Los jueces alertan de que la vía para el CGPJ se agota en enero, pero PP y PSOE echan el freno

Una ventana de oportunidad pequeña y solo entreabierta y un impulso que se va ralentizando. La judicatura avisa de que las opciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial se agotan en solo unas semanas y no ven posible un acuerdo entre el PP y el PSOE si este se alarga más allá de enero. Sin embargo, la iniciativa de pactar el recambio del órgano que se adoptó el pasado diciembre, previo acuerdo entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo para buscar la mediación de la UE, ha perdido progresivamente fuerza.

Nadie en la judicatura ve una opción real de que la parálisis respecto al órgano de gobierno de los jueces acabe. La situación política y la entrada inminente en sucesivas campañas electorales no son el mejor incentivo para alentar a los populares a escenificar un acuerdo con los socialistas. A eso se suman la tramitación de la amnistía, que el Congreso prevé impulsar a finales de este mes, y las nuevas cesiones acordadas con Junts a cambio de su indulto a los tres primeros decretos de la legislatura. El clima es "infernal", aseguran fuentes jurídicas, que no ven tampoco interés por parte de la Unión en cargar sobre sus hombros la responsabilidad de una operación de alto riesgo que ya ha fracasado en múltiples ocasiones.

Como ya informó este diario, la Comisión Europea no cree que sea razonable que ahora se ponga la presión sobre ella para que decida rápidamente sobre la mediación en la renovación y no tiene prisa ninguna. "No nos olvidemos de que esto es una responsabilidad de las autoridades españolas, no de la Comisión Europea, hemos estado apuntando a las autoridades españolas que debían resolverlo" durante los últimos años, recordó, por ejemplo, Eric Mamer, portavoz del Ejecutivo comunitario.

La mediación europea para superar el bloqueo en la renovación del CGPJ fue uno de los acuerdos que alcanzaron antes de las Navidades Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular. En Bruselas, tardaron horas en reaccionar, explicando que reflexionarían sobre la petición realizada por ambos líderes. Y si en la Comisión se hacen los remolones, en el escenario nacional tampoco parece moverse nada.

Nadie en el PP da ya por seguro que vaya a haber algún "avance" antes de que finalice enero

Antes de las vacaciones, tanto desde la Moncloa como desde Génova, daban por hecho que los primeros avances en los trabajos comenzarían el mismo mes de enero. Tras la reunión de diciembre, desde el Gobierno aseguraron que el negociador del PSOE, Félix Bolaños, se pondría en contacto de forma inmediata con el interlocutor del PP, Esteban González Pons, con el objetivo de pactar la metodología de trabajo y acordar cómo se solicitará formalmente a la UE su mediación para acelerar las conversaciones en pocas semanas. Feijóo mostró incluso cierto optimismo por la posibilidad de tener renovado el Consejo antes de las elecciones europeas, previstas el 9 de junio, si Sánchez aceptaba al fin sus condiciones. Pero nada se ha vuelto a saber desde entonces.

Nadie en el PP da ya por seguro que vaya a haber algún "avance" antes de que finalice enero. Génova no tomará la iniciativa y sitúa la pelota en la Comisión Europea. "Son ellos quienes tienen que fijar el cuándo, el cómo y el quién", inciden en el equipo de Feijóo. Esperarán, pero no llamarán a Bruselas para apremiarles a buscar una solución. En el partido hay voces que instan a su jefe de filas a posponer las reuniones con la Moncloa para no desviar el foco de la amnistía, que podría aprobarse en el Congreso a finales del mes de enero. "Está todo parado", añaden.

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Más allá de la ley para despenalizar el procés, el último rosario de cesiones a Junts ha disparado más, si cabe, la desconfianza de los populares con el Ejecutivo. La opción de despachar a solas con el Gobierno ante las reticencias de Bruselas ni siquiera la contemplan. "Con Bolaños a solas, no nos sentamos", insisten en Génova. "La supervisión de la Comisión Europea es ahora más necesaria y más imprescindible que nunca", verbalizó el propio Feijóo el pasado jueves, cuando anunció una ofensiva total contra Sánchez a nivel jurídico, político y social.

La situación amenaza con dilatarse más por la posibilidad de que el comisario de Justicia, Didier Reynders, pueda no implicarse en la supervisión de la negociación española por su candidatura al Consejo de Europa, con lo que tendría que suspender sus funciones en la Comisión en unos meses. Reynders era la opción favorita del PP para mediar en las conversaciones y plasmar su condición de reformar el sistema, pero no se opone a otras opciones, como la responsable de Estado de Derecho, Vera Jourova, e incluso otros perfiles técnicos. Pero no moverá ficha con Bolaños hasta que Europa dé luz verde. El portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, dejó patente ese escepticismo también este viernes. "Es muy difícil que pueda haber un entendimiento entre PSOE y PP de la mano de Sánchez. Muy, muy difícil", enfatizó.

Desde la judicatura, se insiste en que la experiencia apunta a que las intenciones de renovación o bien se hacen de forma rápida y efectiva o no se hacen nunca. Apuntan también que las anteriores intentonas fallidas al menos sirvieron para medir los límites de cada parte, por lo que el trabajo ya está en parte hecho. El punto de fricción continúa siendo el sistema de elección de los vocales del turno judicial, que el PP quiere dejar en manos de los jueces y el PSOE quiere mantener bajo control, al menos parcial, de las cámaras legislativas.