Es noticia
Málaga impulsa al litoral y rompe el eje histórico entre oriente y occidente en Andalucía
  1. España
  2. Andalucía
LA BRECHA ENTRE LA COSTA Y EL INTERIOR

Málaga impulsa al litoral y rompe el eje histórico entre oriente y occidente en Andalucía

La pugna entre Sevilla y Granada que inauguró la autonomía se diluye 40 años después del 28-F. En el mapa electoral, sí quedan reminiscencias: el PSOE es más fuerte en la vertiente atlántica (más Jaén) y el PP, en la costa mediterránea

Foto: Vista de la ciudad de Málaga. (EFE/Jorge Zapata)
Vista de la ciudad de Málaga. (EFE/Jorge Zapata)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Lo primero que hizo el Parlamento de Andalucía en su primera sesión ordinaria fue discutir sobre la capitalidad de la comunidad que acababa de estrenar su autogobierno. Sevilla sería la sede de la Cámara y el Consejo de Gobierno, mientras que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) se establecería en Granada. Esa dicotomía "trasnochada", en palabras del economista Joaquín Aurioles, se ha ido diluyendo, sustituida por un nuevo eje que divide Andalucía entre un interior que se apaga —salvo en las grandes ciudades— y el litoral pujante, con Málaga como punta de lanza de ese crecimiento. Y este viraje tiene consecuencias económicas, políticas y demoscópicas después de cuatro décadas de autonomía en la comunidad más poblada de España.

"El peso político y el económico no pueden ir demasiado tiempo muy separados y Granada tiene ese problema", explica Aurioles, profesor de Análisis Económico en la Universidad de Málaga, que admite que la capital de la Costa del Sol tuvo "una carencia importante de peso político" que se ha solucionado de un tiempo a esta parte. El "extraordinario dinamismo" del litoral andaluz, que ha provocado "un trasvase de recursos humanos y laborales" desde el interior, tiene en la ciudad malagueña su principal exponente, aunque no todo son luces, según los expertos.

Foto: El astillero de Navantia en San Fernando, Cádiz. (EFE/Navantia Cádiz)

Aurioles admite que hay un "riesgo de burbuja" en el crecimiento del sector tecnológico de Málaga si se queda "encerrado" y no se proyecta en todos los ámbitos de la ciudad y en el resto de la comunidad. Otro economista, Manuel Hidalgo, se muestra precavido y cree que la burbuja es, de momento, "mediática". "El sector más grande sigue siendo el turismo, que tiene un peso muy por encima de la media andaluza, que es del 12%", detalla el profesor de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, que admite que si todas las ciudades de Andalucía "hicieran lo mismo que Málaga, sería bueno". "Pero no ha habido una transformación económica intensa a corto plazo", matiza Hidalgo, que muestra preocupación por el problema inmobiliario en una ciudad que no tiene espacio físico para crecer en lo urbanístico.

"Málaga ya era un centro de primer orden", responde el politólogo Ángel Cazorla cuando se le pregunta por la posible relación que tiene que la élite del Gobierno andaluz sea ahora malagueña y el auge de la capital de la Costa del Sol. El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada señala directamente a Francisco de la Torre como responsable del crecimiento malagueño. "Hay que ser justos y entender el valor y esfuerzo de este hombre", insiste Cazorla, que cree que Málaga ha sustituido a Granada como el "epicentro cultural" que fue en los ochenta, en parte, por la "apuesta inexistente" de las élites de la capital nazarí por mantener esa pujanza.

placeholder Izado de la bandera de Andalucía en el Parlamento regional el pasado 28-F. (EFE)
Izado de la bandera de Andalucía en el Parlamento regional el pasado 28-F. (EFE)

Hace 40 años, en los albores del proceso autonómico, hubo voces (no muchas) que abogaron por una separación de Andalucía en dos regiones. El geógrafo Jesús Ventura, de la Universidad de Sevilla, recuerda cómo en la fallida Constitución republicana de 1873 el actual territorio se dividía en la Baja Andalucía (Huelva, Sevilla, Cádiz y Córdoba) y la Alta Andalucía (Jaén, Málaga, Granada y Almería). "Hay más cosas que nos unen que las que nos separan, aunque un granadino y un gaditano tienen poco que ver en su forma de abordar la cotidianeidad", defiende este experto en geografía regional, y cita factores como el origen geológico o el hecho de que la cuenca del Guadalquivir ocupe el 85% de la superficie andaluza.

"Estrabón ya habló de la Turdetania [lo que hoy es Andalucía] como un país de ciudades en las proximidades de los ríos y en las zonas costeras, y coincide bastante con lo que es hoy", apunta Ventura, que también ve razones históricas en la separación entre el oriente y el occidente que está diluido, pero no desaparecido. El geógrafo recuerda que en la conquista castellana del siglo XIII nacieron los reinos de Jaén, Córdoba y Sevilla detrás de las campañas de Fernando III. Estos territorios hacían frontera con el reino de Granada, que ocupaba el territorio de las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería. Ocho siglos después, la primera zona es donde el PSOE tiene habitualmente mejores números, mientras que en la segunda están los principales bastiones del PP. Al menos hasta las elecciones autonómicas del pasado junio, que fueron "el final de un ciclo político de 40 años", en palabras del analista de El Confidencial Ignacio Varela.

Foto: Pedro Sánchez con el alcalde de Sevilla y candidato, Antonio Muñoz, en un mitin de enero. (EFE/José Manuel Vidal)
TE PUEDE INTERESAR
Andalucía es la plaza estratégica del 28-M y tiene mucho que decir sobre las generales
Ignacio Varela Unidad de Datos EC Diseño

Esos bastiones socialistas, señala el politólogo Ángel Cazorla, también comparten una estructura histórica de la tierra y un mayor peso de los movimientos obreros. "A esto hay que añadir el sentimiento de construcción centralista en torno al área occidental que llevó a cabo el PSOE andaluz", abunda el experto granadino, que también ha generado agravios en el resto de la comunidad. Por contra, en la zona oriental se ha producido un desarrollo económico —Almería es la provincia con el PIB per cápita más alto de la comunidad— que ha provocado un cambio en el patrón de voto por la evolución de la clase media. Esto ocurre en todo el litoral, pero tiene mayor relevancia en esas provincias orientales.

Herencia del referéndum del 28-F

Estas diferencias se dejaron ver también en el referéndum del proceso autonómico celebrado el 28 de febrero de 1980. Las condiciones leoninas impuestas por el Gobierno de Adolfo Suárez no se superaron ni en Jaén ni en Almería, aunque es cierto que el caso jiennense se salvó en los tribunales después de varios recuentos. Hay que tener en cuenta que los censos de aquel referéndum fueron defectuosos y que para que Andalucía accediese a la autonomía plena por la vía rápida, el sí debía superar el 50% de los votos en las ocho provincias, pero no sobre el total de los sufragios emitidos, sino sobre todo el censo. Almería no lo logró y por eso se produjo un bloqueo que acabó solucionado por un acuerdo político entre UCD y el PA de Rojas Marcos.

placeholder Turistas en el mirador de san Nicolas, frente a la Alhambra de Granada. (EFE)
Turistas en el mirador de san Nicolas, frente a la Alhambra de Granada. (EFE)

"Almería, en estos momentos, se parece mucho más a Murcia desde el punto de vista electoral que al resto de provincias andaluzas", señala Ignacio Varela. "Está demasiado encerrada en sí misma", matiza Joaquín Aurioles, que cree que Andalucía no tiene "la presencia que debería tener" en su provincia más oriental. Y eso que hay dos consejeros procedentes de esa provincia en el actual Gobierno y ha aportado dos presidentas del Parlamento andaluz, la socialista Fuensanta Coves (nacida en Elche) y Marta Bosquet, de Ciudadanos. "Es consecuencia de la deficiente integración geográfica por los retrasos en la vertebración", añade el economista de la Universidad de Málaga.

La provincia más oriental de Andalucía es, junto con Huelva, Cádiz y Jaén, una de las cuatro que Ángel Cazorla considera periféricas. El politólogo hace esta afirmación porque detecta otros ejes, como el que forman Sevilla y Málaga desde el punto de vista político. O el sanitario, que une la capital con Granada pasando por Córdoba. "Almería es el elemento que más ha explicitado ese sentimiento periférico", pero este experto de la UGR asegura que aunque "el centro" se ha expandido con el auge de Málaga, la periferia "sigue existiendo", en parte por los problemas de la vertebración territorial. Como ejemplo, recuerda el tiempo que ha tardado Granada en tener alta velocidad ferroviaria. Joaquín Aurioles coincide con el politólogo e incluye Jaén en esa exclusión de los grandes ejes que conectan el territorio: la A-92 que une Huelva con Almería y la A-4 que baja desde Madrid y obvia el oriente jiennense.

Lo primero que hizo el Parlamento de Andalucía en su primera sesión ordinaria fue discutir sobre la capitalidad de la comunidad que acababa de estrenar su autogobierno. Sevilla sería la sede de la Cámara y el Consejo de Gobierno, mientras que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) se establecería en Granada. Esa dicotomía "trasnochada", en palabras del economista Joaquín Aurioles, se ha ido diluyendo, sustituida por un nuevo eje que divide Andalucía entre un interior que se apaga —salvo en las grandes ciudades— y el litoral pujante, con Málaga como punta de lanza de ese crecimiento. Y este viraje tiene consecuencias económicas, políticas y demoscópicas después de cuatro décadas de autonomía en la comunidad más poblada de España.

Málaga
El redactor recomienda