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Moreno, el barón andaluz del PP, pide "fe" atado de pies y manos a Cs y Vox
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CIERRE DE FILAS

Moreno, el barón andaluz del PP, pide "fe" atado de pies y manos a Cs y Vox

El presidente de la Junta de Andalucía debe actuar en un circo de tres pistas: se enfrenta a Génova, el 'sorpasso' de sus socios 'naranjas' en San Telmo y la amenaza de Abascal

Foto: El presidente andaluz, Juanma Moreno. (EFE)
El presidente andaluz, Juanma Moreno. (EFE)

Juan Manuel Moreno no es que sea el presidente autonómico con más poder institucional del PP, es que va camino de convertirse, junto a su admirado Alberto Núñez Feijóo en Galicia, en una especie en extinción. Ocurriría así si el descalabro del PP del pasado domingo se repite el 26 de mayo. Algo que los populares no quieren ni pensar. Están convencidos, o al menos así lo trasladan esquivando la depresión, de que remontarán los resultados y recuperarán votos. "El PP es un partido municipalista", proclaman.

En Andalucía, el PP se presenta en los 778 municipios. Cs en 323 y Vox en unos 160, unos 20 por provincia. Solo por eso, a no ser que se dispare la abstención, los populares cuentan con que tras la debacle de las generales solo pueden mejorar y recuperar voto. "Hemos tocado fondo", sostienen.

Moreno, el hombre de centro que siempre fue fiel a Soraya Sáenz de Santamaría, cumple cien días de Gobierno en Andalucía haciendo malabares con tres pelotas en el aire. La de Génova y los volantazos de Pablo Casado al frente de la nave. La de Ciudadanos, sus socios de Gobierno, que han consumado en Andalucía por los pelos el ansiado 'sorpasso' de la formación naranja. Y la de Vox, que está dispuesto a dejar claro cada vez que pueda que sin ellos el PP no gobernaría. Es curioso ver cómo cambian los papeles cuando es Moreno quien hace carantoñas a Vox y Casado, mucho más a la derecha en sus pronunciamientos públicos hasta ahora, quien los denomina "ultraderecha".

Foto: El presidente de la Junta y líder del PP andaluz, Juanma Moreno, tras ejercer su derecho al voto. (EFE)

Sobre la relación con Génova, de momento, el PP andaluz cierra filas. De la relación con los aliados políticos hay una frase muy clara de un dirigente del partido: "Estamos atados de pies y manos". La sensación que Moreno traslada a los suyos es que son partidos diferentes, con los que es normal que haya discrepancias y roces pero que están condenados a entenderse. Su Gobierno depende de otras dos patas, pero no hay nerviosismo ninguno y sí el convencimiento de que la estabilidad del Ejecutivo andaluz está garantizada tras haber desalojado al PSOE 37 años después.

Evitar el suicidio

En el PP andaluz alertan de que "el camino más directo al suicidio político" es dejarse llevar por "la melancolía y la autoflagelación". "En el partido somos muy dados a eso", dijo el presidente andaluz a los suyos. Moreno pidió "fe" el viernes en la Junta Directiva del PP andaluz. "Ni frustración ni tristeza". Respaldó al presidente del partido y dejó claro que su proyecto político tiene solo nueve meses. Para analizar los errores, mirar si las candidaturas, impuestas por Génova, eran las mejores o revisar las estrategias habrá tiempo, trasladan desde el PP andaluz.

Foto: Pablo Casado y Alberto Núñez Feijóo en una foto durante la campaña electoral. (EFE)

Ya se sabe que las derrotas son huérfanas y las victorias tienen muchos padres. La sala donde el presidente del PP andaluz convocó a su Junta Directiva no estaba llena. Muchos dirigentes estaban la misma tarde presentando a candidatos municipales en distintos puntos de la comunidad. Quienes no faltaron en primera fila fueron los exministros Juan Ignacio Zoido y Fátima Báñez.

Tsunami general

El PP andaluz tiene pocos motivos para sacar pecho. El tsunami los arrasa a todos por igual. El resultado en Andalucía no ha sido mejor que el obtenido en el resto de España. No ha sumado que los populares hayan llegado a la meta soñada, al Gobierno. Contra pronóstico quien saca más rédito es quien ha estado más en segundo plano, Ciudadanos. "El partido de tránsfugas", según el nuevo manual de Génova.

Moreno no esperaba unos resultados tan malos. Públicamente admitió que sería "un cínico" si no dijera que ha sido "una semana dura y triste". "Hemos hecho todo lo humanamente posible", asegura un destacado dirigente del PP-A. En la cúpula andaluza andan descolocados. Esperaban invertir la curva descendente de las autonómicas de 2015 (1.065.685 votos y 33 diputados) a las de 2018 (750.778 y 26 diputados). En lugar de eso, el PP, aun ocupando el Gobierno andaluz, ha seguido hundido. En las generales de 2016 fueron 23 diputados (1,4 millones de votos). En las del pasado domingo 11 diputados, (785.199 votos). Ha seguido la tendencia a la baja. Muchos dirigentes admiten que la llegada al Gobierno de Andalucía ha sido un oasis, un espejismo, pero que el problema sigue ahí.

Casado califica de ''extrema derecha'' a Vox y asegura que el único partido de ''centro derecha'' es el PP.

Moreno piensa mantenerse en "un perfil presidencial, de tono bajo, sin entrar en insultos ni descalificaciones", aseguran desde su equipo de trabajo. Creen que la anterior campaña en Andalucía "la mató" la Semana Santa y que Pedro Sánchez fue hábil con la fecha del adelanto. Se esforzaron en trasladar mensajes positivos, pero la izquierda se movilizó como nunca. "Tenemos que pensar por qué han conseguido que demos miedo”, reflexiona un destacado dirigente del PP en Andalucía.

Díaz, "en la casilla de salida"

En Andalucía no hay pánico como en Madrid. Cogobiernan la comunidad más poblada de España (ocho millones de habitantes y 35.000 millones de euros de presupuesto). Las tres patas del Gobierno de Andalucía admiten en privado que hay legislatura para rato. Moreno está convencido además de que lo mejor que le puede pasar es que Susana Díaz siga enfrente en cada sesión de control en el Parlamento andaluz como líder de la oposición.

Foto: El presidente del PP, Pablo Casado, pasa por delante del expresidente de la CAM Ángel Garrido. (EFE)

Este viernes en el pleno del Parlamento andaluz, cuando la socialista le recriminó que era el presidente de la historia autonómica con menos votos y menos escaños, que llegó como segunda fuerza y es ya tercera, Moreno replicó: "No se arrogue los votos que no son suyos, son de Pedro Sánchez y esos mismos votos pueden llevarla a la casilla de salida". Juega la carta de que Ferraz maniobrará, más pronto que tarde, para relevarla. Moreno cree que, pase lo que pase, él volverá a ser candidato cuando decida convocar elecciones y Díaz ya no estará.

Juan Manuel Moreno no es que sea el presidente autonómico con más poder institucional del PP, es que va camino de convertirse, junto a su admirado Alberto Núñez Feijóo en Galicia, en una especie en extinción. Ocurriría así si el descalabro del PP del pasado domingo se repite el 26 de mayo. Algo que los populares no quieren ni pensar. Están convencidos, o al menos así lo trasladan esquivando la depresión, de que remontarán los resultados y recuperarán votos. "El PP es un partido municipalista", proclaman.

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