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Podemos trata de seducir al votante andalucista tras la salida de Teresa Rodríguez
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Reproches en la izquierda

Podemos trata de seducir al votante andalucista tras la salida de Teresa Rodríguez

La formación morada intensifica las propuestas con un poso identitario, en lo que se percibe como un intento de reubicarse ante el denominado ‘andalucismo de la tercera ola’

Foto: La líder andaluza de Anticapitalistas, Teresa Rodríguez. (EFE)
La líder andaluza de Anticapitalistas, Teresa Rodríguez. (EFE)

Los partidos de la izquierda andaluza se adentran en una guerra silenciosa para seducir a ese votante con un marcado sentimiento regionalista, orgulloso de sus raíces, con formación académica, defensor de su patrimonio cultural y que se siente identificado con lo que se ha dado en llamar ‘el andalucismo de la tercera ola’. Un elector del que tradicionalmente ha intentado apropiarse el PSOE, que el PP trata de encandilar en los grandes núcleos de población, pero que quien realmente parece capitalizar es una Teresa Rodríguez que utiliza este asunto para atacar a sus antiguos compañeros de Unidas Podemos. La formación morada, por su parte, niega un cambio de estrategia y esgrime el peso histórico en la región de unas siglas como las de Izquierda Unida, mientras en las últimas fechas se percibe un incremento de las propuestas en clave andalucista.

La salida de UP de la dirigente gaditana, que relanzará en semanas su proyecto político de Adelante Andalucía, un partido nacido en la comunidad y sin anclaje en Madrid, parece haber obligado a su antiguo partido, eclipsado en sus confluencias autonómicas por la figura centralista de Pablo Iglesias, a impulsar iniciativas con un marcado poso andalucista.

En esta secuencia, llama la atención la presentada por la diputada María Márquez en el Congreso y que pivota sobre el acento, el deje, el habla. Esta es una de las cuestiones que más sensibilidades despiertan en la sociedad andaluza, por la asimilación que se ha hecho con el analfabetismo, la vagancia y el gracioso de tasca. Lo retrató magistralmente la chirigota Los Yesterday con un pasodoble en el que se aludía al personaje de la Juani en la serie ‘Médico de familia’, y recientemente ha sido el cómico Manu Sánchez quien se ha mostrado combativo con esta causa protagonizando discursos que se han hecho virales. "Cuando quieren hacernos sentir culpables por usar la 'z', por el seseo, por acortar las palabras, por abrir las vocales en Córdoba o Granada, quieren que nos avergoncemos de nuestro origen y de nuestros abuelos”, manifestó el también presentador en una entrevista.

Foto: La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, junto a Irene Montero. (EFE)

La proposición no de ley (PNL) presentada en la Comisión de Cultura y Deporte de la Cámara Baja exige una defensa de la “diversidad lingüística” del país frente a los "prejuicios", "estereotipos" y "burlas" que pueden derivar en la "estigmatización" de quien se expresa con el acento característicos de su lugar de origen. "Las lenguas han sido consideradas siempre como expresión de la identidad cultural de los pueblos, los acentos son el reflejo de nuestras historias, nuestras raíces y vínculos territoriales", recoge el texto, en el que se recurre al término 'glotofobia', acuñado por el sociolingüista Philippe Blanchet, para describir la discriminación que pueden llegar a sufrir los que emplean estas modalidades lingüísticas.

placeholder Sede de Canal Sur Radio y Televisión.
Sede de Canal Sur Radio y Televisión.

Márquez, en declaraciones a El Confidencial, sostiene que “hay una serie de tópicos ligados a nuestra forma de hablar que son siempre negativos, aunque nos digan que lo hacemos de una forma muy graciosa”, porque todo eso “perjudica la percepción que se tiene de ti”, ya que, por ejemplo, “en un ambiente profesional, se te puede considerar poco serio, poco riguroso”.

Las presentadoras de Canal Sur

“Desarrollamos un sentimiento de inferioridad y tendemos a adaptar nuestra forma de expresarnos al estándar para evitar una estigmatización. Eso genera sufrimiento”, agrega, para poner como ejemplo cómo “las presentadoras de Canal Sur modulan su habla”.

La iniciativa, no obstante, generó división entre los grupúsculos con planteamientos más extremistas sobre este asunto, según se desprende de los mensajes que acumula la diputada en sus redes sociales, donde le recriminan un punto de partida tibio. “Ya solo con calificar lo que se habla en Andalucía de acento, vais mal”, comentó un internauta, argumento que era secundado por otro que le espetaba que “no necesitamos vuestras limosnas, ni vuestra guía”. Un tercero hacía una lectura en clave partidista y criticaba: “Joe, qué casualidad que cuando es andaluz siempre se usa acento; si fuera otro territorio, ese error no se daría. Mucha casualidad en un partido centralista, demasiada, creo yo”.

Reproches en la izquierda

Aunque la diputada aclara que su propuesta abarca las distintas formas de expresión lingüistica y hablas que tienen el país y la propia comunidad, y reitera que no pretende ser ninguna bandera del andalucismo, el último internauta podría personificar la lucha soterrada que parece haberse instalado en la izquierda en torno al verdadero sentimiento andalucista de cada sigla. “El andalucismo no ha nacido hoy, lleva muchas décadas. Somos una formación en la que siempre ha estado muy presente, pero nosotros no vamos a utilizar la bandera para temas electorales”, manifestaron fuentes de Unidas Podemos en un claro reproche a las acusaciones de partido externo, ajeno, vertidas por Teresa Rodríguez, a quien Antonio Maíllo, el que fuera coordinador de IU, acusó en un artículo de pretender “construir un partido nacionalista al estilo de las CUP catalanas” y “controlado por Anticapitalistas”.

“Izquierda Unida se llama Izquierda Unida Convocatoria por Andalucía; y Podemos se llama Podemos Andalucía. Nosotros fuimos los creadores y fundadores de Adelante Andalucía, y sigue siendo así. Otra cosa es que una parte minoritaria haya legalizado un partido instrumental engañando al resto”, insistieron, en lo que se atisba un intento por despojarse de esa imagen de partido teledirigido desde Madrid por una figura presidencialista como la de Pablo Iglesias.

Ese centralismo de la formación morada fue germen de la posterior ruptura, porque Rodríguez llevaba ya años reclamando una fuerza soberanista andaluza confederada con la ejecutiva nacional y nunca se le concedió.

Foto: La ministra Yolanda Díaz en el Senado. (EFE) Opinión

Es cierto que IU es una formación con arraigo en la comunidad, con una gran implantación municipal, pero hay quien opina que su imagen se ha difuminado dentro de la confluencia. Y Unidas Podemos Andalucía debe exhibir un posicionamiento más autónomo, no solo para pelear con Teresa Rodríguez por ese voto andalucista a la izquierda del PSOE, sino también para plantar cara a Más País Andalucía. Porque la fórmula de Íñigo Errejón, exitosa en las pasadas elecciones de Madrid, dista mucho de la que utilizó Podemos para su fundación. Conocedor de los problemas en los territorios, optó por un modelo de partido confederal, en que cada territorio toma sus propias decisiones y prioriza su agenda, dentro del modelo de partido verde y de izquierdas diseñado desde arriba. La coordinadora andaluza, Esperanza Gómez, también exdiputada de Podemos en Andalucía, acaba de ser nombrada coportavoz federal, en una maniobra política para dar más relevancia a la voz andaluza en el seno del partido.

Las fuentes consultadas, no obstante, negaron un cambio de estrategia para virar el partido —que dejó atrás la denominación de Adelante Andalucía para pasar a denominarse Unidas Podemos Andalucía— hacia un posicionamiento que transmita una mayor identificación con el territorio. “Somos una fuerza que intenta ser útil”, declararon para justificar el aumento de la actividad.

El hecho de que se planteen estas iniciativas parlamentarias “tiene que ver con los problemas de los andaluces”

María Márquez, en este contexto, defendió que “existe una reivindicación cada vez más fuerte de la diversidad. Igual que decimos que somos un partido plurinacional, reivindicamos la voz de nuestra tierra. A mí quien me ha elegido es la gente de Sevilla y, por tanto, lo que debo hacer es llevar los intereses de mi tierra al Congreso”.

El hecho de que se planteen estas iniciativas parlamentarias “tiene que ver con los problemas de los andaluces”. “A nadie le debería extrañar y no tiene por qué responder a ningún cambio de estrategia, pues es lo que ha venido haciéndose”, reiteraron las distintas fuentes consultadas, a pesar de que en el plazo de poco más de una semana tramitaron tres con un fuerte halo andalucista.

placeholder El centro de Málga. (EFE)
El centro de Málga. (EFE)

La moción presentada por el grupo municipal en el Ayuntamiento de Málaga solicitando la creación de una ruta cultural en torno a la figura del cantaor y cómico Chiquito de la Calzada ha sido otra de ellas. Y ha tenido un gran éxito, por su repercusión mediática y por lograr el apoyo de todos los ediles de la corporación.

Y Málaga también fue la provincia elegida para que el diputado autonómico Guzmán Ahumada anunciara una iniciativa en el Parlamento regional para reclamar “una estrategia global andaluza en favor del ferrocarril, que es el medio de transporte más social y sostenible”, y lograr “la instalación en Bobadilla del nuevo Centro de Competencias Digitales para las infraestructuras ferroviarias gestionado por ADIF”.

Un movimiento social, académico y cultural

¿Pero existe realmente un sentimiento nacionalista andaluz? La desaparición del Partido Andalucista y la irrelevancia de formaciones como Nación Andaluza, que en las elecciones autonómicas de 2018 rondó los 5.000 votos, confirmarían que no, pero hay quien percibe en la ciudadanía un movimiento social, académico y cultural reivindicativo.

Lo explicaba este periódico en un artículo en que se detallaba cómo Teresa Rodríguez, de la mano de la senadora Pilar González y la directora de cine Pilar Távora, referentes de Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista, respectivamente, intenta aglutinar este sentimiento soberanista.

González, que dibuja en la figura del desaparecido catedrático de Filosofía José Luis Serrano el auténtico vertebrador de este movimiento político, advierte de que no son independentistas y que en su germen está la “convivencia” con el resto del Estado y sus administraciones.

"Hemos dejado de ser una pandilla de estrafalarios para convertirnos en un grupo de gente muy diversa y cada vez más joven"

Tras la figura de Blas Infante y los dirigentes que cobraron peso desde la Transición hasta finales de los noventa, la comunidad asiste a lo que el historiador Javier García ha definido como “el andalucismo de la tercera ola”. Un movimiento que “se ha reinventado, una voz que se está reconstruyendo”, y que “vuelve a las universidades”. “Hemos dejado de ser una pandilla de estrafalarios para convertirnos en un grupo de gente muy diversa y cada vez más joven”, señaló la citada senadora, quien parecía marcar distancias con propuestas más efectistas como las marchas y saqueos del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) de Diego Cañamero y Juan Manuel Sánchez Gordillo, en las que se ondeaba la ‘estelada’ andaluza.

Este nuevo soberanismo, más moderno y que no se circunscribe a pequeñas poblaciones, no es indiferente para partidos con una mayor tradición de Estado. En los últimos tiempos, resulta curioso escuchar a un líder del PP como Juanma Moreno desplegando un discurso marcadamente regionalista. No le va a la zaga Susana Díaz, quien pregona su andalucismo como arma y escudo en la lucha que tiene contra el aparato del partido y frente a un Juan Espadas que parece menos emotivo y permeable a este tipo de propuestas.

Foto: La secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz. (EFE)

La tendencia resulta evidente y, por momentos, los representantes de los distintos partidos podrían emular la icónica imagen de los soldados norteamericanos alzando la bandera en Iwo Jima. El tiempo dirá quién se queda finalmente con ella, pero por lo pronto las redes sociales son el escenario donde se marcan y reafirman posturas. En las últimas horas, Teresa Rodríguez y Toni Valero, actual coordinador de IU en Andalucía, aprovechaban sus perfiles para burlarse de la diputada del PP en la Asamblea de Madrid Almudena Negro por decir que “el flamenco nace en Madrid”.

Los partidos de la izquierda andaluza se adentran en una guerra silenciosa para seducir a ese votante con un marcado sentimiento regionalista, orgulloso de sus raíces, con formación académica, defensor de su patrimonio cultural y que se siente identificado con lo que se ha dado en llamar ‘el andalucismo de la tercera ola’. Un elector del que tradicionalmente ha intentado apropiarse el PSOE, que el PP trata de encandilar en los grandes núcleos de población, pero que quien realmente parece capitalizar es una Teresa Rodríguez que utiliza este asunto para atacar a sus antiguos compañeros de Unidas Podemos. La formación morada, por su parte, niega un cambio de estrategia y esgrime el peso histórico en la región de unas siglas como las de Izquierda Unida, mientras en las últimas fechas se percibe un incremento de las propuestas en clave andalucista.

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