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El Gobierno estudia modificar la ley electoral tras las sospechas de fraude con los votos en Melilla
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El Gobierno estudia modificar la ley electoral tras las sospechas de fraude con los votos en Melilla

Todos los partidos de la ciudad autónoma, excepto Coalición por Melilla, liderado por Mustafa Aberchán, celebran que se desactive el masivo fraude electoral en ciernes

Foto: Desaparecen las colas en Correos de Melilla tras la orden de pedir el DNI a los votantes. (EFE/Paqui Sánchez)
Desaparecen las colas en Correos de Melilla tras la orden de pedir el DNI a los votantes. (EFE/Paqui Sánchez)
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Rara vez un acta de una Junta Electoral tuvo efectos inmediatos en la calle, concretamente en la de Pedro Navarro, en el centro de Melilla. Horas después de que se hiciese pública, las colas desaparecieron ante la oficina de Correos en la ciudad autónoma. El último día en que los españoles podían solicitar el voto por correo, este jueves, fueron muchos menos los melillenses que acudieron a tramitarlo y aún menos a entregarlo. También ha provocado la reacción del Gobierno, que estudia modificar la Ley Orgánica del Régimen Electoral tras las sospechas de fraude.

La Junta Electoral de Zona de Melilla acordó el miércoles por la noche que para votar por correo sería necesario no solo identificarse en el momento de hacer el trámite inicial, sino también acudir personalmente a entregarlo y mostrar de nuevo el DNI al empleado detrás de la ventanilla.

Foto: Desaparecen las colas en Correos de Melilla tras la orden de pedir el DNI a los votantes. (EFE/Paqui Sánchez)

Hasta ahora, se podía entregar el sobre con la papeleta a una persona autorizada, y en Melilla algunas se presentaban en Correos con hasta una veintena de sufragios debajo del brazo. Se sospecha que en muchos casos no era el elector quien introducía la papeleta en el sobre, sino la persona autorizada que había comprado el voto por encargo de algún partido político.

El precio del voto oscila entre los 50 y los 150 euros, según sospecha la Policía. Al dinero en efectivo se añaden, a veces, promesas de incorporación a los planes de empleo que pone en marcha la ciudad o la concesión de determinadas ayudas sociales.

La Junta Electoral Central ratificó, el jueves por la tarde en Madrid, la decisión adoptada por la de Melilla y la amplió a toda España. Es decir, que ninguna persona autorizada podrá entregar, salvo en circunstancias muy excepcionales, los votos de melillenses en las oficinas de Correos de Almería o Málaga, donde solían hacerlo aquellos que no querían llamar la atención en su propia ciudad.

Con esta doble decisión de las dos juntas electorales se intenta poner coto a lo que ya es el mayor fraude electoral de Melilla y quizá de la democracia en España. Horas antes de que, el jueves, concluyese el plazo para pedir el voto por correo, 11.002 melillenses lo habían solicitado, de los que 716 ya lo habrían emitido, el 21% desde la Península.

Foto: Melilla Vice: compra de votos a 50 euros

Esa cifra récord equivale nada menos que al 18% del censo (61.126 electores). Si se detrae la abstención, “podríamos estar hablando de un tercio de representantes de la Asamblea de Melilla”, según Sabrina Moh, la delegada del Gobierno en la ciudad. Solo 34.000 ciudadanos acudieron a las urnas en Melilla en 2019. Ese 18% multiplica por 2,5 el porcentaje de solicitudes de voto por correo en Melilla en 2019 (7,78%), ya de por sí muy elevado. Multiplica por más de ocho la media nacional del voto por correo, que rebasa ligeramente el 2%.

A las medidas inmediatas de las dos juntas electorales, se añade la investigación abierta por el Juzgado de Instrucción número 2 sobre este supuesto fraude caracterizado por la compra masiva de votos. La prensa melillense señala que una treintena de personas estarían siendo investigadas, un dato que la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, no confirmó.

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A más largo plazo, el Gobierno estudia modificar la Ley Orgánica del Régimen Electoral General para que sea obligatorio en toda España identificarse en Correos a la hora de entregar su voto, según fuentes de la Moncloa. Si, excepcionalmente, se delega en otra persona, habrá que justificarlo y pedirlo por escrito.

Ha tenido que surgir este fraude masivo para que el Ministerio del Interior y los partidos políticos tomen conciencia de que el voto por correo tenía esa grieta que podía alterar el resultado de unos comicios, como probablemente ya sucedió años atrás en Melilla, aunque no tan profundamente como podría ocurrir el 28-M.

Sabrina Moh fue preguntada en TVE y en una rueda de prensa posterior sobre si se daban las circunstancias para celebrar las elecciones del 28-M con normalidad. “Ahora mismo”, reconoció, se atraviesa un "momento complicado". "Queda poco tiempo para el desarrollo de las elecciones, pero llevamos un tiempo importante trabajando y espero que pueda atajarse y que podamos tener un proceso electoral limpio, transparente", concluyó.

Foto: El presidente de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Pedro Puente Hoyos)

La doble decisión de las juntas electorales satisfizo, con matices, a todos los partidos que se presentan a las elecciones en la ciudad autónoma, excepto a Coalición por Melilla (CpM), la formación que atrae el voto de los musulmanes y que lidera Mustafa Aberchán. Gobierna la ciudad desde 2019 en coalición con el PSOE.

Los que más se han alegrado son el Partido Popular y Podemos, cuyos cabezas de fila, Juan José Imbroda y Gema Aguilar, pedían exactamente que se aplicaran las medidas aprobadas por las juntas. “La democracia y la libertad vuelven a Melilla”, afirmó, eufórico, Imbroda, quien pronosticó además un batacazo de sus adversarios de CpM. “Nos alegramos mucho de que la Junta Electoral haya hecho caso al mensaje de Podemos”, recalcó Aguilar.

Foto: El presidente de Coalición por Melilla (CpM), Mustafa Aberchán. (EFE)

Algo más contundente, José Miguel Tasende, de Vox, había reivindicado que se suspendiera el voto por correo en Melilla. Más cauta, Gloria Rojas, secretaria general del PSOE, proponía que los sufragios emitidos por esa vía se introdujeran en urnas aparte y se escrutaran por separado, lo que hubiese permitido averiguar a quién beneficiaba ese voto presuntamente comprado.

Mustafa Aberchán dio, por su parte, una rueda de prensa para insistir en que “se paralice” en Melilla la elección del 28-M para “no prostituirla”. Su reacción era de esperar. El representante de Aberchán en la Junta Electoral de Zona fue la única voz que, el miércoles, discrepó del acta aprobada. El líder de CpM lamentó que se discriminase entre aquellos melillenses, algo más de 700, que ya habían emitido su voto a través de Correos sin tener que identificarse y aquellos que quisieran hacerlo a partir de ahora. Acabó pidiendo que, si se mantiene la cita con las urnas, "observadores internacionales" acudan a Melilla para vigilar su buen desarrollo.

Foto: El nuevo presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Eduardo de Castro, en su toma posesión de su cargo. (EFE)

Aberchán lamentó, por último, que el PSOE “se crea que nosotros somos el enemigo”. Respondió así a las críticas de Gloria Rojas, el miércoles. La secretaria general socialista dio a entender que Aberchán quería aplazar las elecciones hasta el verano para poder así presentarse como cabeza de lista de su partido.

Hasta entonces está inhabilitado, tras haber sido condenado por la compra de votos, junto con el que era entonces secretario general del PSOE melillense, Dionisio Muñoz, en las elecciones de 2008. Aberchán sí tiene la intención de presentarse a las elecciones generales de diciembre, porque para entonces ya no estará inhabilitado.

Rara vez un acta de una Junta Electoral tuvo efectos inmediatos en la calle, concretamente en la de Pedro Navarro, en el centro de Melilla. Horas después de que se hiciese pública, las colas desaparecieron ante la oficina de Correos en la ciudad autónoma. El último día en que los españoles podían solicitar el voto por correo, este jueves, fueron muchos menos los melillenses que acudieron a tramitarlo y aún menos a entregarlo. También ha provocado la reacción del Gobierno, que estudia modificar la Ley Orgánica del Régimen Electoral tras las sospechas de fraude.

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