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Lucía Garrido: un nuevo giro de tuerca judicial para conocer la verdad tras su crimen
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14 AÑOS DE INVESTIGACIÓN

Lucía Garrido: un nuevo giro de tuerca judicial para conocer la verdad tras su crimen

El Tribunal Supremo confirma la repetición del juicio en el que fueron absueltos la expareja de la víctima, investigado como instigador del crimen, y el presunto autor material de su muerte

Foto: El exmarido de Lucía Garrido, feliz tras conocer su absolución, volverá a ser juzgado. (EFE/Álvaro Cabrera)
El exmarido de Lucía Garrido, feliz tras conocer su absolución, volverá a ser juzgado. (EFE/Álvaro Cabrera)

Cuando en septiembre de 2019 trascendía el veredicto que absolvía a los cuatro acusados del crimen de Lucía Garrido, la decepción inundó a sus familiares y buena parte de los agentes que habían trabajado para desentrañar un caso con numerosas aristas. Un supuesto entramado de corrupción en la Guardia Civil, con presuntas ramificaciones con el narcotráfico y una finca del municipio malagueño de Alhaurín de la Torre, donde residía la víctima, que fue escenario de más de una muerte violenta.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) resolvía cinco meses después los recursos de las acusaciones y ordenaba repetir el juicio contra dos de los procesados: el exmarido de Lucía, Manuel A. H., considerado instigador del asesinato; y Á. V. G., la persona que supuestamente esperó a que la fallecida llegara a casa para acabar con su vida.

El alto tribunal andaluz justificó su fallo argumentando que se había producido un grave defecto de forma en dos cuestiones del objeto del veredicto del jurado. Pero la defensa de la expareja reclamó aduciendo que el recurso del abogado de la familia Garrido carecía de firma electrónica. El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado en las últimas horas la repetición del juicio al considerar que no se violaron principios fundamentales y que se trató de un mero defecto formal. Manuel A. H. y Á. V. G. tendrán que volver a sentarse en el banquillo. Los agentes de la Guardia Civil A. P. L. y J. A. B. V., también considerados autores intelectuales, han sido definitivamente absueltos. Otra cosa serán las indagaciones realizadas por Asuntos Internos en torno un presunto entramado corrupto dentro de este cuerpo de seguridad.

Foto: Imagen de la casa en cuya piscina fue hallado el cuerpo de Lucía Garrido. (EFE)

El alto tribunal realiza un repaso de los aspectos más interesantes de un caso por cerrar, con tantos claroscuros que hasta ha inspirado una serie documental. En cinco puntos realiza un rápido resumen de las relaciones y describe cómo presuntamente se consumó la muerte violenta:

1- “Manuel y Lucía fueron pareja sentimental desde antes de 2006 conviviendo ambos, junto con su hija S., en la finca Los Naranjos de Alhaurín de la Torre, donde mantenían un negocio de venta de animales de compañía y exóticos. La relación de pareja se rompió ese año, y comoquiera que la separación no fue amigable, se inició un procedimiento en los juzgados civiles, en el cual el uso de la vivienda fue atribuido por el juez a Lucía y a la hija de ambos”.

2- “Entre las 13:00 y las 14:30, del 30 de abril de 2008”, Lucía llegó a su casa, “donde fue sorprendida por persona o personas cuya identidad no ha sido determinada”. Se produjo un forcejeo en el que la víctima fue golpeada en la cabeza con un ladrillo, “con tal fuerza que se rompió en cuatro trozos”. “Después la apuñaló en el cuello para asegurar su muerte atravesándole la yugular externa, debajo de la oreja izquierda, eliminando cualquier posibilidad de reacción y defensa”. El cuerpo de la víctima, que se descubrió a las 18:30 de ese mismo día, fue seguidamente arrojado a la piscina. La mujer falleció por asfixia.

El ADN hallado en una llave condujo, ocho años después, hasta el presunto autor del crimen

3- Cuando fue lanzada a la pileta, Lucía “llevaba colgado su bolso”, que “fue sacado del agua por el autor”. Este vació sus pertenencias “al lado de una tinaja que había en la puerta de entrada”. Tras una primera inspección ocular, se encontraron, además de efectos personales de la víctima y de uso habitual y ordinario, una cartera abierta de color rosa que estaba tras la tinaja y que contenía dos fotos en su interior. A su lado, “una llave levemente mojada con la inscripción JMA que pertenecía a la puerta de entrada peatonal de la finca”. No fue encontrado el móvil, “del que ésta nunca se separaba”.

4- En una segunda inspección ocular, y tras vaciarse la piscina, “en el fondo del fango acumulado”, se localizaron dos llaveros. Uno “con forma de placa de matrícula que tenía las llaves de un coche Renault”; y otro con dos llaves de la puerta de la casa y de la puerta peatonal que eran de Lucía Garrido.

5- El equipo del Laboratorio Criminalístico que acudió en la tarde del día 30 de abril de 2008 a la vivienda “obtuvo dos hisopos de la llave que se encontró tirada detrás de la tinaja” que proporcionaban material genético. “Se remitieron al laboratorio en el año 2008 para ser analizados” y “el 25 de mayo de 2009 se emitió análisis de ADN”. Este no arrojó ninguna coincidencia.

placeholder Vivienda donde se produjo el crimen.
Vivienda donde se produjo el crimen.

Las indagaciones del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, a quien la titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Málaga otorgó la investigación en segunda instancia, y tras apartar al Instituto Armado, constataron que, el día en el que se perpetró el crimen, Manuel A. H. se encontraba en el zoo de Castellar de la Frontera (Cádiz) junto a su entonces pareja, una chica del Este de Europa. Los investigadores plasmaron en un informe cómo el comportamiento del principal sospechoso llamó su atención al dar la sensación de que estaba construyendo una coartada. Situándose en el tiro de las cámaras de seguridad, guardando tiques de compras... Tenían tan clara su implicación en los hechos que en 2013 fue imputado.

El caso de Lucía pareció entrar en un letargo hasta que, en enero de 2016, casi ocho años después de producirse el crimen, la Guardia Civil detenía al presunto autor: Á. V. G., a quien supuestamente delató el ADN. La investigación apuntó a un asesinato por encargo. Posteriormente, caerían dos guardias civiles a los que se acusaba de haber puesto en contacto al exmarido con el presunto homicida.

Foto: Finca de Alhaurín de la Torre (Málaga) donde apareció el cadáver de Lucía Garrido. (EFE)

Los cuatro fueron juzgados por el asesinato de la mujer, aunque un jurado popular los declaró no culpables al no dar fiabilidad a la declaración grabada del testigo protegido y por las dudas sobre el ADN hallado en una llave y la cadena de custodia.

El TSJA, después de que las acusaciones recurrieran, acordó repetir el juicio contra el presunto autor material y la expareja de Lucía al detectar un defecto grave de forma, ya que, en dos puntos del objeto del veredicto, los miembros del jurado no alcanzaron las mayorías legales para declararlo probados o no probados. La doctrina “inequívoca” del TS indica que, cuando se trata de hechos desfavorables, se precisan siete votos para declararlos probados y cinco para declararlos no probados. En este caso, se necesitaba que, el hecho desfavorable número 14, consistente en la ejecución material de la muerte de la víctima, seis jurados lo consideraron probado y tres, no probado. Y el hecho desfavorable número siete, respecto a la entrega de unas llaves, obtuvo cinco votos a favor de declararlo probado y cuatro votos en contra.

Foto: Finca de Alhaurín de la Torre (Málaga) donde apareció el cadáver de Lucía Garrido (EFE).

Estos puntos estaban relacionados directamente con esos dos acusados, por lo que se ordenó repetir el juicio respecto a ellos. En el caso de los otros dos procesados, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía sostuvo que la apreciación de no culpabilidad “no tiene tacha ni adolece de incongruencias” y la nulidad del veredicto no les afectaba.

El Tribunal Supremo ha confirmado ahora esta resolución y Manuel A. H. y Á. V. G. tendrán que volver a afrontar un nuevo juicio que vuelve a generar esperanzas en la familia de Lucía Garrido. 14 años después aún esperan justicia.

Cuando en septiembre de 2019 trascendía el veredicto que absolvía a los cuatro acusados del crimen de Lucía Garrido, la decepción inundó a sus familiares y buena parte de los agentes que habían trabajado para desentrañar un caso con numerosas aristas. Un supuesto entramado de corrupción en la Guardia Civil, con presuntas ramificaciones con el narcotráfico y una finca del municipio malagueño de Alhaurín de la Torre, donde residía la víctima, que fue escenario de más de una muerte violenta.

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