El PP convierte el 18-F en un plebiscito contra Sánchez pese a los "riesgos"

"Quiero decirle a la mayoría de españoles que no se preocupe. Tendrá la oportunidad de afirmar 'me equivoqué una vez y no lo haré una segunda'. Lo hará en Galicia. En País Vasco. El 9 de junio en las europeas. Y cuando Puigdemont decida convocar las generales". Alberto Núñez Feijóo verbalizó el pasado jueves el afán del partido por convertir el intenso ciclo electoral de este año en un plebiscito continuo a Pedro Sánchez. El primer gran examen llegará en poco más de un mes. Las elecciones gallegas no solo medirán la fortaleza del PP y del nuevo candidato, Alfonso Rueda, También suponen un test al liderazgo para Feijóo.

En el PP creen que nacionalizar la campaña de las gallegas, primeros comicios desde las generales, puede impulsar la candidatura de Rueda y revalidar la mayoría absoluta que necesita para mantener la Xunta. La agenda de cesiones de Sánchez al independentismo es tan abultada, que dan por hecho que habrá un voto de castigo contra el PSOE. Están convencidos de que ese descontento y hartazgo social por la subasta con Junts es un eje movilizador que no se debería desaprovechar.

La amnistía es la clave de bóveda de la oposición del PP —de hecho, su tramitación en el Congreso podría estar lista a finales de enero—, pero la cesión del control de la inmigración y el resto de "privilegios" a la Generalitat, incluyendo la condonación de la deuda catalana, se ve desde Génova como un factor que podría afianzar definitivamente la victoria del presidente de la Xunta. En la dirección nacional apuntan además a que los resultados de las elecciones gallegas tendrán necesariamente una lectura nacional y consolidará el relato de la derrota del PSOE en las generales —aunque la aritmética jugase a favor de Sánchez— con un nuevo triunfo sobre su principal adversario.

No solo Génova ha planteado las elecciones gallegas como una batalla contra el Ejecutivo central. También el propio Alfonso Rueda ha centralizado los mensajes contra Pedro Sánchez en los primeros compases de la precampaña. "Se presenta en Galicia camuflado, eso sí, a través de cuatro o cinco partidos, no lo sabemos muy bien", lanzó el pasado lunes, durante una presentación en Madrid que corrió a cargo del propio Alberto Núñez Feijóo. "Pretende impulsar una sucursal de Moncloa en Galicia", añadió. El presidente de la Xunta tampoco escondió sus intenciones durante una entrevista con El Confidencial, en la que situó como gran rival a Pedro Sánchez, no al PSdeG ni al BNG. "Lo tengo clarísimo", dijo.

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Esta estrategia, sin embargo, plantea dudas en las filas del partido por los "riesgos" electorales de fiar todo al desgaste del jefe del Ejecutivo. Génova planteó la misma táctica de "nacionalizar" la campaña durante las elecciones autonómicas y municipales del 28-M, y no le salió precisamente mal. Pero, en este caso, los comicios son localizados. Ni siquiera irán al mismo compás que las vascas. Dirigentes y barones del PP cuestionan el impacto real sobre los votantes gallegos de las polémicas entre la Moncloa y sus socios más allá de Madrid.

El ejemplo más próximo es el de Castilla y León. Alfonso Fernández Mañueco rozaba en primera instancia la mayoría absoluta, pero Génova, entonces liderada por Pablo Casado, vio una oportunidad para nacionalizar los comicios con las polémicas declaraciones del entonces ministro de Consumo, Alberto Garzón, contra la contaminación generada por las granjas de gran tamaño. La campaña fue un desastre, y de ello nació el primer gobierno de coalición con Vox. "El enemigo a batir no es Sánchez. Los gallegos saben diferenciar bien", alertan desde algunos sectores de los populares.

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La crisis de los pellets, las pequeñas bolitas de plástico que han teñido de blanco las costas gallegas y otras localizaciones de la geografía nacional, ha adquirido, de hecho, un cariz nacional por la batalla entre el Gobierno y la Xunta a cuenta de la responsabilidad de los vertidos. Pero esta cuestión ha jugado en contra de Rueda como presidente del ejecutivo gallego, y alimenta la tesis de los que defienden dentro del PP que "estatalizar" la campaña autonómica "es un error". El PSOE no ha dudado en utilizar, dentro y fuera de Galicia, la polémica para agrietar el liderazgo del candidato gallego.

Feijóo viajará a Galicia durante la campaña, pero dejando distancia entre él y Alfonso Rueda para no opacar a un candidato que pelea por sacudirse de la etiqueta de líder tutelado por su predecesor y, por tanto, por la dirección nacional del partido. El líder popular no ha viajado este domingo a Galicia para participar en un acto sectorial con todos los barones del PP e inaugurar la precampaña gallega. Pero sí acudirá a Ourense el próximo fin de semana con motivo de la 26 Interparlamentaria de la formación, un "gran acto" con el que Génova pretende eclipsar en aforo a la conferencia política que protagonizará el mismo día Sánchez en A Coruña.

Mientras tanto, Feijóo ha activado una nueva ofensiva total contra el Ejecutivo. No solo planteará recursos de inconstitucionalidad y revisará "hasta la última coma" de los decretos del Ejecutivo y de las cesiones a Junts, sino que también volverá a la calle. Tras el éxito de las convocatorias que abarrotaron grandes ciudades el pasado otoño, Génova ha convocado una nueva concentración contra Sánchez, la amnistía y las "extorsiones" de Junts el próximo 28 de enero en Madrid, a solo unos días de que arranque oficialmente la campaña gallega.