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"Hay que arreglar lo del sur": así se cocinó el pacto exprés contra Teresa Rodríguez
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ASÍ FUE EL ACUERDO EN MADRID

"Hay que arreglar lo del sur": así se cocinó el pacto exprés contra Teresa Rodríguez

Tres reuniones breves, un acuerdo de PSOE y Unidas Podemos tejido por IU, Cs en la génesis, prisas y 11 partidos a favor frente a 12 en contra del nuevo concepto de tránsfuga

Foto: Teresa Rodríguez. (EFE)
Teresa Rodríguez. (EFE)

Después de 10 años sin reunirse, el pasado 25 de julio se reactivo la comisión antitransfuguismo. Ciudadanos jugó un papel muy activo en pedir que se reabriera ese pacto para sumar a las nuevas formaciones políticas. Tenía intereses muy particulares y varios tránsfugas a los que arrinconar, con la alcaldía de Granada en el alero si el PSOE se une a un tránsfuga del PP.

PSOE y Unidas Podemos también iban de la mano desde el primer momento. Según los que estuvieron en la génesis de ese acuerdo previo, fue fácil convencer a los de Pablo Iglesias, que habían pedido directamente “arreglar lo del sur”. Una frase, desvelada por este periódico, que los afines a Teresa Rodríguez han hecho 'hashtag' en redes sociales. Fue su condición para activar un acuerdo exprés que ha arrinconado desde Madrid a la exdirigente de Podemos y los suyos en el mapa político de la izquierda en Andalucía en el que Cs ha tenido la última palabra tras dudar semanas.

Rodríguez dejó de liderar Podemos tras pactar y vender en un vídeo un divorcio pacífico con Iglesias en febrero. Anunció que iba a liderar Adelante Andalucía, una fuerza andalucista sin tutelas de Madrid. Los suyos habían registrado como partido en secreto ese nombre, que bautizó en las últimas autonómicas la confluencia electoral de Podemos, IU, Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista. Ahora, expulsados, se quedan fuera de ese grupo parlamentario como no adscritos.

Foto: Teresa Rodríguez. (EFE)
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Izquierda Unida ha llevado la voz cantante de un acuerdo que tiene la letra de Enrique Santiago, secretario general del PCE y diputado de Izquierda Unida-Unidas Podemos en el Congreso, según él mismo especifica en su biografía de Twitter. Era el único partido al que permitían llevar a dos representantes. Junto a Santiago, estaba el histórico abogado sindicalista Rafael Ibáñez. Cuando uno de los participantes en las reuniones preguntó por qué podían ir en pareja, el secretario de Estado zanjó que era un asesor legal. “¿Y los demás también podemos traerlos?”, murmuró un asistente.

“Era todo loco, muy loco”, resume un representante de uno de los partidos que recelan de la nueva definición de tránsfuga. “Había demasiada prisa”, explican. “Prisas injustificadas”, han puesto por escrito algunos partidos discrepantes. ¿Por qué? Ahora, con Teresa Rodríguez y otros siete diputados expulsados de Adelante Andalucía apelando a este pacto nacional, se entiende todo. Cs, el partido que ordenó desde su dirección nacional cambiar el voto y que este miércoles garantizará la salida de los expulsados de Podemos, apela a la letra de este acuerdo.

23 partidos, 11 a favor

De los 23 partidos que conforman la nueva comisión antitransfuguismo, un total de 11 (PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos, Izquierda Unida, PSC, PAR, Foro Asturias, BNG, PNV y Galicia en Común) votaron la pasada semana a favor del nuevo pacto, que amplía la definición de tránsfuga. Algunos expresaron dudas y pidieron más debate, aunque inmediatamente se trasladó que el nuevo pacto estaba cerrado. Entre otros, la confluencia de Podemos en Cataluña, JxCAT o ERC.

Foto: Teresa Rodríguez en una imagen de archivo previa a la pandemia. (EFE)

Otros 12 partidos deberán pronunciarse el próximo viernes, 20 de noviembre, cuando han sido convocados de nuevo para una reunión. Ya en la tarde de ayer, empezaron a dejar claro, en el 'mail' del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, que quieren formar parte del acuerdo pero que discrepan de las prisas, las formas y la nueva definición de tránsfuga. Según pudo saber El Confidencial, Mas País, Més per Mallorca, Equo, Compromís y Geroa Bai insisten en sus objeciones en un documento con la misma literalidad.

El transfuguismo no debe confundirse con la libertad de discrepar de las decisiones de las ejecutivas, por muy legítimas que estas sean. No se puede amordazar la pluralidad ni censurar la tarea que, en conciencia, como garantiza la Constitución, debe realizar el cargo electo”, advierten por escrito al ministerio estas fuerzas, que no han suscrito la tercera adenda del pacto antitransfuguismo de 1998, que se revisó en 2000 y 2006.

Desde GeroaBai, le advirtieron a la socialista Susana Sumelzo: “Con este acuerdo, tú podrías haber sido declarada tránsfuga”

Durante una de las reuniones, el senador Koldo Martínez de GeroaBai le replicó a la socialista Susana Sumelzo: “Con este acuerdo, tú podrías haber sido declarada tránsfuga”. ¿Por qué? Sencillo, todos los diputados que rompan la disciplina de voto podrían ser expulsados por tránsfugas de sus partidos y Sumelzo, junto a un total de 15 diputados, se instalaron en el ‘no es no’ a Mariano Rajoy, incumpliendo la orden de abstención de la entonces gestora del PSOE y apuntalando al hoy núcleo duro de Pedro Sánchez, que dimitió antes de cambiar su voto.

El poder del aparato

Si antes tránsfuga era el que traicionaba a un partido con el que había concurrido a las elecciones para cambiar el signo de un Gobierno o derribar a quienes están en el poder, ahora es mucho más ambiguo. Es tránsfuga el que “traicionando al sujeto electoral político (partidos políticos, coaliciones o agrupaciones de electores) que los y las presentó a las correspondientes elecciones, abandonan el mismo, son expulsados o se apartan del criterio fijado en sus órganos competentes”. Son los partidos los que deciden, en el nuevo acuerdo, quiénes son tránsfugas, por abandonar el partido, porque han sido expulsados o porque “se han apartado de la disciplina”. Esto deja en manos de los aparatos de los partidos políticos la posibilidad de acabar con cualquiera que decida votar en conciencia o incumplir una consigna de la dirección. Es este asunto el que genera más dudas por su posible inconstitucionalidad.

Foto: Teresa Rodríguez. (IM)

El único partido convocado que no ha ido a ninguna reunión es Vox. El 21 de septiembre, se celebró el primer encuentro. Los que aterrizaban por primera vez en la sede del ministerio se encontraron con que ya existía una propuesta de PSOE, Unidas Podemos-IU y Ciudadanos. No dio tiempo a debatir nada, explican algunos asistentes. Se decidió que fuera IU, que se había ofrecido, quien refundiera el texto para la nueva adenda incorporando las enmiendas de otros grupos políticos. No se acordó nada más.

El vicepresidente del Congreso y secretario del Área de Relaciones Institucionales y Administraciones Públicas del PSOE, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, tomó la palabra para proponer una comisión de expertos de cinco miembros llamados a tener un papel clave en el desarrollo de este acuerdo. “Estábamos estupefactos, sobre todo por las formas”, aseguran algunos asistentes. “Entre ellos, ya lo tenían todo hablado y organizado”. Ese punto no venía en el orden del día, pero solo una parte de la reunión no sabía de qué estaban hablando. En otro momento, el PSOE propone que cambien las mayorías de la comisiòn para votar el pacto. Hubiera dejado todo en manos de PSOE y PP. Tampoco prospera.

Nervios a final de octubre

Se emplazó a una segunda reunión que debía celebrarse el 26 de octubre. Se incorporan enmiendas de Foro Asturias y PNV, pero se dejan fuera, por ejemplo, las de Equo. Hay quejas porque los documentos no llegan a tiempo. Dan un día para leer los papeles porque llegan apenas 24 horas antes de las ‘cumbres’. “Cuando dijimos que no podíamos pronunciarnos porque no habíamos podido estudiar la documentación, estaban cabreadísimos. Querían aprobarlo todo sin discusión. Nos acusaban de poner trabas. No entendíamos qué pasaba, por qué ese enfado”, explica un asistente. Todo esto se refleja en el cruce de 'mails' y en las actas de las reuniones.

En el Parlamento andaluz, el 28 de octubre, IU consuma, a petición de Podemos, la expulsión de ocho diputados de Adelante Andalucía que considera tránsfugas. Cuando salta esta noticia, todo para los partidos invitados al pacto que estaban al margen de lo que se cocinaba en los fogones antes de llegar a las reuniones cobra un nuevo sentido. Trataban de acompasar los tiempos a la operación de Andalucía: “Arreglar lo del sur”. Empieza también el baile de la yenka en Andalucía, con un paso adelante y otro atrás para expulsar a los escindidos de Podemos. La presidenta del Parlamento andaluz, Marta Bosquet (Cs), empieza a dilatar las decisiones amparada en los letrados de la Cámara, que no lo ven claro. Este miércoles, un comunicado de la dirección nacional obligaba a votar a favor de la expulsión de estos diputados apelando a la letra del pacto antitransfuguismo.

Foto: La presidenta del grupo parlamentario de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez. (EFE)

La nueva cita se trasladó al 3 de noviembre. Ahí, cuando ya se conoce que todo está relacionado, se valora la petición de Primavera Andaluza de entrar en el pacto. La única condición es que sean partidos con representación institucional y esta formación, dentro de Adelante Andalucía, tiene una senadora, la andalucista Pilar González. Fue propuesta por el cupo de este partido en la designación de senadores del Parlamento andaluz. Muchos creen, con la letra del acuerdo en la mano, que el siguiente paso de Podemos e IU será quitarla. El acuerdo especifica que el castigo al tránsfuga se podrá extender a “cargos designados por mecanismos indirectos a través de las asambleas legislativas autonómicas” y “senadores de designación autonómica”.

Informes legales

Se llegó a pedir hasta un informe a la Abogacía del Estado sobre la incorporación de Primavera Andaluza. No es concluyente. Solo IU se opone. El secretario de Estado de Política Territorial aseguró que en esta comisión siempre se ha trabajado por consenso y que si no lo hay, no se puede sumar esta formación. La indignación de una parte va a más. Tanto, que se pide un informe similar para determinar si la definición de transfuguismo que hay sobre la mesa tiene encaje legal en las normas básicas y podría trasladarse a los reglamentos de las Cámaras. Se niega esa posibilidad. “Resulta extraño que un solo partido pueda vetar la entrada de otro, pero más que la petición de más diálogo que hacen ocho partidos no sea escuchada”, recogen en el escrito al ministerio algunos de los que aún no han dado su sí al acuerdo.

También recoge el pacto que “los grupos políticos no sufrirán menoscabo de dichos derechos por la pérdida de integrantes por transfuguismo, manteniendo los correspondientes a su resultado electoral”. Es decir, los 1,7 millones de euros que se repartían los 17 diputados de Adelante Andalucía quedarán en manos de los seis de IU, y de otros tres que son afines a Teresa Rodríguez y que aún no han sido expulsados.

Foto: Teresa Rodríguez en una imagen de archivo. (EFE)

El 11 de noviembre, 11 partidos votan a favor del pacto en la sede del Ministerio de Política Territorial. Ese día, desde Andalucía, Juan Marín, el líder de Cs y vicepresidente de la Junta, decía en una entrevista en 'OK Diario' que no consideraba que Teresa Rodríguez ni ningún miembro de Adelante Andalucía fueran tránsfugas. El Parlamento andaluz volvía esa jornada a posponer la decisión sobre ocho diputados que habían sido expulsados, el 28 de octubre, y readmitidos, el 5 de noviembre.

Este miércoles, el Parlamento andaluz utilizará este nuevo acuerdo antitransfuguismo para que Podemos e IU puedan expulsar a quienes están en contra de sus postulados dentro de Adelante Andalucía. Cs fue tajante con su orden de no demorarlo más. El PSOE gana la posibilidad de una izquierda con la que entenderse como en Madrid. El viernes, dos días más tarde, ese acuerdo político al que apelan deberá ser votado por 12 partidos que no lo ven claro. 11 han dicho que sí y con esos, de momento, basta. Teresa Rodríguez y los suyos advierten de que irán al Tribunal Constitucional.

Después de 10 años sin reunirse, el pasado 25 de julio se reactivo la comisión antitransfuguismo. Ciudadanos jugó un papel muy activo en pedir que se reabriera ese pacto para sumar a las nuevas formaciones políticas. Tenía intereses muy particulares y varios tránsfugas a los que arrinconar, con la alcaldía de Granada en el alero si el PSOE se une a un tránsfuga del PP.

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