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El detenido por el crimen de Torremolinos habría emparedado a una expareja, desaparecida desde 2014
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El detenido por el crimen de Torremolinos habría emparedado a una expareja, desaparecida desde 2014

Los agentes han entrado en la vivienda, taladrado distintos puntos del piso y han introducido cámaras para comprobar si hay restos humanos ocultos entre las paredes del domicilio

Foto: La joven ítalo-albanesa, desaparecida en 2014, trabajaba en la hostelería en Torremolinos -al igual que Paula-. (EFE/Jorge Zapata)
La joven ítalo-albanesa, desaparecida en 2014, trabajaba en la hostelería en Torremolinos -al igual que Paula-. (EFE/Jorge Zapata)

El hombre de nacionalidad italiana detenido el pasado miércoles, 17 de mayo, por la Policía Nacional, por matar supuestamente a puñaladas a Paula, de 28 años, en el piso que compartían en La Carihuela, en la calle de San Ginés (Torremolinos), ha hecho una confesión espontánea que es, ahora, una pieza clave en la investigación. A parecer, el individuo habría emparedado a su expareja, que desapareció en esta misma localidad malagueña en 2014 tras romper la relación con él.

La joven se llamaba Sibora Gagani y era de nacionalidad albanesa. Se mudó con su novio a Torremolinos en 2011 y desapareció el 7 de julio de 2014, fecha desde la que su familia, que reside en Italia, no sabe de su paradero. Al resultar infructuosa la búsqueda de la joven hace nueve años, la Policía llegó a pedir en 2015 la colaboración ciudadana para su localización, y la asociación SOS Desaparecidos difundió su imagen para tratar de localizar a Sibora, que tendría ahora 31 años y que aún permanece desaparecida.

Foto: Bar América donde trabajaba la mujer asesinada en Torremolinos. (EFE/Jorge Zapata)

La confesión de Marco G. R. (45 años) surgió de forma casual en la comisaría de Torremolinos. El italiano acababa de negarse a declarar ante los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que lo investigaban por matar a puñaladas a Paula. Al salir de su despacho, rumbo a los calabozos, pasó junto a un tablón que exhibía la foto de Sibora Gagani, y según indica SUR, Marco manifestó verbalmente a los policías que el cadáver de Sibora estaba oculto entre las paredes del piso en el que convivieron en Torremolinos. Incluso se ofreció a llevar a los investigadores al lugar exacto donde había escondido su cuerpo.

La última persona con la que tuvo contacto

Así, a primera hora de la tarde de este lunes, 22 de mayo, una veintena de agentes, acompañados por la comisión judicial, entraron en la vivienda en busca del cuerpo de Sibora o de alguna pista que aclare su paradero. Los investigadores utilizaron detectores y también taladraron distintos puntos del piso e introdujeron cámaras para comprobar si había restos humanos ocultos entre las paredes. Finalmente, no hallaron ninguna pista sobre la mujer.

Precisamente, Marco fue la última persona con la que ella tuvo contacto antes de desaparecer sin dejar rastro. El 7 de julio mantuvieron una conversación por WhatsApp y nunca más se volvió a saber de ella. Sibora, que se encontraba en España con un documento italiano falsificado, rompió con su expareja y se trasladó a un pequeño apartamento en la calle Hoyo, en Torremolinos.

Foto: Imagen de la madre, Iryna, y la niña, Emily, desaparecidas. (Twitter/@sosdesaparecido)

El crimen machista de Paula, madre de tres hijos -el más pequeño, fruto de su relación con Marco-, ha sido el hilo conector con la desaparición de Sibora, al descubrir que también fue pareja del presunto asesino. La joven ítalo-albanesa, trabajaba en la hostelería en Torremolinos -al igual que Paula-. Empezó su relación con Marco en Nettuno (Roma, Italia) en 2009 y en 2010 se mudaron a la Costa del Sol en busca de trabajo. El supuesto asesino cuenta con antecedentes por violencia de género, aunque ni Sibora ni Paula interpusieron jamás una denuncia contra él.

El hombre de nacionalidad italiana detenido el pasado miércoles, 17 de mayo, por la Policía Nacional, por matar supuestamente a puñaladas a Paula, de 28 años, en el piso que compartían en La Carihuela, en la calle de San Ginés (Torremolinos), ha hecho una confesión espontánea que es, ahora, una pieza clave en la investigación. A parecer, el individuo habría emparedado a su expareja, que desapareció en esta misma localidad malagueña en 2014 tras romper la relación con él.

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