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Moncloa busca incumplimientos a la ley del aborto en el plan de Castilla y León
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Polémica por el protocolo regional

Moncloa busca incumplimientos a la ley del aborto en el plan de Castilla y León

La desmovilización del electorado progresista lleva al PSOE a alentar "la coalición del miedo" para intentar marcar a Feijóo, a quien acusan de convertirse en "rehén de Vox" y cómplice en el retroceso de derechos

Foto: El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/José Manuel Vidal)
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/José Manuel Vidal)

Ferraz vuelve a situar en el centro de su estrategia el miedo a Vox y sus pactos con el PP, aprovechando la polémica sobre el aborto en Castilla y León. Un recurso sobre el que ya hicieron autocrítica tras la campaña en Andalucía, al tener un efecto limitado en la movilización de su electorado y acabar incluso favoreciendo el voto útil a los populares. En el comité electoral del partido, argumentan que de cara a este ciclo electoral están en juego "variables diferentes" a las que concurrían en las elecciones andaluzas, poniendo el foco en intentar desacreditar a Alberto Núñez Feijóo. Esto es, en contradecir su perfil de moderación y hombre de Estado, así como destacar su supuesta falta de solvencia y autonomía. "Es rehén de Vox", subrayan en el cuartel general de los socialistas. En este contexto de marcaje, desde el PSOE incluso se buscan incumplimientos en esta comunidad de la ley del aborto al margen del nuevo plan.

Así lo deslizó este lunes desde Valladolid la secretaria de Igualdad de los socialistas, Andrea Fernández, al denunciar que la imposibilidad de abortar en los hospitales de referencia de las pacientes, "dificultando abiertamente un derecho", contravendría los términos exigidos por la ley.

Foto: La vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero (2i), el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán (2d), y la portavoz del partido y ministra de Educación, Pilar Alegría (d), presiden la reunión del comit

Desde el partido, ya ponían en duda el pasado viernes, en un comunicado conjunto de la ejecutiva federal con la federación castellanoleonesa, que se estuviese garantizando el cumplimiento estricto de la ley de interrupción del embarazo en la región. "En la actualidad, en Castilla y León solo existen dos hospitales públicos en los que se pueda ejercer el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. El 97,5% de las mujeres de Castilla y León tiene que interrumpir su embarazo fuera de su ciudad, fuera de su hospital de referencia o en una clínica privada. Debemos recordar que acceder a esta prestación sanitaria en el centro hospitalario más cercano a la residencia de la solicitante es un derecho reconocido en la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo", denuncian.

La desmovilización del electorado progresista y el trasvase al PP de votantes que en 2019 apoyaron al PSOE son otras de las principales razones que están detrás de este eje de campaña. En Ferraz, reconocen que hay una alta desmovilización entre sus votantes, mientras que los de la derecha, reconocen, "están hipermovilizados". Una lectura clásica de los socialistas en los arranques de precampaña y que realizan sin resignación, al considerar que esta posición de partida les ofrece margen de mejora. Sin embargo, sienten la necesidad de comenzar ya a revertir las encuestas para que no se instale entre el electorado una noción perdedora, más difícil de revertir cuanto más se acerque la cita con las urnas. De ahí que no se deje morir la polémica de Castilla y León y que Pedro Sánchez centrase en la "coalición del miedo" su mensaje en el primer mitin preelectoral, celebrado el pasado sábado en Sevilla.

Foto: El presidente del Gobierno, en el Senado, frente al líder del PP. (EFE/Fernando Alvarado)

La insistencia en situar a Feijóo como un líder a quien le marca el camino la ultraderecha, por estar obligado a cogobernar con Vox si quiere acceder a la Moncloa, permite también al PSOE intentar pasar página de otras polémicas que le están acarreando un fuerte desgaste, a la vista de las últimas encuestas. La polémica por la ley del solo sí es sí, con el goteo de revisiones de penas a la baja a agresores sexuales, es una de las que más afectan, como ya han advertido la mayoría de barones, mientras que la reforma del Código Penal para beneficiar a los líderes independentistas condenados por el procés también tiene una difícil digestión entre amplias capas de su electorado. Se trata de dos asuntos que, según reconocen en la cúpula del partido, no les ayudan a movilizar.

Revertir esta situación detectada en las encuestas es el objetivo marcado en rojo por el comité electoral en los primeros compases de la campaña. Un objetivo que se complementa con el ánimo de frenar el trasvase de voto a los populares, para lo que se intenta dibujar una imagen de Feijóo alejada de la que tenía cuando llegó a Génova desde la presidencia de la Xunta de Galicia, hace casi 10 meses. Los socialistas escudriñan las tripas de las encuestas y, más allá de sus resultados cocinados en los que los populares toman ventaja, hacen hincapié en la intención directa de voto y otras valoraciones más cualitativas para incidir en el margen de mejora y transformar estos datos en votos en las urnas.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE/J.P. Gandul) Opinión

"Nuestras encuestas internas señalan que el PSOE es el partido que mejor proyecto tiene para España, el que mejor defiende a la clase trabajadora, el más confiable para la defensa de los intereses de todos y es el partido de la mayoría frente a un PP instalado en el no a las políticas útiles para la gente y con un Feijóo cada día más debilitado", destacan desde la ejecutiva. Conseguir que el porcentaje de electores que ven con poca o ninguna confianza al líder de los populares siga subiendo es ahora una máxima del marketing negativo, tan instalado en las campañas contemporáneas para movilizar a los propios y desmovilizar a los ajenos.

Según el CIS, que toman como referencia, este porcentaje ha escalado desde el 55,4% de abril de 2022 al 71,1% del pasado mes de diciembre. Una tendencia por la que justifican que "la derecha no genera confianza y su candidato pierde credibilidad mes a mes desde que llegó al cargo". Mensaje clave en esta fase del ciclo electoral.

Requerimiento de información

Para intentar intensificar esta tendencia y asociar a políticas concretas de PP y Vox estas acusaciones, desde el PSOE han puesto el foco en la polémica por los planes para fomento de la natalidad, según la terminología del Gobierno regional de Castilla y León, y "antiabortistas", según los socialistas. Un foco que no pretenden desviar fácilmente. Ni siquiera después de que el presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, haya afirmado este lunes a través de una declaración institucional que no se va a elaborar un protocolo antiaborto ni tampoco obligar a los médicos a ofrecer a las embarazadas con intenciones de abortar que escuchen el latido del corazón del feto o realizar ecografías 4D.

Tanto Ferraz como el Gobierno desconfían de las palabras del presidente de la Junta, al considerar que entran en contradicción con lo anunciado por sus socios de Vox, y exigen un compromiso por escrito al requerimiento enviado por la Moncloa. Sin una respuesta que deje negro sobre blanco que no se hostigará a las mujeres que pretenden interrumpir su embarazo, el Gobierno seguirá monitorizando los pasos del Gobierno regional en este asunto. Tanto es así, que no se descarta un escenario similar al que se abrió a principios de la legislatura con el Gobierno de Murcia por la polémica del pin parental.

La idea fuerza del PSOE en esta polémica, como resumía ayer la ministra de Educación y portavoz de la ejecutiva, Pilar Alegría, es asociar esta polémica con el "prólogo a lo que sucederá en el futuro si el día de mañana gobiernan PP y Vox: atacar los derechos de las mujeres". El trasfondo no es otro que movilizar a un electorado progresista que las encuestas sitúan de momento en la abstención o, incluso, barajando apoyar a los populares.

Ferraz vuelve a situar en el centro de su estrategia el miedo a Vox y sus pactos con el PP, aprovechando la polémica sobre el aborto en Castilla y León. Un recurso sobre el que ya hicieron autocrítica tras la campaña en Andalucía, al tener un efecto limitado en la movilización de su electorado y acabar incluso favoreciendo el voto útil a los populares. En el comité electoral del partido, argumentan que de cara a este ciclo electoral están en juego "variables diferentes" a las que concurrían en las elecciones andaluzas, poniendo el foco en intentar desacreditar a Alberto Núñez Feijóo. Esto es, en contradecir su perfil de moderación y hombre de Estado, así como destacar su supuesta falta de solvencia y autonomía. "Es rehén de Vox", subrayan en el cuartel general de los socialistas. En este contexto de marcaje, desde el PSOE incluso se buscan incumplimientos en esta comunidad de la ley del aborto al margen del nuevo plan.

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