Un abogado, frente al bloqueo del Supremo: los retos del nuevo presidente del CGPJ

Tras la renuncia del presidente Carlos Lesmes y la jubilación del presidente suplente Rafael Mozo, el abogado Vicente Guilarte asumió este jueves la "presidencia en suplencia" del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Este trabalenguas refleja la situación de un CGPJ que debería haberse renovado en diciembre de 2018 y que, a partir de las elecciones del próximo domingo, tendrá que lidiar con los mismos problemas ante un nuevo escenario político.

Entre los retos que marcarán el mandato de Guilarte, destaca el bloqueo en la cúpula judicial. En marzo de 2021, el PSOE y Unidas Podemos sacaron adelante una reforma que impide al CGPJ realizar nombramientos mientras se encuentre en funciones y, dos años después, el Tribunal Supremo acumula ya 22 vacantes de un total de 78 magistrados. Si se suman los tribunales superiores, las audiencias provinciales y la Audiencia Nacional, los nombramientos pendientes superan los 80.

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En el hipotético caso de que el PP ganara las elecciones y lograse formar Gobierno, la clave giraría en torno a su promesa de derogar esta reforma para que el CGPJ pueda desbloquear la cúpula judicial. Tras la jubilación de su anterior presidente este mismo jueves, los progresistas del órgano han quedado, además, en franca minoría —seis frente a 10—, por lo que los vocales conservadores, entre los que se incluye al propio Vicente Guilarte, lograrían imponerse en los nombramientos.

La otra gran promesa del PP consiste en reformar el propio sistema de elección del CGPJ. El actual nombramiento de los 20 vocales del CGPJ exige una mayoría de tres quintos del Congreso y el Senado: 12 de ellos "entre jueces y magistrados" y otros ocho "entre juristas de reconocida competencia". El partido de Alberto Núñez Feijóo se ha comprometido a reformar la elección de los primeros, quienes pasarían a ser escogidos por sus compañeros de carrera y no por las Cortes Generales.

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El PP incluye esta medida en la agenda de los 100 primeros días de gobierno, pero fuentes jurídicas advierten de que el hipotético cambio se alargaría en el tiempo. Una vez se celebren los comicios y siempre que Feijóo tenga opciones de gobernar, arrancaría el proceso de formar Gobierno que, en función de los resultados, se complicaría más o menos y que, con suerte, duraría semanas. Pasado esto, tendría que aprobar la reforma legislativa, pero redactarla y sacarla adelante seguiría sumando meses. Por último, los jueces tendrían que organizar esa elección interna de candidatos, un proceso que, según las citadas fuentes, llevaría al menos tres meses, siendo optimistas.

Mientras tanto, el bloque conservador mantendría el control del actual CGPJ en funciones y de los correspondientes nombramientos de altos cargos, lo que podría terminar por desencadenar una nueva crisis interna. El propio presidente saliente, Rafael Mozo, de corte progresista, dejó clara su postura en la carta de despedida de este jueves: coincide con que el sistema de elección debe ser reformado, pero considera que antes debe renovarse el CGPJ con las actuales reglas.

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"La recomendación que contiene el informe de la Comisión Europea sobre el Estado de derecho en la Unión no deja lugar a dudas: que se proceda a la renovación del Consejo General con carácter prioritario y que se inicie, inmediatamente después de la renovación, un proceso con vistas a adaptar el nombramiento de sus miembros de procedencia judicial, teniendo en cuenta las normas europeas sobre los Consejos de la Magistratura", defiende Mozo en su misiva.

Los tres retos que marcarán el mandato de Guilarte son, por tanto, el bloqueo, la reforma y la renovación, pero en función de los tiempos que marque la política, el orden de los factores puede alterar el producto. "El próximo martes día 25, a las 17:30, tendrá lugar un pleno extraordinario para abordar la situación del CGPJ en la nueva etapa", ha acordado por el momento el nuevo presidente. Abogado en ejercicio desde 1979, Guilarte compaginaba su cargo de vocal con la defensa en los tribunales hasta hace apenas unas semanas, pero una vez se conozcan los resultados electorales, deberá marcar la nueva hoja de ruta del CGPJ desde su "presidencia en suplencia".