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Feijóo se vacuna contra las "majaderías de Vox" y aspira a aglutinar el voto en el PP
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ELECCIONES EL 28M

Feijóo se vacuna contra las "majaderías de Vox" y aspira a aglutinar el voto en el PP

Génova asegura no temer la estrategia del "miedo a la ultraderecha" alentada por el PSOE, y asumen que el "circo" de Castilla y León contribuye a concentrar al electorado moderado en torno al PP

Foto: Alberto Núñez Feijóo, durante un acto en Zaragoza. (EFE/Javier Belver)
Alberto Núñez Feijóo, durante un acto en Zaragoza. (EFE/Javier Belver)

Alberto Núñez Feijóo aterrizó en Madrid sin anticuerpos al antígeno de Vox. No solo por las cuatro mayorías absolutas que el gallego cosechó en la Xunta, sino porque el partido de ultraderecha es directamente residual en Galicia. Pero el primer gran examen electoral para el líder del PP pinta muy distinto. Génova quiere una "mayoría suficiente" que le permita minimizar la influencia de la ultraderecha, pero también sabe que tumbar al PSOE en sus feudos pasa obligatoriamente por nuevos pactos con Abascal. La nueva polémica que ha arreciado esta semana en Castilla y León por el discurso de Vox sobre el aborto evidencia los excesos que deberá capear Feijóo en lo que resta de campaña. En este contexto, el líder popular tiene muy presente el consejo que uno de sus hombres de confianza en Génova le dio al hacerse con las riendas del PP: "Cuanto antes te tragues la corteza amarga de Vox, mejor".

Feijóo ha comenzado a digerir las "majaderías de Vox", como se refieren en su entorno al discurso 'antiabortista' de Juan García-Gallardo, que esta semana aseguró haber alcanzado un acuerdo con el PP de Alfonso Fernández Mañueco para implantar una serie de medidas que desincentivasen las interrupciones de embarazos en la región. Castilla y León, única región en que Vox tiene cuota de poder, sirve de escaparate a los de Abascal para poner en marcha la "agenda ideológica" que esperan extender a otros territorios y, de paso, poner en aprietos al PP. Feijóo trató de cortarles el paso este sábado en Zaragoza, durante la clausura de su convención autonómica. Sin mencionarles directamente, el líder gallego instó a los suyos a no dejarse "someter" por las "minorías que nos circunvalen" en gobiernos regionales y municipales.

Foto: El presidente del PP, Alberto

El líder popular declaró, además, que él no quería liderar ningún "bloque de partidos" pero, en el fondo, nunca ha negado la posibilidad de suscribir nuevos acuerdos con la ultraderecha. Ese es precisamente el marco en que se volcará la izquierda en general y Pedro Sánchez en particular para pinchar la burbuja de Feijóo. El presidente del Gobierno hizo suyo ese marco durante el arranque de la precampaña en Sevilla, cuando aprovechó para atizar al PP por su "coalición del miedo" con Vox, aprovechando la polémica de Castilla y León. "La derecha ya sabe qué camino tomar, el que le marca la ultraderecha", lanzó.

En Génova asumen será una campaña dura y dan por hecho que sus posibles alianzas electorales con los de Abascal será el talón de Aquiles que buscará el PSOE para tratar de neutralizar la etiqueta de hombre moderado de Feijóo. Pero también creen que es una estrategia agotada, que no les dio rédito alguno en otros procesos electorales, primero en la Comunidad de Madrid y, más recientemente, en Andalucía. Es en este último territorio en el que se fija especialmente la cúpula del PP para sostener que el discurso del "miedo a Vox" puede penalizar más a la izquierda que a Feijóo.

Foto: El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y el vicepresidente, Juan García-Gallardo (EFE/Nacho Gallego)

Los populares recuerdan cómo la mayoría absoluta de Juanma Moreno en un feudo históricamente socialista se construyó, en parte, gracias al temor del votante moderado y de parte del electorado socialista a que Vox entrase en las instituciones, una circunstancia que, según la lectura del PP, movilizó el voto útil en torno a la candidatura que todas las encuestas ubicaban como primera fuerza política. Génova cree que el "circo" en que se ha convertido el gobierno de Castilla y León, rodeado de constantes exabruptos y polémicas por el verso suelto de García-Gallardo, ayuda a aglutinar el voto en torno al PP.

Desde el entorno de Fernández Mañueco comparten la tesis de que su pacto con Vox puede jugar en favor de Feijóo en el resto de territorios, ya que se ha convertido en el primer ejemplo práctico de lo que podría ocurrir en otros territorios por culpa de la fragmentación del voto: mucha ideología, poca gestión y continuas trifulcas. Este sábado, durante el cónclave autonómico que ha servido a los populares para dar el pistoletazo de salida a la precampaña electoral, algunos barones del partido se referían a esta cuestión, al tiempo que hacían un llamamiento a concentrar el voto en el PP. "No es tiempo de extremismos ni de experimentos", resumía, por ejemplo, el presidente de Murcia, Fernando López Miras.

Feijóo impone una campaña en clave nacional

Al margen de la polémica con Vox, que el PP tratará de orillar en la medida de lo posible para centrarse en "lo importante", la dirección de Génova ha comenzado a tejer su particular hoja de ruta para la precampaña del 28-M. Feijóo dará libertad a sus barones y alcaldes en la precampaña limitando tanto su protagonismo como el del resto de la dirección nacional, cuya presencia se circunscribirá a las propias demandas de los territorios. Pero la máxima será la de plantear las elecciones autonómicas y municipales como un auténtico plebiscito contra Pedro Sánchez, instruyendo a sus barones y alcaldes a desarrollar una campaña en clave nacional.

"Nuestros candidatos van a ser altavoces de las preocupaciones en sus municipios y portavoces de las barbaridades del presidente del Gobierno", resumió Elías Bendodo a principios de semana, un discurso en el que profundizó el propio Núñez Feijóo en Zaragoza. "Cualquier voto a los candidatos del PSOE servirá para apuntalar a Sánchez", reiteró el líder nacional. Todos los presidentes autonómicos del PP, tanto los que gobiernan como los que permanecen en la oposición, dedicaron buena parte de sus discursos a la "deriva" del presidente del Gobierno.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (c), y el secretario Organización del PSOE Santos Cerdán León (d), antes de la reunión de la ejecutiva de este viernes. (EFE/Javier Lizón)

El PP no quiere dejar de lado los problemas de cada comunidad y de cada ayuntamiento pero, a diferencia del PSOE, que tratará de despegar en la medida de lo posible los comicios territoriales de la futura gobernabilidad de España, Feijóo quiere convertir el 28-M en la primera gran oportunidad para expulsar a Sánchez de la Moncloa. El líder popular quiere contraponer este discurso a la intención de los candidatos socialistas, especialmente en el caso de barones críticos como Page o Lambán, que buscan separar sus campañas de la hoja de ruta de Ferraz. "Saben que Sánchez es un activo tóxico para ellos", insisten.

Alberto Núñez Feijóo aterrizó en Madrid sin anticuerpos al antígeno de Vox. No solo por las cuatro mayorías absolutas que el gallego cosechó en la Xunta, sino porque el partido de ultraderecha es directamente residual en Galicia. Pero el primer gran examen electoral para el líder del PP pinta muy distinto. Génova quiere una "mayoría suficiente" que le permita minimizar la influencia de la ultraderecha, pero también sabe que tumbar al PSOE en sus feudos pasa obligatoriamente por nuevos pactos con Abascal. La nueva polémica que ha arreciado esta semana en Castilla y León por el discurso de Vox sobre el aborto evidencia los excesos que deberá capear Feijóo en lo que resta de campaña. En este contexto, el líder popular tiene muy presente el consejo que uno de sus hombres de confianza en Génova le dio al hacerse con las riendas del PP: "Cuanto antes te tragues la corteza amarga de Vox, mejor".

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