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El PSOE da por taponada la fuga de votos al PP, pero teme el descalabro a su izquierda
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Ferraz, optimista

El PSOE da por taponada la fuga de votos al PP, pero teme el descalabro a su izquierda

El principal enemigo de los socialistas sería la "dispersión del voto" a su izquierda, que necesitan aglutinar para "aprovechar los restos". "Nos conviene que vayan juntos", insisten fuentes de la dirección socialista

Foto: La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz (c), y la ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Kiko Huesca)
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz (c), y la ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Kiko Huesca)

La dirección del PSOE se marcó como doble objetivo en el arranque de este ciclo electoral movilizar a sus votantes, que reconocían menos activos y desanimados que los hipermovilizados del PP, y revertir los trasvases electorales a las filas populares, que llegaron a superar el medio millón, según el observatorio electoral de El Confidencial de finales de año. La movilización, según fuentes de la dirección de Ferraz, viene detectándose desde "hace semanas". Con la maquinaria electoral a pleno rendimiento en todas las federaciones y tras corregir tanto la lectura de la reforma de los delitos de sedición y la malversación como la ley del solo sí es sí, con su modificación para frenar las rebajas de penas a agresores sexuales. El freno de los trasvases a las filas populares, según las mismas fuentes de la cúpula del partido, habría tenido su punto de inflexión en la moción de censura. Desde entonces, según sus encuestas internas, están observando una subida de puntos, al tiempo que caerían los populares.

Encarrilado este doble objetivo, que estuvo detrás del discurso de Pedro Sánchez en la moción de censura, al dibujar dos bloques enfrentados, visualizando su tándem con Yolanda Díaz contra el del modelo que representarían Feijóo y Abascal, en Ferraz fían buena parte de su éxito electoral a la unidad a su izquierda. Entre el proyecto de Yolanda Díaz, Sumar, y el partido Podemos. Su enemigo, reconocen, es la "dispersión del voto" a su izquierda, que necesitan aglutinar para "aprovechar los restos". "Nos conviene que vayan juntos", insisten fuentes de la dirección socialista, porque la división puede hacer que Podemos se quede fuera de las instituciones y que no sume el bloque progresista.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Hacienda y, María Jesús Montero, durante el Comité Federal. (EFE/Sergio Pérez)

En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, Unidas Podemos está en riesgo de extinción como fuerza electoral, al estar a unas décimas de alcanzar el 5% necesario para obtener representación, como se refleja en la encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial sobre los comicios del 28 de mayo. Si en Madrid este escenario tendría como resultado una mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso, en la Comunidad Valenciana supondría la pérdida del Gobierno regional, ahora en manos del PSOE en coalición con Compromís y los morados.

El caso valenciano es especialmente simbólico para entender el temor de los socialistas a que no aguante el espacio a su izquierda. Las diferencias entre bloques son mínimas, por lo que si Podemos no traduce sus votos en representación parlamentaria, aunque mejorasen ligeramente PSOE y Compromís, las posibilidades de reeditar el Govern del Botànic, que lidera el socialista Ximo Puig, serían prácticamente nulas. Esta es la lectura que también vienen trasladando desde hace meses en las filas de Compromís.

Foto: El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al expresidente del Gobierno, Felipe González. (EFE/Julio Muñoz)

El conflicto entre Sumar y Podemos, su muleta para gobernar en la mayoría de territorios, ha encendido las alarmas en Ferraz por si finalmente acuden fragmentados a las urnas. Todo ello, sumado a la fuerza menguante de los morados, que han ido perdiendo apoyos desde su primera cita con las urnas, al acusar una endeble implantación territorial. Los socialistas cogobiernan con Unidas Podemos y otras fuerzas en Comunidad Valenciana, Aragón, Navarra, Canarias, Baleares y La Rioja, mientras que en Asturias necesitaron sus votos para la investidura. De estos territorios, solo en Canarias se podría compensar una hipotética caída electoral de los morados buscando un pacto con Coalición Canaria.

El mapa político tras el 28-M es crucial de cara a las generales. Los socialistas definen su poder territorial como la "gran palanca" para impulsar la campaña de las generales que se celebrarán a finales de año y "continuar con la transformación de España en los próximos cuatro años". Plazas clave como Sevilla, otras importantes como Gijón o Las Palmas, donde se prevé una fragmentación en varias candidaturas del espacio de Unidas Podemos, o regiones como la Comunidad Valenciana dependerán en buena medida de la resistencia electoral de los actuales socios del PSOE. Según sus encuestas internas, los socialistas resisten electoralmente, pero a su izquierda se refleja una penalización por la desunión.

Foto: Ángel Víctor Torres durante el foro 'Islas canarias. Hacia una economía cada vez más verde y azul'. (EFE/J. P. Gandul)

En el PSOE, también señalan la dificultad de conformar listas electorales y temen que el proyecto de Díaz no se acabe presentando en muchas circunscripciones, limitándose solo a las de tamaño medio y grande. Precisamente, fuentes del comité electoral socialista vienen reconociendo que donde más necesidad tienen de que Sumar tenga presencia es en las circunscripciones que reparten pocos escaños, para disputar la tercera plaza a Vox. Sin una candidatura de izquierdas con posibilidades de arañar representación en estas provincias, la suma del bloque progresista se tambalea.

El espaldarazo de Sánchez a Yolanda Díaz, ofreciéndole el altavoz de la moción de censura para lanzar su proyecto, da cuenta de la necesidad de los socialistas de alentar el espacio a su izquierda. La vicepresidenta segunda se vistió de líder, "presidenciable", según los ministros más cercanos a su espacio de Unidas Podemos, y reivindicó la acción del Ejecutivo, sin diferenciar entre PSOE y Unidas Podemos. Empezando por el presidente del Gobierno, siguiendo por los ministros socialistas, incluida Nadia Calviño, quien ha sido la bestia negra de su ministerio, y rematando con los morados. "Queda Gobierno de coalición para mucho tiempo", remachó para apuntalar el cambio de rasante.

Desde Ferraz, la portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, insistía en la "importancia" de que los partidos a su izquierda "puedan llegar a ese paraguas de unidad, que creo que es muy positivo". "Espero y deseo que los responsables de llegar a ese acuerdo hagan también gala de una responsabilidad que sería muy bien valorada", concluía. Sin dar nombres, aunque en clara referencia a los actores que estarían poniendo trabas a la construcción de un proyecto unitario, añadía: "Me gustaría que los distintos protagonistas que tienen que confluir hagan honor a la palabra responsabilidad". De esta responsabilidad dependerían en buena medida las posibilidades de una reedición del Gobierno de coalición.

La dirección del PSOE se marcó como doble objetivo en el arranque de este ciclo electoral movilizar a sus votantes, que reconocían menos activos y desanimados que los hipermovilizados del PP, y revertir los trasvases electorales a las filas populares, que llegaron a superar el medio millón, según el observatorio electoral de El Confidencial de finales de año. La movilización, según fuentes de la dirección de Ferraz, viene detectándose desde "hace semanas". Con la maquinaria electoral a pleno rendimiento en todas las federaciones y tras corregir tanto la lectura de la reforma de los delitos de sedición y la malversación como la ley del solo sí es sí, con su modificación para frenar las rebajas de penas a agresores sexuales. El freno de los trasvases a las filas populares, según las mismas fuentes de la cúpula del partido, habría tenido su punto de inflexión en la moción de censura. Desde entonces, según sus encuestas internas, están observando una subida de puntos, al tiempo que caerían los populares.

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