Juan Carlos I visita España sin conocimiento previo ni autorización de la Zarzuela

Fuentes de toda solvencia, próximas a Juan Carlos I, aseguran que el padre del Rey “no solo no ha pedido autorización para viajar a España la próxima semana, sino que ni siquiera lo ha comunicado a la Casa del Rey”. Aunque desde Zarzuela el mutismo es total —ni confirman ni desmienten esta información—, la autonomía absoluta con la que el monarca abdicado ha decidido regresar a Sanxenxo el día 19 de abril indicaría que ha olvidado —o no ha tenido en cuenta íntegramente— la conversación de cuatro horas que mantuvo con su hijo Felipe VI el 23 de mayo del pasado año.

La conversación de padre e hijo

De regreso a Emiratos Árabes Unidos, Juan Carlos I pasó por el palacio de la Zarzuela y se entrevistó con Felipe VI. No pernoctó en la sede de la jefatura del Estado y se limitó a una comida familiar, regresando por la tarde de ese día a Abu Dabi. Pero los términos de su situación quedaron claros: la Casa del Rey y el propio monarca mostraron su disgusto por las características de la estancia de Juan Carlos I en la localidad gallega y Felipe VI le solicitó que no se repitiesen. Inicialmente, Juan Carlos I entendió las razones que le expuso su hijo y canceló la nueva visita, también a Sanxenxo, que tenía prevista para el siguiente mes de junio.

Sin embargo, Juan Carlos I se ha sentido “empoderado por sus conexiones internacionales”, según las mismas fuentes consultadas. Efectivamente, desde la visita del pasado año, el padre del Rey se ha beneficiado de circunstancias que han puesto en valor su figura con independencia de su expatriación debida a los comportamientos descritos en las diligencias indagatorias y prejudiciales del ministerio fiscal que se archivaron el mes de marzo del pasado año. Como declaró a El Confidencial el pasado 2 de abril el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, no se tiene noticia de hechos nuevos que justifiquen la apertura de otras indagaciones sobre el patrimonio del Rey emérito o sobre nuevas infracciones de carácter fiscal. Pende todavía sobre el Rey padre la demanda civil por acoso que se sustancia en los tribunales británicos interpuesta por Corinna Larsen. En el proceso, se reconoció la inmunidad de Juan Carlos I hasta su abdicación el 19 de junio de 2014.

La presencia internacional de Juan Carlos I

El padre del Rey y la reina Sofía fueron invitados el pasado 19 de septiembre a las honras fúnebres de Isabel II de Inglaterra, pariente de los Borbones españoles y de la familia real griega, que se celebraron en Londres. En la capital británica, participó en la recepción que Carlos III ofreció a los representantes de las casas reales en el palacio de Buckingham. Coincidió con Felipe VI y la Reina, aunque no se publicó ningún testimonio gráfico de los cuatro juntos. El 16 de enero de este año, Juan Carlos I se trasladó a Atenas para estar presente en el funeral y entierro de su cuñado el rey Constantino de Grecia. Fue allí donde Felipe VI se acercó a su padre y le besó cariñosamente. Fue la primera imagen juntos desde su traslado a Abu Dabi en agosto de 2020. Por fin, el pasado 9 de febrero, Juan Carlos I fue invitado por Mario Vargas Llosa al solemne acto de su ingreso en la Academia Francesa y al día siguiente fue también invitado a una cena privada en el Palacio del Elíseo por el presidente de la República, Emmanuel Macron, en la que participaron el propio Vargas Llosa y el escritor Javier Cercas.

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Domicilio fiscal en Emiratos Árabes

Es relevante a estos efectos que el Rey emérito haya comunicado a la Agencia Tributaria a principios de año su nuevo domicilio fiscal en Emiratos Árabes Unidos, por lo que no presentará su declaración de IRPF correspondiente al ejercicio 2022. Efectivamente, tras más de dos años de estancia en Abu Dabi, apenas interrumpida, la normativa fiscal española reconoce el derecho de domiciliación fiscal en otro país, sin perjuicio de las cargas tributarias que correspondan a bienes inmuebles en España.

Opinión

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La ruta de Juan Carlos I se iniciará en Londres el próximo lunes. Allí, sin que haya mediado confirmación desde la casa real británica, almorzará en privado con Carlos III, a cuya coronación no asistirá el 6 de mayo próximo porque solo están invitados los jefes de Estado. Sí lo harán Felipe VI y la Reina. El día 19, el avión privado en el que viajará de nuevo el padre del Rey aterrizará en el aeropuerto de Vigo y se trasladará a Sanxenxo sin que esté tampoco confirmado que se aloje en casa de su amigo y presidente del club náutico de la localidad, Pedro Campos. Está previsto que el domingo 23, regrese a Abu Dabi. En esta ocasión, se descarta que, como en el viaje anterior, haga escala en Madrid para pasar unas horas en la Zarzuela. “Todo está dicho con meridiana claridad; no tendría sentido una nueva reunión”, aseguran fuentes consultadas por El Confidencial.

La carta de compromiso incumplida

El estatus del monarca abdicado se recoge en una carta que dirigió a su hijo el Rey el 5 de marzo del pasado año y que era del siguiente tenor literal:

«Majestad, querido hijo:

En agosto de 2020, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a España y a todos los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comuniqué mi decisión de trasladarme fuera de España, para facilitar el ejercicio de tus funciones. Desde entonces, he residido en Abu Dabi, lugar al que he adaptado mi forma de vida y al cual agradezco enormemente su magnífica hospitalidad.

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Conocidos los decretos de la Fiscalía General del Estado, por los que se archivan las investigaciones de las que he sido objeto, me parece oportuno considerar mi regreso a España, aunque no de forma inmediata. Prefiero, en este momento, por razones que pertenecen a mi ámbito privado y que solo a mí me afectan, continuar residiendo de forma permanente y estable en Abu Dabi, donde he encontrado tranquilidad, especialmente para este período de mi vida. Aunque, como es natural, volveré con frecuencia a España, a la que siempre llevo en el corazón, para visitar a la familia y amigos.

Me gustaría así culminar esta etapa de mi vida desde la serenidad y la perspectiva que ofrece el tiempo transcurrido. Como bien sabes, en 2019 te comuniqué mi voluntad de retirarme de la vida pública, y así lo seguiré haciendo. En este sentido, tanto en mis visitas como si en el futuro volviera a residir en España, es mi propósito organizar mi vida personal y mi lugar de residencia en ámbitos de carácter privado para continuar disfrutando de la mayor privacidad posible.

Soy consciente de la trascendencia para la opinión pública de los acontecimientos pasados de mi vida privada y que lamento sinceramente, como también siento un legítimo orgullo por mi contribución a la convivencia democrática y a las libertades en España, fruto del esfuerzo y sacrificio colectivo de todos los españoles.

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Siempre que te parezca bien, es mi deseo que hagas pública esta carta, para conocimiento de todos los españoles y en la fecha que estimes oportuna.

Con mi lealtad, cariño y el orgullo inmenso que siento por ti.

Tu padre».

Fuentes consultadas por El Confidencial estiman que Juan Carlos I no se atiene a su palabra porque no es coherente la participación en eventos públicos con la “mayor privacidad posible” a la que se comprometió con su hijo el Rey. Tampoco el Rey emérito ha asumido el proceso “gradualista” y “prudente” que se le planteó para reintegrarse con más normalidad a una dinámica medida y oportuna de sus visitas a España y en la relación con Felipe VI, jefe de la familia real.