El conservador Vicente Guilarte asume la presidencia del CGPJ tras la jubilación de Mozo

El vocal Vicente Guilarte asumirá a partir de este jueves la presidencia en funciones del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tras la jubilación del progresista Rafael Mozo. Su trabajo como docente y en un bufete de abogados había provocado que parte del CGPJ pusiera reticencias a la hora de encumbrarle, pero, según informan desde el órgano de gobierno de los jueces, él mismo ha anunciado al pleno que renunciaba a esta actividad privada para dedicarse en exclusiva a su nuevo puesto.

De 70 años y elegido en su día a propuesta del PP por el turno de juristas de reconocido prestigio, Guilarte había mantenido hasta ahora la duda de si aceptaría o no el cargo. Al igual que su antecesor, solo ocupará la presidencia del CGPJ y no la del Supremo, que únicamente puede ser dirigido por un magistrado que forme parte del tribunal: Francisco Martín seguirá al frente del Supremo y, por tanto, el Poder Judicial mantendrá su actual bicefalia.

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Guilarte es catedrático de Derecho Civil, letrado del Colegio de Registradores de la Propiedad y asesor jurídico de la Universidad de Valladolid, además de ejercer como abogado desde 1979. En un escrito remitido al CGPJ el pasado viernes, seis vocales —tres progresistas y tres conservadores— incidieron en que, si no renunciaba a su actividad privada, resultaba incompatible para el puesto, pero el debate se ha zanjado nada más arrancar el pleno con la renuncia de Guilarte a estos trabajos paralelos.

"El Pleno —a instancias del propio Guilarte— ha acordado unánimemente y sin necesidad de votación que el cargo debe ejercerse de manera exclusiva", explica el CGPJ. "El próximo martes día 25, a las 17:30 horas, tendrá lugar un Pleno extraordinario, ya bajo la presidencia de Vicente Guilarte, para abordar la situación del CGPJ en la nueva etapa".

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La salida de Mozo deja ahora a los progresistas en franca minoría: seis frente a 10. En su carta de despedida, el hasta ahora presidente ha instado a las fuerzas políticas a que acuerden la renovación del CGPJ con "carácter prioritario" tras las próximas elecciones y que, "inmediatamente después", se proceda a cambiar su sistema de elección para "adaptar el nombramiento de sus miembros de procedencia judicial".

"A la hora del adiós, me embarga un sentimiento agridulce, pues, entre los sinsabores, sin duda, la anomalía constitucional que supone la falta de renovación del Consejo, que debía haberse producido a finales de 2018, ocupa el lugar más destacado", denuncia en la misiva. "La prolongación en el tiempo de esta situación y la ausencia de perspectivas de un acuerdo entre las fuerzas políticas que la pusiera fin, así como la presentación de la renuncia del presidente Carlos Lesmes [en octubre de 2022], son hechos que han generado uno de los episodios más tristes de nuestra historia democrática".

La reforma que propone el PP

Con Guilarte como nuevo presidente en funciones, las previsiones de los vocales apuntan a que el actual CGPJ continuará en activo al menos varios meses tras las elecciones generales. En la agenda de los 100 primeros días de gobierno, el PP prevé aprovechar un hipotético cambio de las mayorías en el Congreso para llevar a término la reforma del Poder Judicial, con la que modificar el sistema de elección de los jueces y que sean ellos mismos los que elijan a 12 de los 20 vocales del CGPJ. De esta forma, la renovación no se haría con las actuales reglas, sino que la mayor parte de los nuevos vocales serían elegidos por sus compañeros de carrera.

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El PP aboga así por el mismo cambio que reclama Mozo, aunque con una clara diferencia: el hasta ahora presidente pide que primero se renueve el órgano con las actuales reglas y, posteriormente, se proceda a reformar el sistema. El partido de Alberto Núñez Feijóo, por el contrario, antepone la reforma a la renovación.

Este cambio del sistema alargará de forma inevitable los tiempos respecto a la renovación del órgano. Una vez se celebren los comicios y siempre que sea el PP quien tenga opciones de gobernar, arrancaría el proceso de formación de Gobierno que, en función de los resultados, se complicará más o menos y que, con suerte, se alargará semanas. Pasado esto, el PP tendría que aprobar la reforma legislativa, pero redactarla y sacarla adelante seguirá sumando meses al cómputo. Por último, los jueces tendrían que organizar esa elección interna de sus candidatos, un proceso que, según las citadas fuentes, llevará al menos tres meses, siendo optimistas.