individuo cuya descripción encaja con la del empresario holandés.

Del informe, al que tuvo acceso este periódico, se desprendía que realizaban una vigilancia en Puerto Banús a un individuo "poseedor de vehículos de alta gama como Bentley, Rolls-Royce y Mercedes G de color negro".

El caso se reactivó a raíz de unas escuchas telefónicas de una investigación por narcotráfico que se instruía en Torremolinos

Los sospechosos comentaban que su víctima tenía un hermano muy parecido, aunque se diferenciaban por el corte de pelo y el espesor de la barba, por eso recalcaban que solía llevar un exclusivo reloj Richard Mille. Hay que apuntar que Jamal B. tiene un gemelo que aquellos días también estaba en la localidad marbellí y que solía utilizar sus coches.

También relataron un encontronazo que tres años antes tuvo uno de ellos con alguien que sería el ahora secuestrado, y en el que un segundo participante dijo que iba a "triturarlo". En los días posteriores al rapto, los sospechosos hablan de la presencia de un grupo de "asesinos" franceses "a los que todos temen" y que "habrá matado a al menos diez personas".

Las pesquisas posteriores condujeron hacia otras dos personas —investigadas en la causa que se instruye en los juzgados de Torremolinos, y a la que pertenece el documento— con antecedentes en el país galo por secuestro, homicidio y atracos. "Casualmente", en las proximidades de la vivienda que ocupaban, una persona murió de un disparo en la cara que le descerrajaron dos individuos que entraron escalando la fachada del inmueble. Ocurrió el 28 de agosto en Marbella y el fallecido era un joven francomarroquí.

El abogado de los hermanos de Jamal B., el empresario holandés secuestrado en Marbella hace tres años, ha presentado un recurso de apelación contra el sobreseimiento de la causa que se decretó tras un fallo judicial que daba al traste con la investigación de la Policía Nacional y exoneraba a cinco de los seis detenidos. Es la última posibilidad para tratar de determinar responsabilidades penales por la desaparición, y probable asesinato, de una víctima que fue raptada en plena calle por un grupo de falsos policías.

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