Robos, secuestros y espectaculares fugas: la vida sin freno del Lana

Los investigadores sabían que el talón de Aquiles de Javi el Lana podía ser su hijo. Las informaciones que llevaban tiempo recabando describían el amor que sentía por ese pequeño de siete años e intuían que no dejaría pasar una fecha tan especial como Nochevieja para ir a visitarlo. Era una sospecha, un pálpito con posibilidades de diluirse conforme las campanadas marcasen la entrada de 2023, pero "no había nada que perder". Los agentes se desplegaron en las inmediaciones y establecieron un discreto dispositivo en torno a la casa de la expareja del fugitivo.

El tiempo pasaba y la noche se abría paso cuando observaron la silueta de un individuo que enfilaba la entrada de ese chalé de la localidad sevillana del Aljarafe que llevaban rato vigilando. Ocultaba su rostro con una capucha y las dudas surgieron. ¿Sería su objetivo? ¿Ese chaval tan escurridizo que permanecía fugado desde 2018? Solo tenían una posibilidad para averiguarlo. Si intervenían y no era el Lana, durante una temporada tendrían que olvidarse de volver a ponerle los grilletes.

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Pablo D. Almoguera. Málaga

Las obsesivas medidas de seguridad que adoptaba cuando salía al exterior eran reveladoras, pero no suficientes para convertirlas en certezas. La ventana de oportunidad se abrió cuando el joven salió a la calle para lanzar a fuegos artificiales con el niño. Fue en ese momento, entre el resplandor y el ruido de los cohetes, cuando los efectivos de la Guardia Civil pudieron confirmar una "identificación positiva". Los agentes de paisano del Grupo de Acción Rápida (GAR) se abalanzaron sobre Javi. "Intentó zafarse", pero lograron reducirlo antes de que pudiese tirar de la pistola que ocultaba. Su larga fuga llegaba a su fin.

Pocos dudaban de que Javier M.V. hubiese empleado cualquier tipo de recurso para escapar. Entre los investigadores que por fin han podido darle caza se encuentran algunos de los que mejor le conocen. Gente que no desprecia sus capacidades, que las ha sufrido durante años y que ha visto cómo ampliaba labraba su camino criminal para hacerse un nombre. Desde que empezó a ingresar en centros de menores por los delitos que cometía junto a su hermano, hasta convertirse en un peligroso delincuente que, a pesar de sus 32 años, ha liderado redes del narcotráfico, capitaneado vuelcos a otros traficantes y cometido secuestros.

A 'El Lana' se le relaciona con 'El Messi del hachís' y un peligroso ultra del Real Betis

Es un tipo "muy inteligente y meticuloso", señalan las fuentes consultadas, que destacan ese punto salvaje e inconsciente necesario para convertirse en un capo de la droga. "Le gusta el riesgo, la adrenalina", por eso "va a tope" cuando supuestamente realiza un desembarco de droga. Por esa forma de desenvolverse en la vida "no dudaba en ponerse a los mandos de una goma", y en una ocasión presuntamente se vio envuelto en un episodio trágico: "Una persona falleció al sufrir un accidente durante una persecución en el mar".

Las fuentes consultadas lo relacionan con Abdellah El Haj, conocido como el Messi del hachís, uno de los narcos más importantes del Estrecho de Gibraltar, actualmente fugado y al que Europol incluyó recientemente en su lista de más buscados. Pero también ha sido vinculado con M.H.P., un mediático ultra del Real Betis Balompié, "un individuo de extrema derecha", muy violento, que se ha visto envuelto en agresiones e incidentes con arma de fuego.

El Lana, mote que dio nombre a la operación —Cardador— que ha posibilitado su captura, está presuntamente relacionado con robos de alijos a otros traficantes y ha sido investigado por su supuesta implicación en el secuestro de un menor ocurrido en Sanlúcar. "Para hacerse una idea de la clase de delincuente de la que hablamos, solo hay que decir que, esposado, se escapó de un edificio de Aduanas en Cádiz saltando desde una segunda".

Natural del municipio sevillano Umbrete, el Guadalquivir era su territorio. Hizo de "todo el río" la vía a través de la que introducir grandes cantidades de hachís en embarcaciones neumáticas. Por eso, su nombre ha estado ligado a algunas de las operaciones más importantes realizadas en Sevilla. Cansino, Llorón o Afluente son solo algunas de ellas. En las dos primeras, desarrolladas en 2018 y 2019, se aprehendieron más de diez toneladas de la citada sustancia estupefaciente y dos kilogramos de cocaína. También se intervinieron diez embarcaciones neumáticas tipo go fast, numerosas armas de fuego —fusiles de guerra Kaláshnikov, pistolas y revólveres—, así como gran cantidad de vehículos sustraídos, entre otros efectos.

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Su círculo cercano lo componían su hermano, encarcelado tras ser detenido por supuestas acciones de narcotráfico, y su lugarteniente, un tipo que hace un año y medio fue arrestado durante la celebración de una comunión en la localidad de La Algaba y que protagonizó unas espectaculares imágenes de un intento de fuga entre naranjos.

Fugado de la justicia desde el 2018, las distintas unidades de investigación llevaban años recopilando información sobre el posible paradero de Javi el Lana. Esta tarea de inteligencia revelo que, utilizando documentación falsa y sistemas encriptados de comunicación, estuvo cambiando de forma recurrente su residencia y viviendo en diferentes ciudades de España para evitar ser detenido.

Este escurridizo delincuente, además de acumular "numerosos antecedentes por narcotráfico", tenía vigentes tres requisitorias en vigor de búsqueda, detención y personación por juzgados de Coria del Río, Sevilla y Cádiz. Deberá ir respondiendo por cada una de las causas que tiene abiertas, pero de momento, el Lana ha ingresado en prisión por orden del juzgado número 8 de la capital hispalense.

La operación Cardador fue dirigida por el Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico (Crain), y contó con el apoyo de guardias civiles de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Sevilla, de la Unidad de Policía Judicial de la Zona de Andalucía y del GAR.