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El Gobierno cambia de criterio en la quita de la deuda autonómica para satisfacer a Cataluña
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Ahora la clave es el pasivo de la crisis

El Gobierno cambia de criterio en la quita de la deuda autonómica para satisfacer a Cataluña

Hacienda sostenía que la deuda se debía a la infrafinanciación estructural de algunas regiones, pero su perdón se hará en función de la que asumieron durante la Gran Recesión

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (Europa Press)
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (Europa Press)

En el año 2021, el Gobierno de Pedro Sánchez tenía enormes intereses en la Comunidad Valenciana. Se trataba de uno de sus feudos de voto más importantes, lideraba el Gobierno autonómico y contaba con un importante aliado en el Congreso: Compromís. En ese momento, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reconoció en la Cámara Baja que una buena parte de la deuda autonómica era consecuencia de la infrafinanciación. Lo hizo tras ser preguntada por el entonces diputado de Compromís, Joan Baldoví.

“Habrá territorios que digan que la deuda es por ineficiencia, pero obviemos el ruido y centrémonos en lo importante. Es obvio que en la Comunidad Valenciana la infrafinanciación se ha convertido en deuda y en Murcia la infrafinanciación se ha convertido en deuda. Probablemente no toda, pero una gran parte de esa deuda sin duda es achacable a la infrafinanciación”, afirmó ante sus señorías. Sin embargo, ahora que se ha abierto la puerta a la condonación de la deuda que las regiones tienen con el Gobierno a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), ha cambiado el criterio, por exigencias de Esquerra Republicana, y ha diseñado un sistema diferente. Los partidos catalanes son el objetivo prioritario.

La metodología concreta aún no se conoce, pero el acuerdo entre el PSOE y ERC apunta a que la condonación de la deuda se realizará en función del aumento de la misma que sufrieron las regiones durante la crisis financiera. En concreto, el literal del texto señala que se condonará una parte del pasivo “originado por el impacto negativo del ciclo económico, para lo cual se determinará qué parte del incremento de deuda obedece al impacto del ciclo”.

La cuestión de la infrafinanciación no aparece en el acuerdo, algo que es comprensible, dado que Cataluña no está infrafinanciada (recibe unos recursos por habitante ajustado muy similares a los de Madrid). Ni el Gobierno ni la propia Montero habían señalado nunca que el problema de la deuda autonómica fuese consecuencia de la crisis económica de 2008, sino del problema estructural de financiación heredado de la reforma del año 2009. En todo el acuerdo no aparece la palabra infrafinanciación, pero sí infraejecución, para denunciar que el Estado no ha invertido en Cataluña todo lo que le correspondería según el Estatut.

La infrafinanciación pasa, así, a mejor vida. Ahora se diseñará un nuevo mecanismo por el cual, a Cataluña, le tienen que corresponder los 15.000 millones de euros anunciados. Esto supondrá, además, un ahorro de unos 300 millones de euros anuales en intereses (a razón del 2% anual, que es el coste medio de la deuda en circulación que tiene actualmente el Tesoro).

Este nuevo cálculo no parece casual, ya que Cataluña fue una de las CCAA que más aumentaron la deuda durante la crisis financiera. Según los datos del Banco de España, incrementó su pasivo en casi 37.000 millones de euros desde 2008 hasta 2012, lo que supone casi el 29% de toda la deuda autonómica asumida en ese periodo.

Si se mide en porcentaje de su PIB del año base (2007), supone un incremento del 18%, el segundo más alto de todas las regiones, solo por detrás de Castilla-La Mancha. Y si se mide el aumento de su endeudamiento, en este periodo fue de 19 puntos del PIB, el tercero más elevado, por detrás de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.

En definitiva, Cataluña fue una de las regiones que más aumentaron su deuda durante la crisis financiera, lo que la sitúa en una posición favorable para la condonación acordada por el PSOE y ERC. Este cálculo es más beneficioso para la región que el de la infrafinanciación que defendió la ministra de Hacienda en 2021. El motivo es que Cataluña no es una de las regiones peor financiadas. De hecho, su situación es similar a la de la Comunidad de Madrid (ya que su estructura demográfica no es muy diferente).

Hay dos comunidades que están peor financiadas que Cataluña y que no asumieron tanta deuda durante la crisis financiera: Murcia y Andalucía. La primera de ellas elevó su ratio de endeudamiento en 14 puntos de su PIB (cuatro menos que Cataluña) y la segunda, en 9,4 puntos, esto es, la mitad que Cataluña. Y eso a pesar de que su financiación por habitante ajustado es, y era, peor que la catalana. Esta metodología de cálculo de “deuda originada por el impacto negativo del ciclo económico” difícilmente puede beneficiar a regiones que hicieron un esfuerzo para reducir su gasto y así limitar el incremento de la deuda. Por el contrario, se daría la situación paradójica de que algunas de las autonomías mejor financiadas fueron las que más incrementaron su deuda durante la Gran Recesión, como es el caso de Cantabria.

Foto: El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés. (EFE/Daniel González)

Madrid también es un caso paradigmático, ya que su financiación por habitante ajustado es similar a la de Cataluña (como calculó la Generalitat valenciana durante el Gobierno del Botánico). Sin embargo, la región consiguió contener el incremento de la deuda y solo se incrementó en cinco puntos del PIB. Esto es, menos de un tercio del incremento de Cataluña. Se trata del territorio que menos aumentó su deuda y, por tanto, queda en la peor posición de partida para la condonación que promete ahora Hacienda.

Adiós a la 'vía valenciana'

El perdón del pasivo del FLA es una reivindicación nueva en el mundo independentista, que finalmente ha optado por el pragmatismo para investir a Pedro Sánchez, tras un llamativo cambio de guion durante los últimos meses. Después de años de displicencia hacia una propuesta vista como autonomista, los partidos soberanistas han hecho suya una lucha liderada desde el principio por la otra Generalitat, aunque el pacto entre el PSOE y ERC aplica criterios diferentes a los que se han venido manejando hasta ahora.

Todo surgió en Valencia. Mientras los partidos separatistas defendían dividir el pasivo que les correspondería a España y a Cataluña una vez se proclamase el nuevo Estado —así lo establecía el programa de Junts pel Sí, la coalición secesionista con la que la entonces Convergència y ERC se presentaron a las autonómicas de 2015—, el Gobierno del Botánico, presidido por el socialista Ximo Puig, empezó a dar la batalla para el perdón del FLA. La idea del Ejecutivo del PSPV y Compromís solo tuvo su eco al norte del Ebro en 2021, cuando el candidato del PSC, Salvador Illa, la llevó en su programa electoral para las elecciones autonómicas. Junts aún tardaría dos años, hasta las elecciones generales del pasado 23 de julio, en incorporarla al suyo, mientras que ERC nunca lo ha hecho. Ni siquiera los dos líderes republicanos, Oriol Junqueras y Pere Aragonès, pusieron el debate encima de la mesa cuando fueron consejeros de Hacienda.

Foto: Sesión de control al Govern en el Parlament. (EFE/Andre Dalmau)

No hay que olvidar que Cataluña fue la primera comunidad en recurrir al FLA, el 28 de agosto de 2012, cuando el convergente Artur Mas sacaba los presupuestos con el apoyo del PP y el debate sobre el pacto fiscal dominaba la política autonómica. Dos semanas después, una manifestación masiva en Barcelona dio inicio al procés independentista, pero la Generalitat no dejó de pedir la ayuda del Estado: 6.665 millones en 2012, 10.815 en 2013, 7.913 en 2014... Y así hasta llegar a los 12.605 millones de 2023, según las cifras del Ministerio de Hacienda. Cataluña ha sido la región que más dinero ha recibido del FLA, con más de 93.000 millones de euros, de los que ya ha devuelto unos 20.000. Pero el apoyo del Estado durante estos años ha ido más allá: si se suma el Fondo de Facilidad Financiera, la cifra alcanza los 113.388 millones de euros. En ese periodo (2012-2023), la Comunidad Valenciana ha sido la segunda más beneficiada por los mecanismos de liquidez, con cerca de 50.000 millones.

El apoyo a una quita de la deuda del FLA en la región levantina es tan transversal que ha logrado simpatías desde la propia ERC —llegó a presentar una enmienda a los prespuestos de 2018 en el Senado para que se incluyese esta posibilidad para la comunidad, pese a que entonces la obviaba para Cataluña— hasta algunos sectores del Partido Popular, que ha mantenido una posición ambigua al respecto. En su programa para las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo, el actual presidente de la Generalitat, el conservador Carlos Mazón, propuso un fondo de nivelación de 1.336 millones anuales para que el Estado compensase el supuesto déficit de financiación que ha sufrido el territorio con el sistema actual.

Sin embargo, las cifras pueden ser incluso mayores. Según un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), vinculado a la Generalitat —entonces de Puig—, la comunidad ha soportado una infrafinanciación de 3.000 millones de euros anuales desde la entrada en vigor del modelo de financiación autonómica pactado en 2009 entre el entonces presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y la propia ERC. Pese a ser concertado con él, el nacionalismo catalán también se ha quejado todo este tiempo de la supuesta infrafinanciación, que es el argumento que los independentistas han usado cuando se han sumado a la reivindicación valenciana. También el de la ministra de Hacienda cuando le prometió a Puig que atendería sus peticiones.

Sin embargo, ERC y el Gobierno han olvidado finalmente este criterio, por una razón muy sencilla: no salen las cuentas. A Cataluña no le conviene el cálculo basado en la infrafinanciación porque no es una de las comunidades más infrafinanciadas. El dato absoluto puede llevar a engaño, debido al gran tamaño de la economía de la región: según el IVIE, desde la entrada en funcionamiento del nuevo régimen, Cataluña dejó de recibir 28.840 millones de euros respecto a lo que le correspondería en un sistema que permitiese financiar las competencias autonómicas de forma equitativa, solo por detrás de Andalucía (más de 41.000 millones) y la propia Comunidad Valenciana (unos 29.000).

Sin embargo, el dato relativo deja a las claras que Cataluña no es una de las autonomías peor financiadas en relación con su PIB. Como se puede apreciar en el gráfico, solo necesitaría un 12,6% más de recursos. La Comunidad Valenciana, con un espectacular déficit del 26%, Andalucía, Murcia, Castilla-La Mancha, Canarias y Galicia están peor financiadas que Cataluña. Y Madrid, con un déficit del 9,2%, no se encuentra tan lejos. Desde 2009, solo Cantabria y La Rioja han recibido más recursos de los que les corresponderían en un sistema suficiente e igualitario, siempre según el IVIE.

En definitiva: cuando tocaba hablar de la Comunidad Valenciana, la infrafinanciación era un buen argumento sobre el que sostener la condonación de una buena parte del FLA. Pero ahora que toca hablar de Cataluña, el Gobierno ha cambiado de criterio, para beneficio de las reivindicicaciones de los independentistas. Comunidades como Madrid o Andalucía, que también están mal financiadas pero acumulan mucha menos deuda con los fondos de liquidez del Estado —esta última, en términos relativos—, serán las más perjudicadas.

En el año 2021, el Gobierno de Pedro Sánchez tenía enormes intereses en la Comunidad Valenciana. Se trataba de uno de sus feudos de voto más importantes, lideraba el Gobierno autonómico y contaba con un importante aliado en el Congreso: Compromís. En ese momento, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reconoció en la Cámara Baja que una buena parte de la deuda autonómica era consecuencia de la infrafinanciación. Lo hizo tras ser preguntada por el entonces diputado de Compromís, Joan Baldoví.

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