El Rey expone a su padre las "consecuencias" de los acontecimientos desde su expatriación

Felipe VI enfrentó este lunes una de las citas más difíciles de su reinado. Por primera vez desde hace casi dos años, el Rey y su padre, Juan Carlos I, mantuvieron una larguísima reunión en la que despacharon a solas y durante horas asuntos de carácter político e institucional. Como informó la Casa Real, además de "cuestiones familiares", el jefe del Estado trató con el emérito las "consecuencias" de los acontecimientos ocurridos en España desde su abrupta salida el 3 de agosto de 2020.

Además, el comunicado de la Casa del Rey fija como marco de referencia para las actividades de don Juan Carlos la carta que envió a su hijo el 5 de marzo, en la que el emérito alude literalmente a su deseo de normalizar sus visitas al país y en la que hace referencia a la posibilidad de volver a residir en España de forma permanente.

El regreso de Juan Carlos I a España ha generado un enorme malestar en la Casa Real que, tal y como informó José Antonio Zarzalejos en El Confidencial, ve como una "enorme equivocación" que su visita no se haya ajustado a la discreción y austeridad a la que se había comprometido en una carta que dirigió a su hijo el pasado 5 de marzo. No obstante, y a tenor de que su estancia en Zarzuela se dilató mucho más de lo previsto, el encuentro se desarrolló en un ambiente mucho más distendido del que 'a priori' cabía esperar.

Padre e hijo mantuvieron su primera conversación a fondo tras 21 meses sin verse

El Rey recibió a su padre en el Palacio de la Zarzuela pasadas las 10:00 de la mañana del lunes, momento en que comenzó una visita que se alargó durante nada menos que 11 horas. Padre e hijo estuvieron frente a frente toda la mañana y mantuvieron su primera conversación a fondo después de 21 meses sin verse. Lo sustancial no fue tanto el contenido de la misma como el carácter institucional que mantuvo Felipe VI en una cita en la que volvió a anteponer su perfil como jefe del Estado y 'cabeza' de la familia real a su condición de hijo.

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Mientras Juan Carlos I no tiene ninguna función institucional, ni siquiera de carácter representativo, Felipe VI asume su papel como representante de la más alta magistratura del Estado, de la que volvió a hacer gala durante el encuentro con su padre, una autoridad que el propio Rey abdicado acata y asume. Estos fueron los mimbres sobre los que se construyó una reunión sin precedentes, en la que don Juan Carlos vio por fin expuestos de forma directa, extensa y personal los criterios del Rey respecto a su situación particular.

Desde el principio, Zarzuela quiso mantener un perfil bajo de la visita del emérito, por lo que se negó a distribuir fotografías de un encuentro "de carácter privado" y a dar detalles sobre el mismo. "Está fuera de la agenda oficial", insistían. La Casa del Rey no hizo público hasta última hora de la noche que, además de su reunión con Felipe VI, el Rey abdicado compartió un almuerzo con parte de la familia real, incluida doña Sofía, que, según el comunicado oficial, dio positivo en covid a su regreso de Miami.

Ello no evitó que permaneciese en el salón del almuerzo con don Juan Carlos y el resto de la familia, aunque provista de mascarilla. El emérito compartió comida con los Reyes, Felipe VI y doña Letizia; con la infanta Elena y sus hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, y con Margarita de Borbón y su marido, Carlos Zurita. La nota no informa sobre la presencia de la infanta Sofía, pese a que la estancia se ha alargado más allá del horario lectivo de la menor, mientras que la princesa Leonor permanece interna en un colegio de Gales, donde recibe formación.

Aunque la visita no tenía una duración estimada, el encuentro se ha alargado mucho más de lo previsto, lo suficiente como para tratar todos los asuntos que han rodeado a don Juan Carlos en los últimos años, desde el archivo de las investigaciones sobre su fortuna hasta las características de su regreso, pasando por el futuro de la demanda civil por acoso que mantiene Corinna Larsen ante la Justicia británica.

El Rey abdicado regresó a su residencia habitual en Abu Dabi después de una visita marcada por la polémica y en un momento de máxima tensión con su hijo. Zarzuela quería una visita discreta que se limitase estrictamente al "ámbito privado", pero se ha encontrado con un emérito desafiante, que inició su visita en el Club Náutico de Sanxenxo. El malestar en la Casa Real fue a más después de que don Juan Carlos rechazase públicamente justificar su conducta cuando fue preguntado por ello en el Náutico. "¿Explicaciones, de qué?", respondió.

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El emérito abandonó el recinto del Palacio de la Zarzuela alrededor de las nueve de la noche, y puso punto y final a su primera visita a España desde su expatriación alrededor de las 22:00, cuando tomó un vuelo de regreso a Abu Dabi desde el aeropuerto de Barajas.